Lo lamento pero lo siento

"Fucking Reggaetón"

No me cuadra. To fuck, en yankee, es coger, tirar, joder, tener sexo. Cuando le agregan el gerundio “ing”, es la grosería más común dicha por ellos y por todo pityyankee que se respete. Es, sin llegar a tener la versatilidad de nuestra aguerrida “vaina”, lo único que se les ocurre expresar cuando se molestan o se quejan: ¡Fucking…tal cosa! Parece necesario decir entonces que este jodido “género” musical no tiene nada que ver con la revolución. Alguien está tratando de joder con esto, deslizando como símbolo del proceso espectáculos de “perreo”, “te meten mano, te meten los deos”.

Dirán ¿Este pendejo no fue quien defendió a Residente cuando vino a cantar en el festival de Alí? No defendí a nadie, lo que expresé fue una ácida crítica hacia aquellos que se quejan como niños, sin dirección clara y que precisamente caen en la trampa de quienes saben cómo introducir en sus mentes anti valores disfrazados de doctrina revolucionaria. Incluso hacia aquellos que se arredran ante el ninguneo de funcionarios de entes culturales y de viles “business show managers” teñidos de rojo. Necesitamos cantores y cantoras arrechos, con canciones mansas para un Bravo Pueblo.

Vete lejos ¿De cuándo a acá es necesario contar con la venia de un ministro, de un gobernador o un alcalde para cantar a los cuatro vientos lo que el Pueblo lleva en el alma? Yo cargo vivo a tantos en mi pendrive y canto con ellos cuando me da la gana. No caigamos en los devaneos del capitalismo; si un revolucionarongo asido de poder prefiere pagar artistas que no tienen trazas ideológicas socialistas para montar un show, mándenlos bien largo al carajo. La diferencia está precisamente en levantarnos con dignidad ante las migajas de quienes no cumplen con sus responsabilidades.

Que a alguien no le parezca que Dudamel sea un buen ejemplo para la juventud porque no sabe tocar cuatro, que tal vez sí, no es tema para la dialéctica, pero acudimos a ese vaso de agua como a una tempestad oceánica que amenaza con hacer naufragar el proceso. Habría que dudar entonces de la universalidad de Plácido Domingo porque no sepa bailar un “tablao”, que a lo mejor también. Lo triste, pero no para el ímpetu revolucionario del Pueblo, sino para quienes pretenden con sus panfletos de mercadeo e imagen tapar el sol, es que hagan juegos parecidos al de políticos de la cuarta cuando Alí andaba con sus propios pies por aquí. La lucha sigue y el canto vive.

Respeta. Arréchense, vamos a un gran festival de canto revolucionario aunque sea en una tarima de palos, que solo con Pueblo contaba el Líder Comandante cuando salió de la cárcel y eso lo que hizo fue darle más bríos. Es un momento clave en el enfrentamiento del enemigo y este está poniendo toda la carne neoliberal en el asador, atreviéndose en no pocos casos, a abrogarse los símbolos de la revolución y a darse pinceladas populares con expresiones culturales que hasta hace poco aborrecían.

Existe un enjambre maligno que zumba cerca de gobernadores, alcaldes y otros funcionarios y una vez que logran picarlos, les resulta difícil volver a la realidad. Se trata de los llamados asesores de imagen, periodistas, publicistas y afines cuya principal misión parece consistir en montar en cuanto camión de basura, valla, ambulancia, carretilla o guarandinga quepan, sus imágenes siempre al lado del Líder Comandante, elemento semiológico muy bien estudiado y exprimido por estas sanguijuelas del mercadeo. El PSUV debería analizar que este tipo de propaganda se siga utilizando, pues en muchos casos las cagadas, ineficiencias y ridiculeces de señorones feudales son relacionadas de inmediato a la imagen presidencial por culpa de estos montajes nefastos de abrazos. Sería un buen tema de discusión para el congreso extraordinario y sus resultados, elementos estatutarios indispensables. En estas “asesorías” hay una intención clara de profesionales que infiltrados en nuestras filas, confeccionan una estrategia sutil que busca presentar como acabados productos de mercado, como semidioses griegos, a los señorones. Por si no lo sabe, eso es estrategia capitalista, Don.

Pero volviendo al jodido reggaetón, hay versiones de que este “género” musical pueda ser parte de un plan muy bien orquestado por grupos interesados en profundizar la alienación de la juventud latinoamericana. En todo caso sus orígenes fueron clandestinos y sus primeras letras, de denuncia social, de problemas existenciales de rebeldes y excluidos. Cuando pasó de las calles a los estudios de grabación, salvo excepciones, la comercialización y el show business lo degradaron a lo que es hoy ¿Mera casualidad? Dame pa´ Matala expresa muy bien en su canción de la cual tomo el título para este escrito, lo soeces que llegan a ser esas rimas. La derecha busca siempre prostituir nuestros símbolos como una manera de someter a los Pueblos, para desdibujar la necesaria línea divisoria entre dos ideologías antagónicas, para colarse y sobrevivir a los procesos de cambio.

Asumirlo de una buena vez es urgente, para que esas “canciones necesarias” con las que vibra la Patria le despejen los “caminos de dignidad”.

¡Coño, con fuerza, no sea que por nuestra inercia asistamos a un Aló Presidente donde el Líder Comandante tenga que decretar una Misión Alí Primera!


pladel@cantv.net


Esta nota ha sido leída aproximadamente 4022 veces.



Plácido R. Delgado


Visite el perfil de Plácido Rafael Delgado para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Plácido Rafael Delgado

Plácido Rafael Delgado

Más artículos de este autor