Hay cosas, que si no se tiene el nivel de conciencia, conocimiento, o asimilación, no se podrán jamás comprender. Existen o existieron personas, que tienen toda una vida luchando por que la injusticia se acabe en este mundo. Muchos tienen nueve décadas de años, otros tienen menos. Algunos se quedaron en el camino por fuerza mayor, otros se anotaron en la causa tan solo por dañar. Los que más, por soñadores, muchos por la rebeldía que se anida en la sangre juvenil, algunos por el sufrimiento de la vida. En fin, muchas razones para no mantener el estado de miseria colectiva que favorece a una minoría.
Se de estudiantes, obreros, campesinos, militares, profesionales, universitarios, sin profesión definida y otras variedades de formas de ganarse la vida. Todas esas personas abrigaron y abrigan en su corazón un sentimiento. Ese sentimiento se llama hoy en día Hugo Chávez. Una idea que se prende de la sangre y la mente de las personas. Que genera un calor tal, que quema por dentro cuando se ve la injusticia. Que mueve la conciencia y automáticamente cierra el puño con rabia y hace temblar el temple ante el dolor ajeno, provocado por un desgraciado avaro, vil y explotador. Esa idea también se llamó en su momento: Argimiro Gabaldón, Américo Silva Ernesto Guevara, Fidel Castro, Camilo Cienfuegos, Camilo Torres, Marulanda, Raúl Reyes, Simón Bolívar, Jesús el Cristo, Cesar Sandino, José Martí etc. En Honduras en este momento se llama, pueblo en pie de lucha con Zelaya a la cabeza. Lo característico de ese sentimiento; es que hace que la vida propia se ponga al servicio de los desposeídos. Hay quienes la dejaron en las salas de tortura, en los caminos verdes, prendidos de un fusil con dignidad, pegando un afiche o haciendo una pinta en un muro, lanzados desde un helicóptero o, sin lugar de reposo conocido. Otros en enfrentamientos simulados, sin oportunidad de defenderse. Madres arrancadas del calor de los labios del hijo pequeño, cuyo seno aun derramaba la leche bendita, portadora de la vida. Esas y otras glorias más caracterizan a los Hugos Chávez de hoy, de ayer y de mañana. Existen unos imbéciles que pretenden hacer de todo eso una forma humana simple, la cual creen poder acabar con un disparo. ¡Que estúpidos son!
Si es verdad que algunos se disfrazan con esas virtudes; la careta se les cae a la primera tentación. Son solo buscadores de oportunidades para satisfacer vanidades personales. Como aquellos que se hacen tomar fotos en el jardín botánico, para decir luego que estaban en el bachiller. A esos se les cansan muy rápido los pies, se les rebela el estomago y se les afloja el intestino grueso, cuando se topan con el enemigo. La garganta se les aclara al primer grito y dicen lo que saben y lo que no saben también. Todo para evitar el dolor. Vende a sus compañeros y hasta se ofrecen para trabajar para el enemigo, si los perdonan.
¿Pero saben una cosa? Las mayorías de Hugos Chávez de este País, hemos decidido, no poner fecha definida para que se descanse. Quien funge de líder, por voluntad popular, tiene instrucciones precisas de terminar la labor encomendada. Él sabe, nosotros sabemos. Todos saben, que esa labor es de largo aliento, por tanto largo tiempo. No se puede comparar esa misión con cualquier esperpento o remedo de dictadorzuelo al servicio de un amo sanguinario. Para información de los despistados. Ese que cumple la función rectora de este proceso, está claro en su misión. Nos rinde cuentas a diario, rectifica cuando equivoca, confía plenamente en nosotros y nosotros confiamos en él. Ese señor, es idea y pensamiento, sentimiento y coraje, trabajo y dignidad, vida y esperanza. Está diluido en el viento, en el pensamiento de millones de seres que cifran la meta y la justicia en el quehacer colectivo. No es un hombre, ni un ser, es un concepto, una idea y, un objetivo por lograr, una forma de lograr la justicia para todos, buscada por todos y para beneficio de todos.
Los que tenemos esa concepción y esa visión, entendemos que no se necesita un capital, una recompensa, un beneficio particular y un cargo público para ponernos al servicio de la meta. Reconocemos y lo aceptamos; con plena convicción, el liderazgo de un hombre. Un hombre que capitaliza todas nuestras inquietudes, luchas y anhelos socialistas de justicia, igualdad, paz y democracia verdadera para todos sin distinción de raza, credo o color de piel.
A ese señor le hemos dado en el pueblo, la responsabilidad de llevarnos juntos hasta la meta. Lo que implica que no hay límite de tiempo. Duélale a quien le duela y, acabando con los privilegios de quien sea.
Para finalizar les recuerdo. Chávez es un colectivo hecho pueblo, con poder, fuerza y fortaleza para lograr el objetivo. Por la paz si lo permiten, por la fuerza si nos obligan..
Esos 26 y mas de millones de Chávez, no dejaremos solo al comandante, como lo demostramos en 13 de abril del 2002.
Valga esta oportunidad para recordar al presidente mártir de América SALVADOR ALLENDE. gloria a su memoria.
ATENTAMENTE UN HOMBRE DEL PUEBLO.
javiermonagasmaita@yahoo.es