Ya lo anunció el Presidente. Inspirado en la figura portentosa de Maneiro, propone al universo socialista venezolano aplicar en el marco de la revolución, las tres erres que contienen la Revisión, con todo lo que ello significa, la Rectificación, con todo lo que ello implica y el Reimpulso de la revolución, con todos los cambios que ello admita. Allí esta en contenido certero, la interpretación al mensaje, que el concierto socialista viene dando. Y a partir del cañonazo que anuncia la avenencia del nuevo año, ese proceso sistemáticamente unido a la suprema supervivencia de la construcción del socialismo, recorrerá en estricto procedimiento, los rincones de Venezuela, para limpiar el rostro de una revolución que lucha en vida mas con la miserable corteja de los que ella medran para expoliarla, que a veces, contra los ya declarados fusileros de la justicia de los pueblos. Y Falcón exuda, a tono con toda esta realidad, un complejo arquetipo de defectos evidentes en donde el proceso revisorio tendrá que hundir sus tientas hasta las biozonas mas sensibles del partido que se conforma, de las gestiones de gobiernos regional y municipales y hasta de las estructuras vecinales de participación en donde circundan claras expresiones de cohecho y perversión. Y, mal que pese, la segunda fase de rectificación traerá consigo indeclinablemente, la supresión sea provisional, sea definitiva, de algunas políticas que a la luz de los caminos andados no hicieron más que colocar obstáculos, a veces enmascarados en los andares del proceso que Chávez empuja. Y la supresión de esas políticas puede que contenga, más seguro que sí, el cuestionamiento de quienes las han propiciado. O en su defecto de quienes las han alcahueteado.
Tendrá que aprenderse en este camino de autocrítica que no vale la pena desbandarse detrás del poder para tan sólo disfrutar de él, sin entender que el poder en sí mismo no tiene sentido si no se atiende con fidelidad gigante a quienes lo concedieron. Sino por el contrario. Se diseña una cúpula sedienta de dinero y derroche que todas las historias del mundo le han calculado su fin. Ya con la tercera erre, que el presidente ha propuesto, ya con el Reimpulso de la revolución ese fin está calculado.
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