Mucho más que un compromiso

Votaciones revolucionarias

Me sumo a todos los llamados para acudir masivamente a votar el próximo domingo. Que no quede duda alguna ante los Pueblos del mundo que el imperio, sus lacayos, apátridas y quinta columnas no tienen ningún chance de fraguar aventuras golpistas desde la Asamblea Nacional.

No son conchas de ajo los avances que la revolución, guiada por el Líder Comandante, ha logrado. Y todas las batallas electorales en las cuales hemos participado han marcado un hito en el tiempo histórico que nos ha tocado vivir, pero esta vez nuestra decisión contiene el potencial para que surja con vigor la dimensión revolucionaria necesaria.

¿A que me refiero? Mucho hemos hablado de la etapa de transición a la cual asistimos desde hace varios años. Aquello de que algo está por morir al tiempo de que algo nuevo está por nacer, el parto doloroso que desgarra el vientre popular para dar a luz un nuevo ser humano, el ser socialista. Ese el alfa y el omega de nuestra revolución como han sido todas aquellas luchas cuyos frutos alimentan la vanguardia ideológica de los verdaderos cambios sociales.

Para ello es imprescindible tener conciencia sobre las consecuencias que conllevan nuestras decisiones a la hora de escoger a los camaradas que irán a la Asamblea. Aunque pueda sonar a contradicción, nuestros futuros diputados deben aprehender que quizás su labor más importante en la Asamblea Nacional será desmontar la actual estructura parlamentaria, desmenuzarla para transformarla en un espacio profundamente socialista, donde juegue un papel principal el poder comunitario. Quien no haya internalizado esto y pretenda ir a la AN estaría yendo por un camino distinto al revolucionario.

Al mismo tiempo debemos fijarnos en los actos de nuestros candidatos. Desde quienes son o se dicen líderes comunitarios hasta aquellos que ejercen o han ejercido alguna función pública, pasando por los provenientes de sectores laborales, campesinos, indígenas, etcétera ¿Cómo desempeñaron su trabajo? ¿Se han valido de alguna manera del poder para tomar ventaja durante la campaña? ¿Fueron eficientes, solidarios y defensores de sus comunidades o solo han sido interlocutores del poder constituido regional o local? ¿Cuáles son sus historiales?

De estas y otras interrogantes se compone la introspección necesaria que nos guiará en nuestra decisión. Camaradas, hoy como nunca hago votos porque el proselitismo de los fariseos no nos confunda. Evitemos que quienes prestan hoy su nombre para hacer el juego a maquinarias políticas contrarrevolucionarias enquistadas en el proceso, lleven el bacilo de la traición a un espacio donde se debe apalancar el proceso.

Escuchemos con cuidado sus discursos. Hagamos caso omiso a cantos de sirenas y tengamos precaución ante esa manida cháchara de “vota por mí y Chávez”. El liderazgo del Comandante ha sido utilizado con frecuencia por taimados que asumen visiones muy particulares de la revolución y que terminan saltando la barda con pasmosa agilidad. No asistamos a esta cita con la historia a dar cabida a prototipos del clientelismo político confeccionados con reminiscencias de la cuarta república.

Es fundamental trascender toda apetencia, cualquier visión de corto plazo o enrevesados argumentos de proyectos a nombre de grupetes que asomen seguir caminos que no señale el Líder Comandante. Recuerden lo que pasó con la Reforma Constitucional; vacilamos. No podemos perdernos ante una nueva oportunidad que tenemos para dar un salto cualitativo necesario para la profundización del Socialismo Venezolano.

Este domingo hagamos Historia, hagamos Patria, hagamos Socialismo. Venceremos.

pladel@cantv.net


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Plácido R. Delgado


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