Nuevos días, Buenos días

Un alborozo recorre el país cual remolino centrífugo que se expande fuera de nuestros confines limítrofes. Como si ya alcanzara un cielo la victoria futura del 23-11, por cierto Día del Estudiante Universitario. La desconfianza, gula, egoísmo, codicia de un poder monárquico que deviene de tiempos inmemoriales, tocaría su fin apocalíptico en una primera fase de un umbral que intenta penetrar dentro del abdomen del caballo de madera conteniendo un país dentro para que la gesta astuta dé paso a los guerreros compañeros que aguardan allende las playas enemigas.

Es una enojosa comparación puesto que el mal a vencer no puede ser atribuido a los héroes troyanos. Es sin embargo el mito a al mano de lo que va a ocurrir que no sería sino apenas culminación de un primer paso para la hazaña gloriosa que nos aguarda. “¡No volverán!” es un slogan–anhelo convertido en dictamen una vez trascendido el paso eleccionario. Petroglifo será en la conciencia y voluntad pétrea que hablará para siempre de un punto final en un período labrado a pinzas.

La mentira hace esfuerzos inauditos, nunca había quedado tan desnuda. Aún posee poderosos fautores, peor, aún está en el poder contra el cualinsurgimos y su fuerza tientay templa caminos verdes por donde conectar la mentira a punta de Circes, Calipsos y Sirenas que cumplirían su implacable decisión de matar al que pretenda fulminarlas. No me extraña que un día lo digan sin aspavientos, cuando se le acaben los argumentos (si es que así podríamos denominar a sus disparates): “ustedes deben morir porque nos da la gana, nos apesta su sola presencia”.

Algo más que una fecha histórica o inédita va a ocurrir en estas dos fases (1º de junio y 23 de noviembre). Si la verdad “se pone las pilas” una nueva ERA está por arrancar, porque ya es histórica e inédita la faena que vivimos. La estrategia de pinzas coordinada rodea democráticamente al monstruo, hasta el instinto de conservación está de nuestro lado al delatársele la codicia al (los) imperio(s) norteño y europeo por nuestras riquezas, que ya “no son” nuestras, sino “de la humanidad”…qué chévere, después que asolaron las suyas. Naturalmente, somos piedras puyúas en sus zapatos.

¿Qué espera tras la puerta el día 24 de noviembre? Pues más fuerza inédita, de empuje inédito, muralla inédita, consubstanciación inédita, con los futuros mandatarios regionales: casi nada, personajes al mando hechos de nuestra propia mezcla y sangre. Y si el Presidente Chávez tenía gente que le caía mal, ahora será como una estaca contra los vampiros de la noche, un bloque de país hecho estacas contra Dráculas, harto de Dráculas, abriendo cortinas para la madrugada… el alba del mundo, así de simple nuestra insospechada grandeza. Chávez, misil crucero a las megas estructuras de papel periódico abarrotadas de mentiras. Quién creería que los más serios postulados establecidos son patraña tan equivalentes como la jugarreta de la computadora. Monstruos como El Vaticano sostenidos de andamios tan fatuos como las indulgencias, paraísos del más allá. Apenas podemos avizorar el panorama pasado sin evitar la pregunta: ¿Cómo fue que llegamos a tanto? El hecho es que ya estamos aquí, y sobre el burro montados

Y estamos hablando solamente del triunfo electoral, no de la gestión que le proseguirá. De paso en noviembre también el imperio también tiene su examen en noviembre. Me atrevo a decir que tendremos tanta cobertura noticiosa como el país de caucásicos falsos y verdaderos, todos falsos. Imperio montado sobre fantasmas de millardos de seres humanos, porque esto es sólo el presente de algo que deviene desde antes del alfabeto. Pero qué gran diferencia, allá es cambio de máscara, porque la monarquía tiene nombres en el estado-verdugo: Departamento de Estado (la reina), Pentágono (el rey). Los presidentes son burócratas oficinistas ejecutivos, si no que lo digan las balas que perforaron a Kennedy.

Pareciera ensoñación de un preso, sin embargo los días avanzan y los mismos co-formadores del equipo pesuvista somos los primeros en la perplejidad, los que se adelantaron, los que invirtieron en campañas con afiches con el presidente acompañados, con ancianas inocentes a las que ni un bolívar le habrán devengado por la publicidad, es moda tomarse fotos con ancianas, será que captan votos, que nutren sus números. El hecho es que el castillo de naipes ha caído con estos quince días de dos o tres minutos para cada uno al micrófono. Hasta se vio cruel, porque se mostró que ni siquiera esos mandatarios sabían de qué se trataba. La sorpresa será mayúscula cuando veamos el cuadro político que llene el rompecabezas general, ni el Presidente se lo creerá. Lo digo sin cortapisas, creo que no ha habido mejor estrategia política en la democracia mundial, a pesar de que se trataba del huevo de Colón, la solución a la nariz y siempre la codicia hablaba por todos.

Ahora se demuestra que es un país el que habla, los campos, las calles, los cerros, colinas avenidas, muelles, fábricas y selvas, aguas y ejércitos, abejas y ministros, al mismo aire se le sentirá su preferencia.

Táctica, mucha táctica, porque el paso es tan avasallante que seremos la envidia de los que nos apetecen. Cada vez que el Presidente habla de la faja petrolífera, los riquísimos pozos interiores en nuestro terruño que no llega al millón de kilómetros cuadrados, es un latigazo a la codicia, peor que cuando desata sus desafíos, los que habitamos holgados en este emporio de país, sabemos en qué nos estamos metiendo: Usurpamos el poder a la mentira, ya era hora. Tendrán que buscar algo más que computadoras, cuartas flotas, porque todo eso es vencible con la palabra. La zancadilla es lo que tienen por arma, siguiendo el paso de nuestras elecciones sabremos cómo lidiar con todo; si la verdad nos protege, que sea ella el faro, si la verdad es lo que cada ser humano reza en sus anhelos, hasta los que componen el stablishment imperial andarán tras su curso, no hay peores esclavos que los que están de pretorianos imperiales. Y no hay mejor compañía que los pueblos. Estadísticas imperiales como la dirigida por la Gallup (catalogando a Cuba y Venezuela como los más felices países del mundo), no encuentran asidero en sus preguntas, menos en las respuestas, no me extraña en nada que sus gobiernos prohíban esos números, al ver que sus resultados proliferarán la inclinación de la balanza en su contra.

Sólo queda una resolución: Avanzar, más que demostrado, pa’tras espantan. La Patria lo llama, socialismo la consigna genética oculta, o muerte de una esperanza, cuidado si no del género humano.

arnulfopoyer@gmail.com






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Arnulfo Poyer Márquez


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