En defensa del proceso revolucionario en Venezuela (Parte XIV)

Apuntes para la elaboración de una estrategia revolucionaria, bolivariana y socialista en tiempos de traición.

Muchos de nosotros consideramos que hacer algo, actuar, o la acción en sí es mucho más fácil que pensar o el pensamiento. Otros sugieren que no deberíamos torturar a las pobres y humildes masas con ideas complicadas, con teorías complejas. Lo que olvidamos es que estamos alimentando la ignorancia de las masas, que ha sido fomentada por razones estratégicas por nuestros gobernantes a lo largo de milenios. El pensar y el pensamiento no son dones intelectuales especiales sino que en primer lugar son propios de todos los miembros de la especie humana. Tanto es así que en nuestra niñez y juventud cada uno de nosotros ha tenido la facultad natural de pensar y filosofar, por lo que la posterior pérdida de esta capacidad natural teórica a causa de la deformación padecida en manos de nuestro sistema educativo, equivale a perder la revolución socialista, a agonizar lentamente, a desaparecer en el olvido fascista globalizado. De hecho, tanto la acción como el pensamiento son los dos lados dialécticos naturales y sociales del vivir humano, de la vida humana en este planeta.

En un mundo de relaciones amo-esclavo, generalmente el amo es el que piensa y nosotros, los esclavos asalariados, somos los que laboramos: por medio de nuestro trabajo producimos las ganancias y el poder para nuestros amos. Toda la historia de Venezuela, hasta el día de hoy, puede servir como la verificación científica de esta simple verdad. A nosotros, como trabajadores físicos, no se nos ha enseñado a pensar, a ser socialmente conscientes, desarrollar una conciencia proletaria de clase. Este no es (ni nunca ha sido) el objetivo de la educación, religión y cultura de la clase dominante para los esclavos, siervos y asalariados, como tampoco de todos los gigantescos medios y aparatos de comunicación.

Como humanos contamos con todas las capacidades. en latencia y en tendencia, en posibilidad y en realidad, para hacer y pensar de este planeta, de este sistema solar, un mejor lugar para vivir y el mejor de los tiempos en los cuales vivir. Sin embargo nosotros, como trabajadores venezolanos, como clase explotada, estamos atrapados en un proceso de trabajo globalizado, en un mercado mundial, en el que las clases dominantes parásitas nos explotan, dominan, discriminan, militarizan y alienan, en un mundo que se está convirtiendo en un infierno, en un monstruo capitalista destructor que amenaza con devorar la especie humana y toda la vida sobre este planeta con armas de destrucción masiva y la conflagración nuclear.

El aporte teórico del marxismo a la revolución proletaria

Una cosa es segura: no necesitamos sentarnos en la biblioteca del Museo Británico de Londres para estudiar la quintaesencia explotadora del capitalismo durante los próximos 40 años con el fin de determinar cuál entonces es su negación dialéctica, su otro lado, su mismo opuesto, es decir, para comprender qué es el socialismo científico y filosófico. De hecho, Marx y Engels y todos los marxistas a escala global ya han realizado esta magnífica tarea por los que buscan un sólido fundamento teórico para la Revolución Bolivariana.

El capitalismo no es un modo de producción particular, limitado a escala nacional o local; es un modo de producción que opera a escala internacional y que ya se ha estado 'globalizando' desde hace tiempo. Y es exactamente como tal - como modo de producción mundializado -que este se debe estudiar, confrontar y aniquilar por la única clase social que tiene un verdadero interés de clase en su total eliminación, es decir, por los trabajadores unidos del mundo, organizados y guiados por una nueva lógica, ciencia y filosofía, realizando el marxismo que no pretende ser otra interpretación más del mundo, sino que exige cambiarlo y emanciparlo por medio de la praxis y la teoría revolucionaria.

Seguramente existe un número infinito de ideas, programas políticos, planes y estrategias para liberar el mundo; sin embargo, hay una sola negación verdadera del capitalismo global que es engendrada por el capitalismo mismo desde sus orígenes como modo dominante de producción moderna: el marxismo. Por esto es que Marx, el marxismo, el socialismo y el comunismo son odiados globalmente por aquellos que afirman el capitalismo como lo son los perros guardianes del imperialismo corporativista, las grandes religiones monoteístas patriarcales de alcance mundial, los ortodoxos jerarcas oligárquicos, los defensores del McCarthismo, de la democracia burguesa, del liberalismo, del ghandismo, del nacionalismo radical, del sionismo y del Apartheid, y odiado también por las caricaturas que se han hecho llamar 'socialismo' como el estalinismo y las aberraciones como el 'socialismo nacional1. Esto es evidencia suficiente para darse cuenta qué tamaño de fuerza transhistórica poderosa han sido, son y serán para la verdadera revolución el socialismo y la emancipación, en otras palabras, el marxismo. Solo con el arma del marxismo las clases obreras a escala mundial lograrán borrar el capitalismo hasta su último remanente de la faz de la tierra, en una lucha global de clase.

Se trata de nada menos que de la siguiente disyuntiva: o bien realizamos el socialismo o nos hundimos en la más oscura de las barbaries, es decir, en la destrucción total. Crucemos el Rubicón y salvemos a nosotros mismos de las punzadas y colmillos del trabajo y del capital, dirijámonos hacia la creatividad y creación humanas.

Estrategia y táctica revolucionaría

Es innecesario subrayar que, estratégicamente hablado, lo anteriormente dicho es nuestro quo vadis. Tácticamente, es nuestro aquí y ahora capitalista, el conocimiento práxico y teórico, es decir, el conocimiento revolucionario científico y filosófico conforma un punto de partida razonable para planificar nuestra estrategia emancipatoria en todos los campos de la vida en Venezuela: en el económico, político, social y militar.

Es pertinente entonces que aprendamos de las luchas de clases marxistas y que notemos algunas excelentes verdades acerca de posibles estrategias a largo plazo y tácticas diarias a corto y mediano plazo en este moderno combate revolucionario globalizado. Estas verdades y realidades deben estudiarse, modificarse, actualizarse tecnológicamente, enriquecerse científicamente y divulgarse de nuevo por todos nosotros, por la misma Revolución Bolivariana, como contribución filosófica actual hacia la revolución mundial permanente. Para vencer debemos ser mucho mejores que los perros guardianes del fascismo mundial, debemos estar un milímetro por delante de nuestros enemigos, un milisegundo más rápido que las ondas escalares, es decir, estar armados poderosa e invenciblemente como una nueva trinidad revolucionaria, como nuevos 'seres, existencias y trascendencias humanas', como el Hombre-Mujer Nuevos, armados con una nueva lógica, una nueva ciencia natural, una nueva filosofía social y una nueva creatividad y creación sapientes.

Todavía estamos muy lejos de este objetivo, pero podemos aproximarnos a esta meta a una velocidad inmensa si tan sólo descartamos todas las supersticiones, religiones mundiales patriarcales, dogmas y doctrinas ideológicos, si descartamos nuestra mortal actitud antisocialista, anti-marxista y anti-comunista que ha sido martillada sin misericordia en nuestros delicados e inocentes cerebros a lo largo de largas décadas. Dejemos atrás este miedo al socialismo, miedo al comunismo que nos han infundido los eternos 'amos del valle' en Venezuela, América Latina y el mundo.

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José Antonio Velásquez Montaño


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