Propuestas para el gobierno revolucionario (I)

Hace ya demasiado tiempo que nos habíamos alejado del teclado, cansados
quizás de escribir y denunciar los planes de una oposición aburrida y
carente de ideas que se hunde en su propia incapacidad.

Hoy retornamos evitando caer en la tentación de convertirnos en cajas de
resonancia de las ya cansonas campañas mediáticas de Globovisión e
intentando hacer algunos aportes a la construcción de nuestra revolución
socialista.

Tal y como se infiere del epígrafe, lanzamos a partir de ésta una serie
de propuestas de solución a algunos de los problemas que vive el país.
Ello con la esperanza de que alguien en alto gobierne las considere y
evalúe.

Cómo desarrollar el agro venezolano

El presidente Chávez acaba de anunciar una serie de medidas que intentan
estimular la producción y benefician a los empresarios del agro.
Seguramente algunos resultados positivos obtendrá la nación, lo cual
justifica la acción; pero en claro debemos tener que las mismas están muy
lejos de ser medidas socialistas.

Seguir financiando y subsidiando con dinero de todos los venezolanos a
empresarios privados no es la mejor forma de construir socialismo y jamás
será garantía de precios justos y productos abundantes para el pueblo. El
germen de la ganancia fácil y abundante vencerá la conciencia de quienes
al final de cuentas están en el negocio para ganar dinero.

Esas medidas anunciadas por el Presidente ya están en marcha, a pesar de
que no resolverán el problema de fondo, representado por una economía
monoproductora, ineficiente y rentista. En contraposición a ello, el
gobierno nacional anunció hace ya mucho tiempo la creación de una PDVSA
Agrícola, haciendo de inmediato que aquellos que soñamos con
independencia alimentaria y desarrollo del país, lanzáramos al vuelo
nuestros anhelos; pero el proyecto aún no termina de concretarse; por lo
menos como nosotros lo visualizamos.

Siempre hemos creído que una gigantesca empresa, tipo PDVSA; de propiedad
estatal y dedicada a la producción agropecuaria es la palanca que
necesita el país para moverse hacia estadios de desarrollo, independencia
y soberanía alimentaria.

La propuesta es que dicha empresa se establezca en un estado cualquiera
del país, con un plan de inversiones destinado a apropiarse de la
mayoría de las tierras de vocación agrícola de esa entidad.
Una buena porción de dichas tierras son ya propiedad del estado
venezolano lo que representa un excelente punto de partida. El resto
podrían ser adquiridas, en un lapso a determinar, con el dinero
proveniente de los excedentes petroleros.

Si el capitalismo ha explotado las tierras y los campesinos de esta
América nuestra a través de transaccionales como Banana Fruit, Chiquita
y otras, por qué no crear una corporación socialista que tenga como
objetivos, además de la producción planificada y centralizada de
alimentos, el uso adecuado de la tierra, la protección del medio
ambiente, la preservación de las especies en peligro de extinción, el fin
de la especulación y el retorno del venezolano al campo.

Una corporación como ésta le daría un golpe mortal al desempleo, pues a
diferencia de la industria petrolera, en ella se requerirían de grandes
contingentes de trabajadores a lo largo y ancho del país.

Con ella se impondría un nuevo sistema de relaciones de producción en el
campo, acabando con las prácticas esclavistas que hoy abundan. Salario
justo, horario legal, vacaciones, utilidades, jubilaciones, asistencia
médica, ayuda alimentaria y educación para los hijos son algunos de los
beneficios que harían que miles acudieran a solicitar empleo en esa
corporación.

Ya no sería el humilde campesino el que trataría de vender su cosecha de
maíz; ahora las grandes cadenas de supermercados tendrían que sentarse a
negociar precios y condiciones con el gerente de ventas de una poderosa
corporación agrícola. La especulación y la ganancia excesiva tendrían sus
días contados.

Más tarde, la industrialización complementaría el ciclo de crecimiento de
la empresa, generando un ahorro significativo de divisas y sentando las
bases de la independencia alimentaria.

¿Con qué gente se cuenta para impulsar esta idea? Con los obreros,
veterinarios, agrónomos, electricistas, instrumentistas, mecánicos,
albañiles, periodistas, médicos, pilotos, soldadores, choferes, abogados,
ingenieros, economistas, administradores, enfermeras, pintores,
cocineros, etc. que esperan una oportunidad de empleo.





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Alexis Arellano


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