Haciendo uso de la metodología marxista: La crítica social dialéctica

La fragmentaria y materialista conciencia humana capitalista

Marx no solía hablar de sí mismo como filósofo, historiador o economista –pese a ser todo eso a la vez- sino como crítico de la sociedad y, por tanto, el método de investigación marxista es la crítica social dialéctica que en este artículo utilizamos para tratar la temática de la fragmentaria y materialista conciencia humana capitalista.

La conciencia humana se define en general como el conocimiento que una individualidad humana tiene de la existencia de sí mismo y de su entorno e implica los procesos cognitivos que permiten la interacción, interpretación y asociación con los estímulos externos, denominados realidad y, por tanto, la conciencia humana capitalista tiene como referentes a los procesos cognitivos y a la realidad imperantes en el ámbito de dicha formación socio-económica.

El proceso de aprehensión capitalista de la existencia de la individualidad humana está caracterizado por: concentrar la atención en la mayor atomización posible de los elementos que constituyen sus dimensiones biológica, síquica y social; la utilización del enfoque reduccionista para entender sus detallados mecanismos biológicos, psicológicos y sociales; el primordial uso del análisis de la información linealmente secuencial y, la inhibición de la integración de ambos hemisferios cerebrales.

Así mismo, el proceso de entendimiento capitalista de la existencia del entorno natural está definido por: la condensación del miramiento en la máxima segmentación asequible de los componentes que instituyen sus esferas política, económica, social, ambiental, cultural, militar, etc.; el manejo de la visión miniaturista para conocer sus puntualizadas actividades política, económica, social, ambiental, cultural, militar, etc.; el preferente empleo de la descomposición de la data rectilíneamente encadenada y, la inhabilitación de la unificación en un todo de los diferentes ingredientes envueltos, contenidos y trascendidos por dicho contexto.

Por otro lado, el carácter cuantitativo del propósito medular del capitalismo, la búsqueda obsesiva de la maximización y de la concentración de una riqueza uniformizada a través de su semblante monetario, mutila y distorsiona seriamente la vastedad de las individualidades y mancomunidades humanas, del entorno ambiental y del conocimiento que envuelve, contiene y trasciende la formación socio-económica capitalista, al cimentar el señorío del empirismo científico que comete el error categorial más reciente, más generalizado y el que más consecuencias ha tenido y está teniendo todavía: la conversión de la ciencia en el cientifismo que, al marchitar la espiritual aprehensión introspectiva e invalidar el raciocinio, devalúa significativamente la autoestima y la conciencia de las individualidades humanas y las convierte en presas fáciles de la manipulación, como consecuencia de la reducción del conocimiento humano al ámbito esencialmente infrahumano que compartimos con los animales, el del mundo físico o material donde los cambios consisten en algún tipo de desplazamiento en el espacio-tiempo cuantificable a través de nuestros sentidos y sus extensiones.

De lo escrito en las dos primeros piezas del trío de párrafos precedentes llegamos a la conclusión de que la conciencia humana capitalista está signada por la atomización, así como también el contenido del penúltimo párrafo de este artículo tiene como corolario la adición del semblante materialista.


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Nicolás Urdaneta Núñez


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