El agua mala del destino llegó a tus playas habaneras de juegos, Camarada Celia, para dejarnos inesperadamente sin tus palabras de sol. Hace solo un par de días leía su artículo sobre cómo el huracán revolucionario de Cuba enfrenta a los producidos por la naturaleza, enferma por la metástasis imperialista.
No tuve el honor de conocerla personalmente, pero siempre estaba a la espera de sus escritos que me ponían a reflexionar sobre los avatares de los procesos de cambios que vivimos.
Apenas comenzaba a asimilar esta mala nueva, cuando otra toca a la puerta, la pérdida del camarada Vidal Chávez López, compatriota periodista y Profesor de La U. B. V. Zulia.
Son, sin duda, dos grandes ausencias físicas, y solo nos quedará asirnos a sus memorias en lo sucesivo como aliciente para el viaje transitorio de la vida terrenal, más eterna en los ideales de Patria y Revolución.
En sus acciones, escritos y artículos hay acervo de humanismo y votos por un mundo mejor, prodigalidad en concejos y humor, la sapiencia de almas flexibles donde caben todos los deseos de curar al planeta de egoísmos y luchas fratricidas.
Leer lo que no he podido hasta ahora de sus obras, será una forma de conocerles mejor. Volver a los ya leídos producirá nuevos encuentros con sus ideas, otras reflexiones. En todo caso, cada vez que alguien curiosee allí hará que haya valido la pena pasar por aquí, como trascendencia de lo humano hacia las estrellas.
¡Hasta luego, Camaradas!
pladel@cantv.net