Se trata de
AMENOFIS IV, faraón de la 18 dinastía egipcia, de cuyo reinado se
pueden sacar buenas enseñanzas. Como dijo el tercio aquel: “Quien
no aprende de la historia, corre el peligro de repetirla”.
Amenofis III,
padre del hereje, fue un general en jefe quien reinó durante muchos
años, se casó con Tiy, quien ejerció con mucha energía labores humanitarias
en el reinado.
Durante los
primeros años de su mandato, el faraón residió en Menfis y Ptah,
era el gran sacerdote de los “dioses de Egipto”.
El faraón pretendió que la gente de Egipto, tuviera una especie de ecumenismo religioso y permitió la adoración de varios dioses que representaban al SOL, tales como RA o ATON, KHEPRI, etc.
La divinidad
del propio Faraón, empezó a ser cuestionada y la traición provino
de su propio entorno, por una mujer llamada BAKETATON, debido a ciertos
factores políticos internos, pasó del anonimato a convertirse en esposa
secundaria del faraón.
Amenofis III
además confrontaba otros problemas con su sucesor, TUTMOSIS, quien
se había convertido en Alcalde de Tebas, en donde mantenía una corte
paralela muy eficiente como maquinaria mediática, pero terriblemente
ineficiente para solucionar los problemas del pueblo, asunto por el
cual crecía el descontento.
Tutmosis, consideraba a su padre un traidor a Atón, por lo que estimuló a Baketaton, a hacer una labor de erosión y desprestigio del Faraón.
La princesa
Baketaton, centró su labor en rodear al Faraón, infiltrando en el
palacio de Menfis a toda clase de espías o comprando a algunos oficiales
que siempre habían acompañado al monarca. Era reconocida la letal
princesa como como la genio de la división y el conflicto controlado.
El resultado de toda esta red fue que el faraón fue perdiendo poco a poco su capacidad de ver la realidad circundante y los conflictos fueron creciendo en forma alarmante.
Cuando le informaban de acontecimientos en Tebas, sede central del golpe de estado continuado comandado por su hijo el alcalde, siempre le llegaban totalmente distorsionados.
La gangrena
insurreccional, llegó a extremos insostenibles y Tutmósis y la princesa
llegaron a amenazar la vida del faraón y su esposa Tiy.
En este punto
la Historia se torna confusa y no hay evidencias en los jeroglíficos
sobre la suerte final de Amenofis III, lo único que sabemos es que
hubo un período de transición en donde gobernó por 8 años la princesa
Baketaton, quien al fin fue depuesta tras una sangrienta revuelta por
Amenofis IV (Aj-en Atón), es decir el mismísimo Tutmosis, quien encompinchado
con los sacerdotes impuso a Atón como Dios único.
Lo que los historiadores pueden sacar en conclusión es que la princesa Baketaton, era tan astuta que trató de madrugar a su propio jefe Tutmosis, pero este al fin pudo con ella.
Dicen que en
la política no hay amigos, sino compañeros de ruta.