Ciertamente, si no se aplican medidas para lograr disciplina revolucionaria, esto se va a volver un relajo. En mi humilde concepto, revolución implica en principio disciplina, orden, poner la cosas en su justo lugar, para que puedan funcionar en beneficio del objetivo por el cuál se lucha; por eso es inconcebible que dentro de la filas que empujan el proceso revolucionario permanezcan sujetos que para nada tienen o asumen una verdadera conducta que se pueda calificar de revolucionaria, sino de todo lo contrario; dirigentes o cuadros que han alcanzado posiciones de gerencia o mando que se burocratizan en una abrir y cerrar de parpados, quienes piensan que les pusieron allí para mirar por arriba del hombro al pueblo, haciéndose los importantes, atendiendo de mala manera y cuando les da la real gana, olvidándose que han alcanzado esas posiciones por las luchas perseverante de ese mismo pueblo que ahora echan de lado y hacen esperar. Igualmente se topa uno, con “revolucionarios” así entre comillas, que usan el status político asignado para enriquecerse a través de actos lesivos al patrimonio público, negociantes de oficio que se aprovechan de la confianza que de buena fe el soberano ha vertido sobre éllos, para enroscarse en círculos mafiosos que hacen de la actividad gubernamental su gran negocio; actitud contrarrevolucionaria que es notoria y fácil de detectar:-“ ya que no se ve la mano que saca, pero si la que gasta” y como dirían alguien por allí, existen cosas que no pueden esconderse, como es:-“La tos y el dinero”.-
Pero además encontramos en esa fauna contrarrevolucionaria personajes que se auto califican de archí-revolucionarios, que llegan a considerarse inamovibles, intocables y cuando no logran su objetivo, irrespetan lo acuerdos, los estatutos, los principios que todo buen revolucionario tienen como sagrados. Entonces se vuelven malcriados, prepotentes, engreídos y de no lograr la satisfacción que se han propuestos, terminan saltando la talanquera; de éstos inmaculados tenemos a granel; quienes en jornadas de procesos internos para escogencia por vía democrática de las bases de postulados para cargos de representación popular, se rebelan violentando los acuerdos o las normas establecidas y lo más lamentable, es que en algunos casos, ese tipo de conductas que nada tienen que ver con la revolución se imponen, haciéndole daño al proceso ya que el pueblo verdaderamente revolucionario se resiente al observar la malcriadez, el chantaje o prepotencia de falsos revolucionarios se imponen sobre la voluntad de las mayorías.-
Muchas cosas o conductas arribista como las descritas en esta nota, han y están sucediendo en las filas del proceso que con tanta pasión y esfuerzo impulsa día a día el nieto de Maisanta y la gran mayoría del pueblo Venezolano, de allí que se hace urgente extirpar ese cáncer del burocratismo, de la desviación de los principios éticos de La Revolución Bolivariana que ha sido y está siendo contaminada por el flagelo de la corrupción de aquellos que han puesto sus intereses personales, grupales o familiares por encima del interés colectivo del pueblo Venezolano, con lo cual en nada se diferencia de los cuestionados partidarios de La Cuarta República.
Porque Sin disciplina revolucionaria, no habrá revolución y menos aún Socialismo a La Venezolana; razón más que suficiente para depurar el proceso de la presencia notable de la contrarrevolución.-
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(*) Alcalde del Municipio Jáuregui.
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