¿Pasar la página con Colombia?

He sentido en el entorno colombiano, cierta sensación de alivio al escuchar al Presidente Hugo Chávez, explicar con deseo sincero, desde Argentina, que desea pasar la página en relación con el conflicto con este país hermano y vecino, una vez haya cambio de gobierno. Creo sin embargo, que ante el enrarecido clima político, donde los candidatos, han sido empujados a expresarse con amenazas y hostilidades frente al futuro de las relaciones, y dónde sólo el Senador Gustavo Petro, fue capaz de responder en uno de los debates televisados, en términos positivo y confiando en sus convicciones, (No hay que olvidar que Colombia es el país donde más se han asesinado candidatos presidenciales) me atrevo a decir, por el bien de las dos naciones, por el bien de los millones de colombianos que cruzaron la frontera buscando refugio para aliviar su situación y la de sus familias en la tierra donde nació el Libertador Simón Bolívar, y porque allí tengo a muchos de mis mejores amigos y amigas, me atrevo a invitar a una profunda reflexión sobre nuestra realidad, antes de que llegue ese día, al Señor Presidente y a todos los venezolanos y venezolanas, porque considero honestamente que tengo el valor moral para ello, y porque siento que es necesario hacerlo ante un pueblo hermano.

La historia del pueblo colombiano ha sido una de las más difíciles del continente, ningún pueblo como éste ha padecido un conflicto de proporciones similares. Las cifras anuncian que hay cuatro millones de mujeres y hombres en Venezuela, y otros tantos repartidos por todo el mundo, en la mayoría de los casos habiendo perdido hasta el deseo de retornar a su terruño. Tendríamos que hablar de los cuatro millones de desplazados internos, de los asesinatos y de los desaparecidos.

Esta situación ha hecho de nosotros un pueblo enfermo que se sostiene con la sola idea de la esperanza en un mejor futuro…

Recuerdo que cuando todos éramos muy jóvenes, con un grupo de artistas invitados por el Ministerio de Cultura de Nicaragua, unos amigos nos invitaron a ver dos documentales interesantes y recién publicados. Uno contaba la historia de una indígena adolescente guatemalteca nacida en Chimel, Uspatan, descendiente de los maya-quichés, cuya familia había sido torturada y asesinada, por la dictadura militar, y que luego de toda una vida dedicada a denunciar las injusticias y la violación sistemática de los Derechos Humanos en su país, recibió merecidamente el Premio Nobel de la Paz, 1993, por sugerencia del también premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, el Documental se titulaba “Me llamo Rigoberta Menchú”.

El otro documental era un increíble, alucinante relato de insurgentes colombianos, donde por las imágenes y las voces de sus protagonistas, los revolucionarios llegarían a tomar el control del país en un par de meses. Han pasado todos los años de ausencia de nuestro común Alí Primera… y ya hay la certidumbre, por todos los eventos más recientes, de que ni el ejército colombiano puede vencer a los guerrilleros ni los guerrilleros están en capacidad real de vencer al ejército, y una de las razones es sencilla… son los más pobres hijos del pueblo quienes están a lado y lado de la línea de fuego enfrentados ardorosamente.

Viendo este panorama desolador de Colombia, donde fue exterminado un partido político llamado la Unión Patriótica, y entendiendo que hay personas que tienen todo el derecho a no renunciar a sus ideales, pero que bien podrían revisar sus metodologías y estrategias fallidas en 50 años de confrontaciones, si observaran la actitud inteligente del Presidente Hugo Chávez, cuando para evitar un baño de sangre a su patria, expresó su frase histórica “No, por Ahora” el 4 de Febrero de 1992, frase que muchos venezolanos y venezolanas han incorporado a su lenguaje cotidiano, con su buen sentido del humor, como un símbolo para que quien la escuche, entienda que con toda seguridad, algo prometido llegará…

Dijo el Comandante con sabiduría:  “Ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre, ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones. El país tiene que enrumbarse, definitivamente, hacia un destino mejor. ¡Así que oigan mi palabra… Oigan al Comandante Chávez, que les lanza este mensaje, para que por favor reflexionen y depongan  las armas; porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos propuesto a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad. Les agradezco su valentía, su desprendimiento y yo ante el país y ante ustedes asumo la responsabilidad de este movimiento militar bolivariano..!”

Había hablado ya el poeta Octavio Paz, en su libro “Tiempo Nublado” de la madurez de los pueblos venezolano y brasilero, para asumir los retos de procesos democráticos como los que se están viviendo… Apenas iniciaba el presidente Lula sus primeros pasos hacia la conquista del poder, y en Venezuela, años después El Presidente Chávez y sus compañeros lo entendieron muy bien; sí podían llegar a conducir los destinos de Venezuela por un camino distinto al de las armas y lo lograron.

En el Salvador, en Nicaragua, en Guatemala, en Irlanda, los militantes entendieron. No hay una carta más sentida y conmovedora que la de Nelson Mandela, para pedir la solidaridad del mundo, en el instante mismo en que el Consejo Nacional Africano, decide transformar las dimensiones de la lucha… Mandela el Gran Líder, va de la prisión a la Presidencia de su país, otro tanto había sucedido con el Maestro Mahatma Ghandi… y si ellos entendieron, acaso no pueden comprenderlo los colombianos?

Es comprensible pues esa sensación de esperanza que se siente ante las declaraciones del presidente Hugo Rafael Chávez Frías su poder y experiencia, pueden resultar trascendentales en la nueva etapa.

Hacer la paz es para Tayacanes ya que son tiempos fáciles para nadie y un proceso de paz tiene muchos enemigos. Creo que con muchísimo cuidado nuestros pueblos hermanos pueden avanzar trabajando más por una comunicación que eleve la confianza evitando en lo posible la manipulación mediática, que ya es muy dañina y excesiva.

Está demostrado que solamente la gestión y la actitud solidaria de Venezuela puede recuperar la confianza de las familias, como quedó demostrado con la recuperación del niño Emmanuel y los demás secuestrados… La paz de Colombia… es la Paz de Venezuela… ¿o no han notado que las guerras de Colombia son las guerras de Venezuela, como quedó demostrado en los últimos años?… Esta es mi opinión si queremos pasar la página…respeto otras opiniones…

*Mi español- castellano, fue aceptado por mis ancestros del mismo modo que los Ancestros de Alejandro Petión aceptaron el Francés… Allí sembraron sus valores y ellos son mi Mandala…

 Con todo respeto al Comandante Chávez y a los lectores de Aporrea.


franciscoamin@hotmail.com


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Francisco Amin Mosquera


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