Cuando nos referimos a creación de ideas, traemos a colación la frase “inventamos o erramos” que en una oportunidad pronunció Simón Rodríguez, educador venezolano, filósofo, maestro y orientador de Simón Bolívar. Crear es innovar, transformar, renovar, modernizar. Quien no se adapte a los cambios estructurales que exige la dinámica actual, está condenado a una parálisis paradigmática. En el campo de la educación, el mismo currículo se repetía año tras año. Existía la misma programación académica y el docente no transformaba ni creaba ideas nuevas para aplicar otra metodología. Cuando se hablaba de evaluación del desempeño, se rechazaba al evaluador o supervisor. Sobre el diseño curricular se viene hablando desde hace unos cuantos años, y ahora cuando se dispone el estudio para su implementación e implantación, un sector lo rechaza, por cuanto precisamente este diseño, es innovador y transformador.
Los especialistas en materia de hidrocarburos, sostienen que el petróleo en muchos puntos del planeta tierra, no será renovable en 100 años; sin embargo, afirman que solamente 5 países, como Venezuela, Irán, Irak, Arabia Saudita y Rusia, tendrán reservas de crudo limitadas. Ante este panorama, se debe inventar o crear otras fuentes alternativas de sustento. Esta situación como en la educación, exige la creación de ideas. Un denso sector de seres humanos, siente recelo al cambio, expresa su conformismo aduciendo que todo anda bien, a sabiendas que hasta su vida necesita un cambio profundo, pero se resiste, es un conformista a ultranza sumergido en su entelequia. Todavía existen personas sumidas en la ignorancia de la estructura de su organismo que le impiden crear, inventar, transformar.
Todas las personas hacen su propia historia, cualquiera sea el rumbo que sus vidas tomen. Los fines de sus proyectos están signados por su conducta, que a veces se adecua a las mismas ideas que produjo su proyecto inicial y, aunque el resultado le parezca interesante e innovador, sigue siendo como dice el refranero popular “el mismo musiú con diferente cachimba”. El camino a lo desconocido produce expectativa, y si realmente se anhela eso que no se conoce, entonces la satisfacción justifica todo el esfuerzo que se haya hecho para investigar y alcanzar la meta deseada. Quien innova constantemente y persevera en esa transformación es creador de ideas.
También se observan las manías individuales disfrazadas de ideas geniales producto de la pasión y no de la reflexión. Esta voluntad individual produce casi siempre resultados distintos a los propuestos, por falta de una planificación minuciosa sin intención consciente. Lo que acaece no es lo deseado, todo ha sido precedido por el azar como suerte consecuente. Y hasta la próxima, si Dios quiere.
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