El partido de la Revolución y la elección interna de delegados

Se puede decir cualquier cosa, podemos criticar acciones, lógicamente dentro del espíritu de la autocrítica constructiva, pero lo que no se puede negar es el papel al cual está llamado a desempeñar el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como instrumento del pueblo para hacer la revolución y construir el socialismo y lo hecho hasta ahora. Solo en días el partido, sus bases, escogerán los delegados al congreso nacional de esta organización, el cual en apenas dos años, ha venido haciendo la búsqueda necesaria para lograr el nivel que requiere una organización con estas características para llevar a feliz término la tarea que le toca cumplir, convertirse en herramienta del pueblo para construir el socialismo.

Hablar del PSUV necesariamente implica hablar de la labor de liderazgo que ha desempeñado Hugo Chávez para darle organicidad a las fuerzas revolucionarias, solo basta recordar el anuncio hecho por éste aquel 15 de diciembre de 2007 en donde mas de uno, los que nunca estuvieron convencidos y observaron a Chávez como un simple portaaviones para acceder a posiciones políticas de poder, saltaron y se desmarcaron de la propuesta de Chávez en torno a la necesaria unidad del movimiento revolucionario, otros pensaron que fue un error esa decisión política del presidente, por el contrario la propia dinámica y desarrollo de las cosas han demostrado cuan equivocados estaban, la revolución ganó en calidad; a partir de entonces se inicio un proceso de definición del perfil de esta revolución con más ahínco, esto sacó del juego parte de las pretensiones oportunistas; ahora, en estos precisos momentos, cuando el partido se prepara para celebrar su segundo congreso nacional, el PSUV enfrenta un reto monumental, convertirse en la estructura política necesaria para darle cuerpo al proceso de transición al socialismo.

Ingenuo sería pensar que puertas adentro no se presentarán los escarceos de siempre, sobretodo entre quienes creen en una reforma y quienes creemos en una revolución verdadera, es inevitable y con distinta intensidad se manifestará esta situación, dosificada obviamente por el inmenso liderazgo del presidente en este proceso revolucionario, por tal razón es importante, a mi manera de ver las cosas, precisar algunos puntos:

1.- Los socialistas estamos obligados a llevar a la praxis el pensamiento socialista y revolucionario, tomando como base el aporte histórico de todos los revolucionarios del mundo y primordialmente el rescate del aporte histórico bolivariano, robinsoniano y zamorano.

2.-Amalgamar todo ese aporte histórico de las distintas luchas en la patria con los conceptos elementales del socialismo científico, sin caer en los dogmas.

3.- Internalizar en nuestras bases el papel que en la escena mundial le corresponde llevar a cabo la revolución bolivariana, lo cual nos convierte en un proceso eminentemente internacionalista.

4.-Internalizar la propuesta del Socialismo Sanador, rompiendo con viejos y caducos paradigmas y creando las condiciones ideales para comenzar a ver el mundo ya no solo de una forma aislada, sino entendiendo el proceso que incluso ha llevado al propio sistema capitalista a considerar al mundo "una aldea global", es decir, entender que de la revolución y la construcción del nuevo modelo de socialismo depende la supervivencia de la especie humana, aunque para algunos resulte exagerada esta posición, por donde marcha la humanidad en este sistema capitalista.

5.- Entender que el rol de la revolución bolivariana, tomando como esencia el internacionalismo predicado y practicado por Bolívar trasciende las fronteras y que nuestra responsabilidad no se limita única y exclusivamente a lo nacional, sino que para que la revolución bolivariana sobreviva necesita de un contexto mundial en donde se derrote al sistema capitalista-imperialista para crear nuevas estructuras internacionales en todos los ámbitos; político-económico-cultural-educativo, etcétera.

6.- Sembrar en nuestras bases los principios fundamentales de la hermandad y la solidaridad, entre nosotros y con el mundo, es decir, humanizar las relaciones entre los individuos, hasta el punto de entendernos como hermanos, en abierto contraste con los capitalistas que hacen prevalecer el mercado por sobretodo las cosas y terminan convirtiendo a los seres humanos en meras mercancías.

7.-Consolidar la estructura social que responda a los principios de humanidad, desechando la mezquindad y la envidia para resaltar los valores y principios humanos por sobre todas las cosas.

8.- Derrotar todas las pretensiones de desviar el camino de esta revolución para volver al pasado. En este punto, al igual que en todos los demás, la batalla es permanente y constante y el enfrentamiento no solo es contra una oposición enferma y dedicada en cuerpo y alma a derrotar el ensayo bolivariano, sino también con "la fuerza de la costumbre", la carga cultural y todo aquello que termina constituyéndose en un peso muerto para el despegue definitivo, además de los infiltrados que tenemos vestidos de rojo rojito.

El tema del derroche en el consumo del agua y la electricidad es un ejemplo de “la mala costumbre” generada por la visión consumista del capitalismo; el sistema capitalista dedica todo su esfuerzo en promover el consumo desmedido, para ello echa mano a herramientas como la televisión, cine, radio, periódicos, instituciones educativas, religiosas, entre otras. Toda acción de derroche y consumo innecesario es producto de esa fuerza de la costumbre, forma parte de esa enfermedad de los individuos que conspira contra si mismo, sin embargo, este individuo, producto de su alienación se resiste al cambio para su propio bien.

Este cuadro sucinto nos permite prever una de las principales tareas del partido a lo largo y ancho de la patria es: llevar conciencia, pero además, también existe una realidad política que nos obliga a preparar un partido para ganar elecciones. Bajo el concepto capitalista de las elecciones lo primordial es sacar afiches, elaborar spot de televisión, publicar mensajes en la radio etc, es decir, un técnico electoral bajo el esquema capitalista te recomendaría la ejecución de una campaña para mejorar la imagen de tal o cual candidato; esta visión, desde el punto de vista técnico está bien, sin embargo ¿Estará bien desde el punto de vista revolucionario y socialista? Obviamente que aunque sea parte del complemento, cuando se trata de sembrar conciencia, la publicidad concebida por los técnicos capitalistas son un estorbo lo que nos obliga a repensar la forma en que trasmitimos nuestros mensajes.

Este tema sin duda es necesario y vital que forme parte de un profundo debate, no obstante, si nuestra principal tarea como partido revolucionario es sembrar conciencia en nuestro pueblo, sembrar la cultura de la organización y la visión de la actuación colectiva, ¿Porqué hacer prevalecer el mero mensaje mass-media por encima del mensaje para la reflexión y el estudio que te permita libremente decidirse y actuar en colectivo, autoeducandose como decía El Che, pero compartiendo en colectivo? Sin duda son temas para la reflexión, para el análisis y el estudio, pero sería un flaco servicio al proceso si no buscamos desde ya producir el salto cualitativo tan necesario en nuestra herramienta política que sin duda es el partido para llegar a ese nivel de conciencia política en nuestro partido.

La escogencia de los delegados del partido no puede convertirse en escenario para lo fatuo y la expresión de meras aspiraciones internas, la actividad del partido tienen que desarrollarlas hombres de carne y hueso, con errores y con aciertos, pero lo que si es imperdonable es aspirar por el solo hecho de aspirar, o simplemente despachar el asunto como producto de meros reacomodos y acuerdos, la elección debe ser el preámbulo al gran salto cualitativo que estamos obligados a dar, de lo contrario poco haremos por el socialismo.

Carlos Marx consideraba su teoría una herramienta para la acción, Bolívar nos alertaba sobre "las repúblicas aéreas", es decir, la teoría sin práctica se acerca a lo utópico, a lo irrealizable, a lo platónico, por ello es tan importante llevar lo teórico a la práctica, hacer praxis y en este sentido lo electoral en este proceso debe sufrir un cambio sustancial que permita dar el salto hacia un mecanismo electoral que sirva como herramienta necesaria de la organización, no como herramienta para la desviación y la perversión sino como mecanismo de la selección de los mejores, de los más comprometidos con la revolución y el socialismo. Sin duda que no podemos abstraernos de una realidad patente siempre, alguien debe dirigir, orientar, coordinar y para ello se elige un equipo de camaradas que cumplan con esa tarea, dicha tarea debe ser cumplida con la mayor dedicación y disciplina revolucionaria, esto tiene que ser un acto de conciencia y fe, que obedezca a principios y valores socialistas y que los mismos se demuestren en la práctica cotidiana y en la acción permanente de quienes por su trabajo, dedicación y trayectoria se ganan el derecho a representar a un colectivo que por el hecho de no estar seleccionado como delegado (a) no lo exime de participar y aportar a esta extraordinaria obra de todos, la construcción del partido para la revolución y el socialismo.





El 15 de noviembre debe convertirse en un acto de convicción y compromiso con los valores y principios socialistas que estamos obligados a asumir, el mensaje no puede ser otro, no puede ningún socialista, ningún militante del PSUV permitir las mal llamadas líneas, tubos o cualquier otro mecanismo donde se intente desviar el espíritu colectivo, sin embargo, tampoco podemos cometer la irresponsabilidad de escoger a quien no cumpla con los requisitos mínimos para aspirar a representar al colectivo pesuvista, hay un perfil que es imprescindible cumplir, pero ese perfil no puede ser apegado al tema de aspiraciones a cargos, etcétera. Entendemos que dadas las actuales circunstancias y motivado por el propio mecanismo y sistema hay quienes tienen el concepto "un delegado un futuro candidato”, pensando meramente en los cargos administrativos, tampoco puede convertirse este hermoso acto socialista en el escenario de confrontaciones internas que estén alejadas de lo ideológico. Sin duda al interior el debate entre socialismo y reformismo debe dársele relieve, los socialistas no debemos temer el debate jamás y menos cuando se trata de la defensa de los principios socialistas. Los reformistas y oportunistas rehúyen el debate, se esconden en el consignismo, en lo aparente e intrascendente, limitan sus análisis al cálculo meramente electorero y desarrollan la estrategia de posicionarse en la estructura tanto del estado como del partido para luego acceder a posiciones de poder.

Es allí donde tenemos la responsabilidad de dar la batalla, es ineludible la misma; el partido está obligado a salir más fortalecido que nunca en este congreso y fundamentalmente en lo ideológico. El próximo año es de batalla frontal contra la oposición capitalista, intentarán hacerle referendo a Chávez, intentarán obtener un peso importante en la Asamblea Nacional e intentarán borrar las iniciativas socialistas que se vienen llevando a cabo, en esa batalla la derecha cuenta con los timoratos que tenemos dentro del partido y la estructura del estado burgués que se resiste a morir, esta situación junto a quienes juegan el rol de zapa a la espera de una buena oportunidad para ir con todo en contra de Chávez y el proceso de avance del socialismo no descansan en su labor destructora de las iniciativas socialistas, es su naturaleza. Esta batalla, camaradas, se libra en el mundo, Venezuela es un epicentro de primer orden a escala planetaria, de allí toda la campaña internacional contra Chávez, de allí el bodrio con personajes como Michael Moore y todo lo que ya no es nuevo para nosotros; en la medida en que la revolución venezolana se perfila, el ataque del imperialismo se acrecienta por todos lados, en lo militar las bases en Colombia, en lo mediático los intentos por hacer lucir ante los pueblos como "quijotescas" las propuestas de Chávez, de Fidel o de cualquier otro revolucionario que plantee las cosas en el terreno de salvar a la humanidad o permitir que perezca a causa del sistema capitalista.

Es reto del partido es debatir a profundidad, no es poca cosa lo logrado hasta ahora, en menos de dos años estarse planteando, bajo la extraordinaria conducción de Chávez debates del nivel y la altura que se están dando, nos pareciera indicar que llegó el momento de enrumbar definitivamente al PSUV, no solo como una herramienta para ganar elecciones, sino como una herramienta para construir el socialismo.



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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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