La expresión “saltar la talanquera”, se hace popular entre quienes despectivamente pudieran utilizarla contra cualquier camarada que haya recorrido toda una vida por la lucha social en acompañamiento del pensamiento socialista y de izquierda. Pero, hoy día, de acuerdo a la coyuntura política, exponen criterios que, en algunos casos, ciertamente son malsanos y otras veces malinterpretados. Digo esto, porque se está asumiendo el “salto de talanquera” como un salto a la derecha, a la oposición o la traición definitiva. A veces hacer traición, es galicismo por vender, denunciar, descubrir. El galicismo censurable es el que adopta la sintaxis francesa desfigurada por la frase castellana.
La talanquera puede ser utilizada como escudo desde adentro pues es un armazón de tablas que sirve de defensa o cerca, al igual que la traición; delito que quebranta la fidelidad o lealtad (deslealtad, alevosía, felonía, prevaricato). Con el nacimiento del PSUV, no terminó de morir el viejo agonizante, ni termina de llegar el niño que permanece cual letargo en el interior del vientre socialista. Dentro del PSUV, se palpan los síntomas de un enfermo que está talcualillo gracias a los paliativos, pero al mismo tiempo en un aparente cáncer que va carcomiendo como efecto contrario. El propio General Müller Rojas dijo en algún momento que era “un nido de alacranes”.
Un líder es un líder, pero muchas veces le siguen quienes lo necesitan, los que se le arriman o aquellos que verdaderamente creen en él. Las voces que suenan en la revolución bolivariana, exclaman expresiones que deberían ser analizadas seriamente; algunas como: “soy revolucionario pero no chavista”, “soy chavista pero no acompaño a fulano”, entro otras. De hecho, no entiendo ni podría definir en este momento el caso de Arias Cárdenas, otrora detractor del Comandante y ahora camarada. Como tampoco estoy de acuerdo con Henri Falcón, quien pudo haber renunciado a las filas del PSUV hace mucho rato previo a su elección, aunque respeto su decisión actual de no militar más en el PSUV, la cual, no creo sea huir por la derecha, para convertirse en otro Podemos vía PPT.
En lo personal, dejé de militar en el PSUV cuando vi el “adequismo” de conducta en el espacio que me tocaba debatir o expresarme. No puedo negar pensar en volver mi mirada al PCV y sentir añoranza por aquella Liga Socialista que militaba Alí Primera, ahora, si me dicen traidor por pensar así, pues propongo un polígrafo (detector de mentiras) durante el juramento de muchos “dizque camaradas” dentro del PSUV. Es fácil para aquellos que arriban a la revolución potenciada hoy día, despotricar de aquellos que lucharon por impulsarla cuando era nada…pues hay quienes creen en las ideas y no en los hombres y hay quienes se atornillan y se aprietan como tuercas para sellarse en sus intereses personales…
“En un mundo de falsedad universal, decir la verdad es un acto revolucionario” (George Orwell).
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