Este tema siempre ha sido materia de consideración en relación con el marxismo. Bernard Shaw se refería a "los principios comunistas de Jesús, Pedro y Pablo" y sobre la República Soviética agregaba: "A su sistema económico no lo llaman cristianismo bolchevique, sino socialismo científico. Pero como sus conclusiones son las mismas, le han impuesto a cada ruso el deber legal de ganarse el sustento y hacen un delito capital del hecho de que obligue a cualquier otro a hacerlo por él". En la Venezuela de la primera mitad del siglo XX Chio Zubillaga hablaba del "Nazareno Socialista".
También se ha distinguido siempre entre el cristianismo de los fundadores y las jerarquías establecidas al constituirse en religión dominante. El socialismo no es una elaboración intelectual abstracta sino la culminación de la lucha de clases que ha signado la historia y el marxismo síntesis y superación de una cultura milenaria. La verdad, la justicia, la igualdad y la solidaridad son valores de la civilización desde que una minoría erigió su dominio sobre el resto de la sociedad.
La fortaleza de la Revolución Socialista Bolivariana reside en que sus bases doctrinarias se encuentran en Jesucristo, Bolívar y Marx, en perfecta coherencia ideológica e histórica. "Bienaventurados los que tienen hambre, porque ellos serán hartos", dice Jesús. Para Marx el socialismo es el régimen de la abundancia para satisfacer las necesidades de todos, pues significa la eliminación de las clases sociales con el triunfo del proletariado. Y para Bolívar la economía preside los acontecimientos de la historia y la igualdad es la reina de las virtudes republicanas.
Los revolucionarios nos proponemos la emancipación de la humanidad y tenemos que hacerlo con la participación de los seres humanos, cuya mayoría tiene creencias religiosas. "Para acabar con la pobreza hay que dar poder a los pobres", ha dicho Hugo Chávez. En Nuestra América la mayoría de la población es cristiana y, por lo tanto, guiada por los principios socialistas de su fundador.
Jesús, Bolívar y Marx confieren a nuestra revolución social un sólido fundamento moral, político y científico. Lenin dijo: "Los bolcheviques estamos realizando los valores de dos mil años de civilización". Cristianos, bolivarianos y marxistas coincidimos en el verso sencillo de Martí: "Con los pobres de la tierra/ quiero yo mi suerte echar". Esa es la dialéctica de la historia.
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