El hecho político siempre es una cosa terriblemente incomprensible, tanto para unos como para otros. En este contexto hay quienes prefieren hacer política al boleo, sin definiciones o declaración de principios, lo consideran más conveniente, y pragmático. No hay inconveniente del por qué y para que qué, la idea es ganar adeptos para un fin que busca concretarse en determinado espacio y momento. Lo importante es vender el símbolo, el color, la consigna o el single; piensan que más adelante se ajustaran las cargas. Parten de la idea que a la gente se le hace más conveniente adherirse a un conjunto de ideas generales que no implica definiciones de orden ideológico llámase de derecha o izquierda.
Por el contrario, hacer política en el marco programático e ideológico, conlleva sin duda alguna a mayores compromisos para con la organización y por supuesto para con el fin último en lo concerniente a la definición ideológica; por eso encontramos que en las organizaciones progresistas de pensamiento socialista siempre se presentan contradicciones entre factores o tendencias internas que pujan por imponer tesis ponderadas algunas y radicales otras, esa ha sido la cotidianidad en las izquierdas Latinoamericanas y más aún cuando éstas, se han adaptado al modelo de la llamada “Democracia representativa”.
Es entonces cuando queda al descubierto el pragmatismo, su objetivo: mantenerse el control de espacios de gobierno, dejando de lado lo ideológico, lo importante es ganar elecciones.
Conducta política que está vivita y coleando, en el seno de organizaciones de izquierda y de éllo, por supuesto no escapa el PSUV, donde seguramente, para algunos era más fácil hacer política a través de organizaciones declaradas “Chavistas”; que hacerlo con un partido político que se define abiertamente: Socialista y donde su máximo líder, el nieto de Maisanta se declara Socialista.
Por eso en este instante, seguramente se estarán abriendo las compuertas para el debate, entre los que consideran que es más fácil avanzar o mantener puestos de gobierno sin la definición ideológica, y los que creemos que todas revolución, para que pueda caracterizarse o llamarse revolución, tiene obligatoriamente que estar imbuida de un alto grado de pensamiento progresista y en el caso particular de Venezuela, impregnada del legado patrimonial de la humanidad que conocemos como Socialismo, de lo contrario con el pasar del tiempo el PSUV, no pasaría de ser otro partido Socialdemócrata de centro izquierda, como los partidos socialistas de Europa, que de izquierda y Socialistas no tienen casi nada. Hay quienes añoran militar en un partido desideologizado, que nada tenga que ver con el socialismo del siglo XXI.
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(*) Luchador Social