Un gran vacío de opinión y referencia está abierto desde hace tiempo en el espectro de la sociedad venezolana, ante los significativos cambios que se han producido en la Venezuela actual en todos los ordenes que afectan o deben influir en las esferas profesionales no se evidencia presencia o es casi nula de los profesionales y técnicos, aportes que la hora está exigiendo de manera perentoria, nunca como antes la temática luce tan intensa y el abordaje de ella se hace necesario a fin de posesionar esa referencia que consideramos necesaria y útil.
En el pasado de la cuarta república secuestraron la opinión de los gremios y la actividad gremial en si misma, no existía independencia con algunas excepciones, la combatividad bajó a niveles casi imperceptibles. Lo más patético es lo que ocurría y sigue ocurriendo en casi todos los colegios profesionales, donde la improvisación, mediocridad y corrupción llenaban los espacios bajo la mirada a veces indolente de sus afiliados.
En el caso de las profesiones de carácter social y económico, la cosa es aún más grave, dados los cambios y transformaciones evidentes que se ven en todos los ámbitos, desde la implementación de políticas económicas hasta todos los programas sociales hay suficiente materia no solo para opinar y fijar posición, sino además y creemos lo más importante la necesaria contribución al nuevo estado de cosas con los aportes del conocimiento y la experiencia que estamos seguros contribuirían a perfeccionar y mejorar el impacto producido en la sociedad.
Ante tales circunstancias la imposición personal de todos y cada uno en razón del compromiso con el proceso revolucionario, la legitimación del carácter presencial y actuante en el seno de la sociedad, llama a la participación en la elaboración de políticas en áreas vitales para el desarrollo de esta economía de nuevo signo ajena a los organismos multilaterales. Es por ello, que el rescate de los gremios de la ignominia y desesperanza, es tarea crucial en esta hora de profundizaciones y determinaciones en lo político, social y económico.
Los profesionales y técnicos militantes, simpatizantes y amigos de la revolución bolivariana estamos en la obligante tarea de contribuir decididamente a echarle un parao a la dejadez, a la comodidad, a la sordidez, a la competencia ineficaz, al grupalismo divisor, a la técnica del dejar hacer y no hacer nada, en fin, la unidad debe imponer sus reglas. Por otra parte, debemos actuar en el proceso de construcción del partido de la revolución, asistiendo a las asambleas y tratar de llegar a donde nuestra opinión sea reconocida y sirva de trampolín para las decisiones en las diferentes materias que nos son atinentes.
Vayamos al rescate de los gremios para convertirlos es herramientas de la revolución, en paradigmas posibles bajo la contribución científica y profesional para la cual estamos debidamente preparados y de esta manera mejorar la relación social en el seno de la sociedad venezolana. Quisiera terminar, no sin antes, instarlos a internalizar nuestro compromiso, apartando intereses personales y grupales, demostremos que la ética acompaña esta vorágine de necesaria transformación y hagamos de nosotros un signo de lucha y sacrificio en aras de caminar el camino hacia el socialismo que queremos y es posible. PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE…..VENCEREMOS.-
