Esta es la segunda, y última parte, del discurso de Daniel De León, el cual nos parece muy oportuno en este momento en que se realizan elecciones primarias en los dos partidos del régimen capitalista en los Estados Unidos. Este discurso fue dado por De León el 20 de octubre de 1903, como representante del Partido Socialista del Trabajo, en un debate con representantes de los otros partidos mencionados en el título. Para una breve introducción a Daniel de León ver: http://www.aporrea.org/ideologia/a16396.html Como señale en mi nota a la Parte I, esta es una traducción libre del discurso de De León que hice para la ocasión, se aceptan sugerencias en la redacción. El texto original en inglés se encuentra en: http://www.slp.org/pdf/de_leon/ddlother/right1904.pdf
Julio Mosquera
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Consideremos otra iniquidad. Estamos justo ahora oyendo mucho acerca de la remoción de la “madera muerta” en las plantas de los amos capitalistas, especialmente en el servicio de trenes. ¿Qué significa esto? Por las rezones que mencioné antes, el trabajador se desgasta rápidamente. Es bien conocido el hecho que el dicho se ha generalizado: “Si un trabajador alcanza los 40 años de edad sácalo de paseo y dale un tiro; él está demasiado usado para ser útil, y es demasiado pobre para mantenerse a si mismo”. Es este material humano usado que es denominado “madera muerta” y es removido. ¿Y por quién es suplantado? ¡Por la generación de sus propios hijos! Son diabólicamente engreídos con la vanidad de ser “personas enérgicas”, y son mantenidos ignorantes del hecho que pronto ellos mismos serán “madera muerta”. Entonces, engreídos con vanidad, llenos de ignorancia y deshumanizados, el hijo “persona enérgica” es instigado a desplazar a su padre “madera muerta”. (Una voz: “!Ellos están haciendo eso mismo aquí en Providencia!”) Y en todas partes, mi amigo.--¿Es eso por lo que Lincoln luchó, o Jefferson tenía por fin? ¿Es esto humano? ¿Es esto humanista?
Con la sola excepción del Partido Socialista del Trabajo, todos los otros partidos—Republicano, Demócrata, Prohibición, o cualquier otro nombre bajo el cual naveguen—sostienen el sistema capitalista de producción. Ellos o lo apoyan directamente, o lo apoyan indirectamente fusionándose con partidos o elementos que apoyan el Capitalismo. El Partido Socialista del Trabajo es el único que exige la rendición incondicional de la Clase Capitalista; es el único que merece el apoyo de la Clase Trabajadora, porque éste solo presenta el programa y sigue las tácticas para la cierta emancipación del Trabajo.
Obviamente que el Capitalismo tiene que ser derrotado. Obviamente todo y cada partido político que apruebe el sistema capitalista debe ser rechazado. La pregunta es: ¿Con qué rechazarlos? La característica de la sociedad capitalista descansa en el carácter de bien o mercancía que imprime sobre la mayoría creciente de gente; y esa característica es realizada por el propiedad privada de la tierra y de la maquinaria con la cual se trabaja. Los pocos propietarios privados se convierten en amos; las masas, privadas de estos esenciales para el trabajo, se convierte en bien, se convierte en mercancía. Para emanciparse a si mismos del estatus de mercancía la Clase Trabajadora tiene que poseer la tierra y el capital. La propiedad pública de estos esenciales para el trabajo es el palo con el cual hay que golpear hasta tumbar el Capitalismo—y eso es el Socialismo.
El representante del partido Demócrata tiene mucho que decir acerca de la tiranía del partido Republicano en Rhode Island, y como el partido Demócrata aquí abolirá esa tiranía. El caballero habló como si Rhode Island fuera el único Estado de la Unión. Hay unos cuarenta Estados. Muchos de ellos son Democráticos. ¿Cómo es la situación en ellos? Miren al Sur. ¿Tengo yo que contarles los cuentos espantosos del sufrimiento del Trabajo en esa región y de la tiranía política Demócrata? Hemos tenidos administraciones Republicanas y Demócratas alternativamente. Para la vida de nosotros no podemos ver ninguna diferencia. Él que busca la libertad política inteligentemente, tiene que buscarla por la vía de la libertad económica. No todas las declaraciones a favor de la libertad política hechas por el partido Demócrata son lo mismo que nada considerando el fundamento capitalista industrial del partido. Les he mostrado los frutos, algunos de los frutos, del sistema capitalista. Este sistema alimenta la servidumbre industrial y económica. Sobre estas bases, la libertad política es una trampa y una ilusión. Nosotros disfrutamos hoy de toda la libertad política que es necesaria para permitirnos derrocar el sistema capitalista. Lo que se necesita es el conocimiento económico requerido para darle dirección y precisión a nuestros golpes. El partido Democrático, al hablar de “libertad política”, desvía la atención del problema real; éste contribuye con el partido Republicano y otros partidos para prolongar la ignorancia de las masas de el asunto importante, la cuestión económica; e induce a los trabajadores a dar sus golpes en el aire.
El representante del partido Republicano declaró le importaba discutir sólo con hombres quienes procedieran en las línea sen que este país a avanzado. “Si quiero viajar hacia el oeste”, él dijo, “es inútil discutir con hombres quienes proponen viajar en la dirección opuesta”—una postura típica de la mente capitalista. El oeste queda en la frontera de este estado. El Estado se puede decir que termina aquí. La actitud de la mente capitalista es la civilización termina o culmina en el capitalismo, como Rhode Islan termina hacia el oeste. Hora, esto es falso. Más allá del oeste hay vastos dominios. Y de la misma manera hay vastos dominios de crecimiento social más allá del capitalismo. La humanidad ha viajada hasta el capitalismo. Estamos todos en le oeste. El capitalismo nos quiere detener aquí. El Socialista reconoce que no podemos, y nos urge a avanzar hacia el Socialismo. El Capitalismo ha conducido a la sociedad hasta un punto de realizar la productividad co-operativa del trabajo. Pero vemos que el Capitalismo se detiene en el asunto de la posesión, los Socialistas urgen a la sociedad a marchar más allá de manera tal de cuadrar la posesión de los requisitos para el trabajo con el sistema de trabajo. El sistema de trabajo se ha hecho colectivo; colectivo en conformidad, tiene también que ser el sistema de propiedad de los requisitos para trabajar. La mente capitalista dejaría al país en las torturas del presenta sistema social dislocado—trabajo colectivo y propiedad privada de la tierra y el capital. El Socialista ve más allá—más allá del oeste. Su horizonte no está limitado por el presente.
El representante del partido de la Prohibición deploró las vastas cantidades de maíz que son convertidas en whiskey, y declaró que si fuera convertido en hogazas de pan habría más que comer. Me pregunto, ¿Para comer quién? Tenemos en las declaraciones del caballero otra evidencia de la falacia de la mente capitalista y sus partidos. Más hogazas de pan de ninguna manera implican más comida para los trabajadores. Hay hoy en día más camias, zapatos, abrigos, casas, etc., pero el trabajador no recibe el incremento. Bajo el sistema capitalista el trabajador es una mercancía. Por consiguiente lo que recibe está determinado, no por la cantidad de cosas buenas, sino por u precio en el Mercado de Trabajo, y ese precio he demostrado a ustedes es y tiene que ser uno en declinación. Hornee más hogazas de pan, y el trabajador no tendrá una hogaza más. No se trata de una cuestión de PRODUCCIÓN; se trata ahora de una cuestión de DISTRIBUCIÓN.
Si el capitalista conoce los hechos o no, no importa; tampoco hace diferencia alguna si él se resiste al progreso de la civilización por ignorancia o por los intereses de clase. El hecho importante es él se resiste. La producción es hot en día fenomenal. Bajo tales condiciones la crucifixión continuada de la clase trabajadora no es más una “necesidad social”. Si cada hombre adulto capacitado trabajara sino cuatro horas diarias por 200 días al año podría producir una cantidad de riqueza igual a aquella que hoy en día permite adquirir $10.000. Pero esto es imposible bajo un sistema de propiedad privada de los medios de producción y el sistema resultante de producción para la venta y no para el uso.
La abolición de ese sistema es propuesta y sistemáticamente perseguida sólo por el Partido Socialista del Trabajo. Por esta razón yo soy un Socialista. Por esta razón yo recomiendo y urjo a todos los trabajadores a darle la espalda a todos los otros partidos, y votar por el Partido Socialista del Trabajo.
(fin)
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julio_mosquera@hotmail.com
Julio Mosquera
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Consideremos otra iniquidad. Estamos justo ahora oyendo mucho acerca de la remoción de la “madera muerta” en las plantas de los amos capitalistas, especialmente en el servicio de trenes. ¿Qué significa esto? Por las rezones que mencioné antes, el trabajador se desgasta rápidamente. Es bien conocido el hecho que el dicho se ha generalizado: “Si un trabajador alcanza los 40 años de edad sácalo de paseo y dale un tiro; él está demasiado usado para ser útil, y es demasiado pobre para mantenerse a si mismo”. Es este material humano usado que es denominado “madera muerta” y es removido. ¿Y por quién es suplantado? ¡Por la generación de sus propios hijos! Son diabólicamente engreídos con la vanidad de ser “personas enérgicas”, y son mantenidos ignorantes del hecho que pronto ellos mismos serán “madera muerta”. Entonces, engreídos con vanidad, llenos de ignorancia y deshumanizados, el hijo “persona enérgica” es instigado a desplazar a su padre “madera muerta”. (Una voz: “!Ellos están haciendo eso mismo aquí en Providencia!”) Y en todas partes, mi amigo.--¿Es eso por lo que Lincoln luchó, o Jefferson tenía por fin? ¿Es esto humano? ¿Es esto humanista?
Con la sola excepción del Partido Socialista del Trabajo, todos los otros partidos—Republicano, Demócrata, Prohibición, o cualquier otro nombre bajo el cual naveguen—sostienen el sistema capitalista de producción. Ellos o lo apoyan directamente, o lo apoyan indirectamente fusionándose con partidos o elementos que apoyan el Capitalismo. El Partido Socialista del Trabajo es el único que exige la rendición incondicional de la Clase Capitalista; es el único que merece el apoyo de la Clase Trabajadora, porque éste solo presenta el programa y sigue las tácticas para la cierta emancipación del Trabajo.
Obviamente que el Capitalismo tiene que ser derrotado. Obviamente todo y cada partido político que apruebe el sistema capitalista debe ser rechazado. La pregunta es: ¿Con qué rechazarlos? La característica de la sociedad capitalista descansa en el carácter de bien o mercancía que imprime sobre la mayoría creciente de gente; y esa característica es realizada por el propiedad privada de la tierra y de la maquinaria con la cual se trabaja. Los pocos propietarios privados se convierten en amos; las masas, privadas de estos esenciales para el trabajo, se convierte en bien, se convierte en mercancía. Para emanciparse a si mismos del estatus de mercancía la Clase Trabajadora tiene que poseer la tierra y el capital. La propiedad pública de estos esenciales para el trabajo es el palo con el cual hay que golpear hasta tumbar el Capitalismo—y eso es el Socialismo.
El representante del partido Demócrata tiene mucho que decir acerca de la tiranía del partido Republicano en Rhode Island, y como el partido Demócrata aquí abolirá esa tiranía. El caballero habló como si Rhode Island fuera el único Estado de la Unión. Hay unos cuarenta Estados. Muchos de ellos son Democráticos. ¿Cómo es la situación en ellos? Miren al Sur. ¿Tengo yo que contarles los cuentos espantosos del sufrimiento del Trabajo en esa región y de la tiranía política Demócrata? Hemos tenidos administraciones Republicanas y Demócratas alternativamente. Para la vida de nosotros no podemos ver ninguna diferencia. Él que busca la libertad política inteligentemente, tiene que buscarla por la vía de la libertad económica. No todas las declaraciones a favor de la libertad política hechas por el partido Demócrata son lo mismo que nada considerando el fundamento capitalista industrial del partido. Les he mostrado los frutos, algunos de los frutos, del sistema capitalista. Este sistema alimenta la servidumbre industrial y económica. Sobre estas bases, la libertad política es una trampa y una ilusión. Nosotros disfrutamos hoy de toda la libertad política que es necesaria para permitirnos derrocar el sistema capitalista. Lo que se necesita es el conocimiento económico requerido para darle dirección y precisión a nuestros golpes. El partido Democrático, al hablar de “libertad política”, desvía la atención del problema real; éste contribuye con el partido Republicano y otros partidos para prolongar la ignorancia de las masas de el asunto importante, la cuestión económica; e induce a los trabajadores a dar sus golpes en el aire.
El representante del partido Republicano declaró le importaba discutir sólo con hombres quienes procedieran en las línea sen que este país a avanzado. “Si quiero viajar hacia el oeste”, él dijo, “es inútil discutir con hombres quienes proponen viajar en la dirección opuesta”—una postura típica de la mente capitalista. El oeste queda en la frontera de este estado. El Estado se puede decir que termina aquí. La actitud de la mente capitalista es la civilización termina o culmina en el capitalismo, como Rhode Islan termina hacia el oeste. Hora, esto es falso. Más allá del oeste hay vastos dominios. Y de la misma manera hay vastos dominios de crecimiento social más allá del capitalismo. La humanidad ha viajada hasta el capitalismo. Estamos todos en le oeste. El capitalismo nos quiere detener aquí. El Socialista reconoce que no podemos, y nos urge a avanzar hacia el Socialismo. El Capitalismo ha conducido a la sociedad hasta un punto de realizar la productividad co-operativa del trabajo. Pero vemos que el Capitalismo se detiene en el asunto de la posesión, los Socialistas urgen a la sociedad a marchar más allá de manera tal de cuadrar la posesión de los requisitos para el trabajo con el sistema de trabajo. El sistema de trabajo se ha hecho colectivo; colectivo en conformidad, tiene también que ser el sistema de propiedad de los requisitos para trabajar. La mente capitalista dejaría al país en las torturas del presenta sistema social dislocado—trabajo colectivo y propiedad privada de la tierra y el capital. El Socialista ve más allá—más allá del oeste. Su horizonte no está limitado por el presente.
El representante del partido de la Prohibición deploró las vastas cantidades de maíz que son convertidas en whiskey, y declaró que si fuera convertido en hogazas de pan habría más que comer. Me pregunto, ¿Para comer quién? Tenemos en las declaraciones del caballero otra evidencia de la falacia de la mente capitalista y sus partidos. Más hogazas de pan de ninguna manera implican más comida para los trabajadores. Hay hoy en día más camias, zapatos, abrigos, casas, etc., pero el trabajador no recibe el incremento. Bajo el sistema capitalista el trabajador es una mercancía. Por consiguiente lo que recibe está determinado, no por la cantidad de cosas buenas, sino por u precio en el Mercado de Trabajo, y ese precio he demostrado a ustedes es y tiene que ser uno en declinación. Hornee más hogazas de pan, y el trabajador no tendrá una hogaza más. No se trata de una cuestión de PRODUCCIÓN; se trata ahora de una cuestión de DISTRIBUCIÓN.
Si el capitalista conoce los hechos o no, no importa; tampoco hace diferencia alguna si él se resiste al progreso de la civilización por ignorancia o por los intereses de clase. El hecho importante es él se resiste. La producción es hot en día fenomenal. Bajo tales condiciones la crucifixión continuada de la clase trabajadora no es más una “necesidad social”. Si cada hombre adulto capacitado trabajara sino cuatro horas diarias por 200 días al año podría producir una cantidad de riqueza igual a aquella que hoy en día permite adquirir $10.000. Pero esto es imposible bajo un sistema de propiedad privada de los medios de producción y el sistema resultante de producción para la venta y no para el uso.
La abolición de ese sistema es propuesta y sistemáticamente perseguida sólo por el Partido Socialista del Trabajo. Por esta razón yo soy un Socialista. Por esta razón yo recomiendo y urjo a todos los trabajadores a darle la espalda a todos los otros partidos, y votar por el Partido Socialista del Trabajo.
(fin)
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