Fue Chávez el primero que logró la hazaña. Una tarea por muchos emprendida, la unidad del descontento y las ancestrales aspiraciones de cambio, sólo pudo ser realizada por Chávez. Por encima de las ideologías, la cerca de la militancia, los odios irracionales, desconfianzas sin sustento, el Comandante pudo descubrir el punto exacto para el encuentro. Y allí estuvo para insertarse en la historia.
Pero luego, ya siendo presidente, se convierte en el primero en admitir el derecho a la participación que le corresponde a las etnias. Pues pese nuestra gesta republicana, los gobernantes se empeñaron en “acriollar” a los descendientes de los primitivos habitantes o ignorarlos. El viejo y desacreditado concepto del Padre Sepúlveda, según el cual el indio era inferior, se mantuvo como política de Estado hasta que el comandante arribó a Miraflores
Y ha sido también, hasta ahora, el primer y único presidente, que en lugar de lanzar las Fuerzas Armadas contra el pueblo, vincula y une a aquellas con éste. Para él, pueblo y soldado, como pensase Nicolás Guillén, la misma cosa es. “No sé como piensas tú, soldado que te odio yo; si yo soy tú”, dice el poema del mulato cubano.
Chávez, como no lo hizo ningún presidente de Venezuela, pudo palpar de cerca los horrores de las cárceles nuestras y reconoce que en éstas se violan, de manera flagrante, los derechos humanos.
Y abanderado ha sido del referendo popular y el derecho del pueblo a participar directamente en el diseño de su destino. Primer presidente, en la historia de este país, que se empeñó que a la Constituyente se le convocase por decisión popular y la Constitución que de ésta emanase, se le refrendase por la misma vía.
Y algo pocas veces visto en la historia de este continente; los cancilleres del gobierno de Chávez, han acudido a la OEA a protestar contra las agresiones a nuestro país. Primero José Vicente Rangel, por un proyecto presentado a ese organismo por la representación de Estados Unidos, en el cual se aspiraba amordazar al ejercicio periodístico y limitar el derecho de los pueblos a estar informados; luego Nicolás Maduro a denunciar los intentos de desestabilizar nuestra democracia y el inmiscuirse en nuestros asuntos por parte de la administración Bush.
El presidente venezolano, a quien sus adversarios, y cierta parte del mundo diplomático, se han empeñado en mirar como un aspirante a déspota o tirano, a cada instante les enmienda la plana en materia de derechos ciudadanos, libertad de opinar y ejercer la democracia.
Chávez sostuvo y contribuyó que a la Constitución del 99 se incorporarse la revocatoria del mandato, cosa que nunca antes presidente alguno o funcionario de menor jerarquía, se le ocurrió proponer por temor a “poner cuchillo en su pescuezo”. Y es más, admitió como válida una solicitud dudosa y se sometió a la prueba del referendo del cual salió victorioso y fortalecido. ¿Qué más se puede hacer para demostrar que en este país hay absoluta libertad y pleno ejercicio democràtico?
¿Quién antes que él, ha negado a EEUU o cualquier otra potencia, el derecho a violar nuestro espacio aéreo? ¿Qué más pruebas de libertad y grandeza de pensamiento debe dar el presidente?
Con lo expuesto ya tiene suficiente para que la historia, aquella que se escribe en la tranquilidad y equidad que genera el tiempo y la lejanía de los hechos, le asigne un lugar importante por haber sido el primero en muchas cosas nobles.
Primer presidente que asume con valentía y patriotismo la tarea de imponer ante los grandes centros financieros y consumidores de nuestro petróleo el precio real y en justicia de éste; concibe la idea humanística que esa riqueza que en suerte nos otorgó la providencia, puede servir también para acercar a nuestros pueblos y aliviar los pesares de algunos de ellos. A sabiendas que este gesto patriótico y hermoso, le generaría fuertes oposiciones, sobre todo del gobierno de EE.UU.
Y la emprendió con nobleza contra el latifundio, unas de las causas importantes de las tantas deformaciones de nuestra economía, irracional distribución poblacional, injusticias y miseria. No le importó que eso le atrajese el odio, rencor y férrea oposición de influyentes sectores.
Pero no se quedó allí, considerando que la constitución emanada de las jornadas de la Asamblea constituyente y el referendo correspondiente en el año 99, limitaba seguir avanzando hacia la meta de construir una sociedad más equitativa, tuvo la audacia de proponer un cambio hacia el socialismo. Los resultados de ese intento son harto conocidos, como también lo son las razones que se alegan para que ellos se produjeran. Pero lo que ahora hay que destacar, que nunca antes que él, en los últimos ciento cincuenta años de historia, se había actuado desde el gobierno con tanta audacia, arrojo, deseo de justicia, valentía y respeto por los principios de la democracia. ¿Quién con su poder, respaldo popular, podría haber reaccionado con tanto equilibrio y ponderación aquella madrugada del 3D?
Ha promovido acciones como la creación del Alba, el Banco del Sur e intenta que MERCOSUR se convierta, con los anteriores, en armas fundamentales de la integración de la América nuestra. Políticas que le han atraído la animadversión del gobierno gringo. Y esto es más que suficiente para valorar la estatura de nuestro presidente al compararle con la conducta de muchos de quienes antes estuvieron de jefes en Miraflores.
¿Quién, desde la presidencia de la república cómo Chávez, se ha ocupado de los intereses y problemas cotidianos de la gente humilde? ¿Quién ha puesto tanto empeño en dignificar al venezolano y hacer aparecer a nuestro país en el concierto internacional con la prestancia que le corresponde?
América Latina, su gente humilde, sus vanguardias progresistas, han vuelto a ver renacer las esperanzas, soñar con la patria grande, con el Istmo de Panamá, como quiso Bolívar y un abrazo fuerte y fraterno, desde el sur del río Grande hasta la Patagonia. Y esta locura, porque de locuras y de locos, están llenos los grandes hechos, en gran medida está incentivada por el hijo de Barinas.
El caso colombiano, pese las inconsecuencias y vilezas de Uribe, es otro hito que puso de manifiesto como el presidente venezolano juega un papel de primer orden en la política del continente. Y esto se comprende mejor, si pensamos que ella ya no depende sólo de la voluntad o presencia de los mandatarios, individualidades y grupos poderosos de la economía, sino en el rol que ahora comienzan a jugar los pueblos. Bolivia, Ecuador y la república Argentina, son de alguna manera buenos ejemplos que por serlos, no pueden soslayarse.
Este es el espíritu que prevalece y debe prevalecer. El 2D fue una escaramuza, una luz prendida en el camino que invita a rectificaciones y al enmendar errores. No es un llamado a zafarrancho y al entre devorarse de quienes, dentro del campo del cambio discrepen o reflejen ideas diferentes, esto siempre nos acompañará y no estamos seguros quién o quiénes tienen más o menos culpas. Si no es así, aquel que esté convencido que tiene la verdad o piedra filosofal en la mano, tire la primera piedra.
Las discrepancias en el frente del cambio o de la revolución siempre habrán de acompañarnos; son necesarias porque emanan de la dinámica de la vida. Al principio fue así y como dijimos arriba, dentro de esa diversidad apareció la figura de Chávez, quien pudo entrelazarnos. Y él, allí está firme. Y nosotros tenemos el derecho de tener nuestras visiones y a partir de ellas, buscar para encontrar lo que nos une y no hacer prevalecer lo que separa.
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