Leí con inquietud la reciente entrega de Antonio Aponte de su “Grano de Maíz”, referente a una entrevista que hizo Últimas Noticias al embajador chino Zhang Tuo. Debo confesar que no he leído dicha entrevista, pero parece que el entrevistador realizó la misma más interesado en satisfacer su necesidad de etiquetar a China y no conocer del embajador los avances que ha experimentado esa gran nación en todos los órdenes.
Pero la inquietud no es por el título de ese “Grano de Maíz”, el cual considero fatalista porque sugiere que la esperanza de la humanidad depende solo de China, que si ese país equivocara el rumbo, estamos perdidos. Craso error. Además ¿Podemos nosotros, teóricos consumados del socialismo, aventurarnos a establecer criterios sobre un país que en 60 años pasó de un feudalismo casi total a ser hoy en día la primera potencia mundial? Solo puedo decir que la disciplina y la capacidad organizativa de esa sociedad han logrado un avance tal que necesitó de un tercio del tiempo que nos ha tomado comenzar a organizarnos en torno al ideal bolivariano ¿o es que acaso no llevamos doscientos años tratando de deslastrarnos de cadenas extranjeras para optar por nuestro propio rumbo?
Dicen que un cristiano se encontró con un budista. Se le acercó y comenzó a hablarle sobre el cristianismo. Al final el budista le dijo: El hombre que inició esa religión ciertamente debe ser llamado iluminado y sus enseñanzas deben ser seguidas.
El cristiano estaba tan contento de que el budista hablara tan bien de Jesucristo, que le dijo a Dios en sus oraciones: ¿viste que logré que ese pobre hombre admitiera que tu hijo debe ser seguido? Dios le dijo: en realidad ese hombre lo que hizo fue alborotar tu ego religioso.
Creo que es saludable controlar nuestro ego socialista. Debemos enfocarnos en la disciplina y la organización porque el orden que impera aún en Venezuela es capitalista, sus promotores están de pie y lamentablemente en nuestras filas tienen muchos acólitos.
Muestra de ello es la denuncia hecha por Mario Silva anoche en La Hojilla sobre la estrategia mundial de la derecha para normalizar los registros contables bajo un esquema monopólico. Un grupo con oficinas en casi todos los países, cuyos accionistas forman parte de los clubes financieros que llevaron a la economía mundial al colapso y con consecuencias aun en proceso, pretende erigirse en supervisor de la contabilidad mundial. Y tiene eco aquí, al punto de que están adoctrinando a profesionales y técnicos en la materia, tanto del sector público como privado. Es deseable que La Hojilla y otros espacios de opinión, así como nuestros ministros de la economía y finanzas y la comisión pertinente de la Asamblea Nacional profundicen sobre el tema.
Aspecto preocupante, sin dudas. Pero volviendo al título de este artículo, hagámonos esa pregunta ¿de que o quienes depende el futuro de la Humanidad? Pregunta de muchas aristas. Creo que tiene que ver con la primera pregunta generadora ¿Cuál es nuestro papel en este tiempo? ¿Cuál es nuestro sitio en este momento de la Humanidad?
¿Qué hace que un ciudadano chino nacido hace 70 años haya visto y participado del desarrollo vertiginoso de su patria, cuando a otras naciones le ha llevado decenas de generaciones? No me crean ingenuo, camaradas. Estoy enterado de los sacrificios y del fragor de las luchas de ese pueblo asiático. Lean “Las reflexiones de Fidel” en su entrega de ayer titulada “La historia no puede ser ignorada” que apareció por acá.
En los detalles está la conciencia del papel que jugamos en el planeta ahora. En ellos habita el diablo capitalista si lo permitimos. Solo uno: Cuando hacemos mercado llevamos nuestros alimentos en bolsas plásticas ¿por qué no usar bolsas de papel o llevar nuestras propias canastas de fibras naturales? Eso no depende del portugués o del chino del abasto. Pero puede depender de Pdval y Mercal.
Mientras tanto, solo en el Pacífico flota un montón de desechos plásticos de unos 700 mil km2. Lo escribí bien, casi del tamaño de nuestro territorio continental. A KPMG eso lo tiene sin cuidado.
pladel@cantv.net