Si yo fuera Diputado mi empeño por alcanzar el Socialismo del siglo XXI no desmayaría ni un nanosegundo, porque estamos en el momento histórico para acometerlo, porque el pueblo así lo demanda, porque muchos de los que hicimos vida política tras bastidores (lugar que nos designaron los históricamente elegidos por las élites divinas del país), en el pasado perteneciente a la cuarta República, estamos hoy ante el escenario idóneo, con el acompañamiento del pueblo en primera instancia, del Ejecutivo nacional y, sobre todo, con muchas ganas para coadyuvar en el logro de esa sublime meta.
Si yo fuera Diputado trataría, siempre con el pueblo, de cerrar la brecha entre el Estado y las comunidades. De esta forma las comunidades serían asumidas como sujetos protagonistas de sus procesos de transformación. No como agentes pasivos o como objetos ajenos a cualquier proyecto.
Si yo fuera Diputado estaría en las comunidades, con los consejos comunales, con las comunas, en las universidades; trataría de forjar la comuna como una célula vertebral (que es el deber ser de este proyecto)… Las acompañaría en el marco de un proceso pedagógico para la liberación, para el debate de verdaderas ideas (no para la imposición ni para la invisibilización de las mismas), para la relación dialógica… También para disfrutar del cafecito y del pan acemita en las tardes… No puede faltar el sancocho dominguero.
Si yo fuera Diputado me iría con agendita y bolígrafo en manos… Anotaría las cosas que la gente dice, muchas de las cuales son producto de diagnósticos hechos en su realidad. Escribiría cuáles son los problemas, cómo resolverlos y con quiénes afrontarlos (desde luego, con las propias personas de esas comunidades)…
Si yo fuera Diputado acometería la acción de legislar con el pueblo. Buscaríamos la fórmula para mantener en las comunidades el compromiso por el país, por la Patria. Esto implica, claro está, realizar una permanente labor de pedagogía, en la cual lo ideológico debe formar parte imprescindible de este proceso formativo y enriquecedor.
Si yo fuera Diputado, continuaría la labor contra cualquier expresión imperial, contra cualquier imperio, contra toda forma de dominación, y contra los lacayos imperiales. Me empeñaría en que otros y otras combatan, con las ideas y con la praxis, esos caducos modelos.
Si yo fuera diputado, no me atrevería a engañar al pueblo ni atentaría contra su inteligencia diciéndole que tal asunto es una instrucción del Comandante, que tal acción deben acometerla porque la pidió el Presidente, o que deben votar por tal o por cual persona porque el Presidente así lo dijo… Lo que SIEMPRE ha dicho el Presidente es que quiere el afianzamiento de la Revolución, la transformación de las estructuras de la cuarta República, la inclusión de las masas, gente comprometida con la Patria y con el proceso de transformación (ojo, no se trata de un proceso de cambios) que vive el país y que los electos y electas, en cualquier proceso electoral, sean PUEBLO honesto, comprometido y con ganas de trabajar por Venezuela y la Patria grande.
En este momento no soy Diputado. Pero me veo ya en esa dimensión, tal como nos lo pidió el Presidente Hugo Chávez… Sigo trabajando con el mismo ímpetu por la Revolución y, en especial, me imagino legislando con el pueblo, para el pueblo y por el pueblo.
(*) Abogado. Trabajador Social. Prof. de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV)
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