Muy significativo y ajustado a los tiempos el discurso del ilustre docente y luchador social Aristóbulo Isturiz con ocasión de los diez años de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, que significan diez años de lucha contra las trabas tanto internas como externas.
Internamente lo peor es la resistencia a los cambios de muchos que se rasgan las vestiduras, como rojos rojitos, bolivarianos y hasta socialistas se proclaman, pero en el fondo temen a los cambios que propone el líder de la revolución Comandante Hugo Rafael Chávez, como es acelerar el avance hacia la república comunitaria.
Lógicamente que esta arenga le pone la carne de gallina a muchos gobernadores y alcaldes que ven sus cambures en peligro con este planteamiento socialista, de transferencia de poder al pueblo a través del fortalecimiento de las comunas que no persigue otra cosa que eliminar las alcabalas heredadas de la IV República como son las alcaldías y gobernaciones que representan estructuras burocráticas,que solo sirven para aumentar el gasto público y obstaculizar el desarrollo del poder comunal y en consecuencia el avance hacia la sociedad socialista, donde el soberano tiene la potestad elaborar y ejecutar los presupuestos de acuerdo a las prioridades de las asambleas de ciudadanos como máxima autoridad en cada comunidad y así fortalecer las comunas para la consolidación del,poder popular o comunitario, como máxima expresión de la democracia participativa y directa,que precisamente en los primeros pininos ha demostrado que es mucho más eficiente y transparente que las realizaciones de los poderes ejecutivos llámese regional o municipal, porque los recursos se estiran y los trabajos,son de mejor calidad.
Pero esa calidad de gobierno tiene sus enemigos en quienes estando “dentro del proceso”,quieren mantener las parcelas de poder que heredamos de la IV República, andamiaje del estado burgués, capitalista, que es necesario destruir,para poder construir el Estado Socialista donde el gobierno sea ejercido desde las bases y donde el líder sea el guía,el orientador, intérprete de las decisiones del soberano.
Tenemos que avanzar decididamente y con acelerador a fondo hacía ese nuevo orden constitucional, para poder enfrentar con éxito la canalla golpista,que a diez años de gobierno bolivariano, cada día endurece más la línea de salir de Chávez aunque para ello tengan que recurrir al asesinato, alternativa que esta inserta en la agenda de la Casa Blanca, razón de sobra para que el Congreso Extraordinario del PSUV se ocupe a fondo en la discusión tendente a extirpar esos tumores internos y sin descuidar el proceso electoral parlamentario, emplearse a fondo también en el fortalecimiento del poder popular única vía para hacer de la revolución bolivariana un proceso blindado contra la conspiración interna y externa.
La canalla golpista anda buscando un muerto a como de lugar. Intentaron hacer del lamentable suceso donde perdió la vida el estudiante Jesús Ramirez Bello, su objetivo y pese a los esfuerzos de “Las manitas blancas”, la godarria mediática, gobernadores escuálidos con sus escuadrones paramilitares y los golpistas incrustados en los “claustros” de las universidades autónomas no se les dio la jugada.
Pero la canalla no descansa, las 24 horas del día las dedica a maniobrar, a manipular, a calentar la calle y con la feroz campaña dirigida a sembrar dudas a cerca de la capacidad, dignidad y lealtad del Comandante Chavez, para dirigir la revolución y conducir al país al camino seguro.
La oligarquía definitivamente es un dinosaurio que no cambia, hoy están a la orden del día las mismas artimañas que en 1830 puso con éxito en contra del libertador Simón Bolívar. La siembra de cizaña, para crear la desconfianza hacia el líder, es uno de los últimos cartuchos que está quemando lo que sobrevive de la infame oposición apátrida, que ha cambiado su gentilicio por un puñado de dólares y la promesa de ser cipayos de por vida del imperio, si logran el objetivo del arlequín de la Casa Blanca, como es salir de Chávez.
La tarea hoy por hoy del PSUV y de todos los que estamos comprometidos con este proceso es la misma que tuvieron los bolcheviques, con V.I. Lenín a la cabeza en 1917, contra la entente capitalista y el fascismo europeo.
Este congreso del PSUV debe analizar con paciencia y calidad revolucionaria,para establecer línea dura y acciones inmediatas contra la guerra declarada por la oligarquía desde que perdió el gobierno con el proceso bolivariano; lo que han significado estos diez años de la constitución contra diez años de conspiración.
(*) Periodista CNP 2414
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