La característica principal del proceso de cambio de estructuras que avanza en Venezuela, es el intenso debate de ideas que, desde las bases populares, se desarrolla día a día sobre todos los temas políticos, sociales, culturales y económicos. No son discusiones signadas por un academicismo retórico, vacío de contenido, sino por el contrario, con una carga superlativa de conciencia revolucionaria, de clase; desde la intuición de quien ha sufrido siempre la exclusión de un sistema de producción perverso, basado en la explotación del más débil, quien sólo tiene su fuerza de trabajo para vender al dueño de los medios de producción, ha surgido una clase de filósofos populares, con más sapiencia que los doctos profesionales egresados de importantes universidades. Baste como ejemplo las asambleas permanentes en casi todas las Plazas Bolívar del país. El pueblo congregado en casi mesas de trabajo, grupos de diez o doce personas discutiendo con argumentos irrebatibles, los temas del día, pero con inserción en la estrategia trazada por el Comandante Chávez. Esas discusiones van desde la crítica a alguna gestión de alcaldes, gobernadores o cualquier otro funcionario, hasta la posibilidad de una invasión extranjera y las acciones que se deben implementar para enfrentarla.Todo este conglomerado de ideas van enriqueciendo la ideología revolucionaria que transversalmente cruza los estratos en barrios, fábricas, urbanizaciones de clase media, campos, liceos, universidades y cuanto espacio pueda servir de reunión de las masas.
Se está subvirtiendo el orden instituido del pasado desde las ideas y poco tiempo pasará para que desde allí, se pase a la acción concreta de hacer volar por los aires (en sentido figurado) todo el estamento del estado burgués. Se trata en primera instancia de transformar el sistema capitalista de producción, en el sistema productivo socialista. No se debe uno dejar engaña por la trampa de las palabras de la clase dominante cuando habla de “el sistema democrático”, cuando en realidad de lo que se trata es de cómo está organizada la producción de los bienes y servicios y en manos de quienes están esos medios de producción. Esa es la condición fundamental del paso de una sociedad a otra, la apropiación de los medios productivos por parte del pueblo, sin tapujos ni concesiones al capital explotador. Para ello, las masas organizadas deben enfrentar a toda clase de politiqueros reformistas, complacientes con los capitalistas a través de un discurso de convivencia entre la propiedad privada y la sociedad socialista. Y cuando hablamos de propiedad privada, nos referimos exclusivamente a los medios de producción y no a otro tipo de ella, como puede ser una casa, un vehículo, una camisa, etc.
En cuanto a las instituciones heredadas del antiguo estado que sirvió al capitalismo, éstas deben ser sustituidas por nuevas formas de administrar la cosa pública y para ello el pueblo se está preparando en el estudio a través de las diferentes misiones educativas activadas por la Revolución Bolivariana. En un tiempo perentorio, el pueblo organizado estará suficientemente preparado para asumir tareas de planificación, ejecución, fiscalización, seguimiento y control de la mayoría de las funciones que hoy desempeñan algunos organismos del Estado (Alcaldías, Gobernaciones, servicios de luz, agua potable, aseo domiciliario, seguridad ciudadana, etc. Es la explosión del Poder Popular contemplada en el quinto motor propuesto por Hugo Chávez. Se discuten ya en Asambleas de Ciudadanos y Ciudadanas, los presupuestos locales y municipales sobre las necesidades de esas comunidades. Falta el paso del manejo de los recursos macroeconómicos por parte de las comunidades organizadas, previo estudio de las necesidades tanto en el ámbito local, como en Parroquias, Municipios, Estados y porqué no, una gran planificación y ejecución nacional, alimentada desde las bases. Entonces sí estaríamos hablando de PODER POPULAR. Esta planificación y ejecución de programas y proyectos no estarían limitados a problemas concretos de estos espacios de poder, sino que también debería abarcar lo productivo, planificando la producción material y su distribución a la sociedad; lo social, identificando debilidades en las misiones y/u otros espacios de atención al ciudadano; lo político, enfrentando posiciones reformistas, dogmáticas e ideológicas, contrarias a la moral, la ética y la conducta revolucionaria y socialista. Es, a fin de cuentas, el poder en manos de la sociedad en su totalidad, conjuntamente con la vanguardia del partido que se está por conformar. Sólo así, podremos decir que estamos en camino de la sociedad socialista del siglo XXI.
Con la nueva propuesta del Comandante Hugo Chávez para la Reforma Constitucional, se abre el camino para que la Revolución Bolivariana deje de ser LIGHT y se termine de definir su carácter SOCIALISTA. Los cambios propuestos por Chávez darán al traste con el reformismo enquistado dentro del proceso, con los cuarta republicanos disfrazados de revolucionarios, con los manipuladores de oficio dentro del PSUV cuadrando apoyos, manipulando Consejos Comunales, arrimando brasas para sus sardinas electorales del año próximo, cual adeco en campaña.
No ha tardado mucho la canalla cipaya del país en apuntar sus baterías sobre la propuesta de Reforma Constitucional, con los ya manidos argumentos sobre la eliminación de la propiedad privada, la patria potestad sobre los niños, el fantasma del comunismo, etc., etc. Como saben que electoralmente a Chávez no le gana nadie, optarían por su único recurso, el magnicidio, o el golpe de estado, siempre con el beneplácito y la ayuda del imperio caduco de Estados Unidos de Norteamérica.
Es nuestro deber alertar al pueblo en armas (Pueblo y Fuerza Armada Bolivariana), para que estén preparadas al combate con todas las armas disponibles y a su disposición, no solamente las convencionales, sino también aquellas que la inventiva popular pueda agenciarse y utilizar en la guerra de cuarta generación. También debemos tratar de persuadir al enemigo local para que desistan de su despropósito, porque una vez iniciada la ofensiva popular, de ellos no quedaría ni rastro y mucho menos de sus propiedades.
El Partido, la Reforma Constitucional, los Consejos en todas sus variantes, la Guardia Territorial, la Fuerza Armada Bolivariana y hasta las células de guerrilla urbana serán importantes y necesarias en este combate a muerte contra el capitalismo y su mentor: el imperialismo yanqui.
Estudiar, organizarse, capacitarse para la defensa de la Patria, es la tarea que nos convoca en esta hora de consolidación de la sociedad socialista que estamos construyendo.
(*)Promotor de Consejos
LOS CONSEJOS, EL PRIMER PODER
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE, VENCEREMOS
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