Toussaint emergió de la guerra contra los ingleses como un líder nacional y social, que no sólo había derrotado a un ejército invasor extranjero sino también consolidado la libertad de los esclavos, que constituían al 90% de la población de Saint-Domingue. Nunca proclamo formalmente la independencia política, pero las iniciativas autonomistas tomadas por Toussaint convirtieron de hecho a Saint-Domingue en un país independiente, hecho que pronto suscitó la intervención armada de la metrópoli francesa.
Toussaint impuso medidas de emergencia para reorganizar la economía devastada por una década de guerra y, al mismo tiempo, una política económica de largo alcance que permitiera remontar la grave crisis del país que nada. Para solucionar el problema inmediato de la hambruna, solo recurrió a una regresiva forma de producción heredada de la colonia, dictando un decreto que hacia obligatorio el trabajo de los ex-esclavos en sus antiguas plantaciones, para lo cual hizo un llamado a ciertos propietarios blancos en un contradictorio y retrógrado intento de conciliación nacional de clases. En la base de esta actitud de Toussaint estaba su carácter de líder de los libertos que, antes del estallido revolucionario hablan constituido una capa intermedia entre los esclavócratas y los esclavos. De ahí también sus vacilaciones políticas ante el pedido francés y su falta de decisión para reclamar formalmente la independencia política.
Toussaint no permitió que se parcelaran las grandes plantaciones, con el fin de que los campesinos trabajaran allí por la alimentación y un cuarto del producto de la cosecha. Las otras partes del sobreproducto social se la apropiaban los propietarios de los ingenios y el Estado. En la política económica de Toussaint, el Estado jugaba un papel relevante en la producción, práctica novedosa en aquella época librecambista del “dejar hacer, dejar pasar”. Los ex-esclavos quedaron adscritos a las antiguas propiedades donde hablan trabajado, pero ahora en calidad de campesinos libres. Se abrió así una fase de transición entre el modo de producción esclavista y un capitalismo incipiente, caracterizado por el papel dinámico del Estado en la economía y un sector de propietarios blancos y mestizos que daban trabajo a campesinos que percibían una forma de salarios en especies, evaluado en la cuarta parte de la producción total por ingenio o empresa. Otra relación de producción impuesta por Toussaint fue el arrendamiento de tierras por los ex-esclavos.
La venta de tierras debía hacerse con previa autorización de los municipios para evitar la subdivisión incontrolable de los grandes ingenios azucareros, proceso que podía conducir a la brusca disminución de la producción y a la proliferación de minifundios improductivos. Se ha criticado a Toussaint por haber hecho concesiones a un sector de propietarios blancos y por imponer el trabajo obligatorio de los campesinos.
El hecho objetivo es que bajo Toussaint el trabajo fue reglamentado y hasta vigilado
militarmente, pero pagado en un monto igual a la cuarta parte del producto de la hacienda. Esta forma de pago ha sido calificada por algunos autores como relación servil o feudal de produc- ción, tesis que tampoco compartimos porque los propietarios del ingenio o el Estado no eran sellares feudales ni exigían a los campesinos un trabajo servil no remunerado.
De todos modos, se fue generando una elite militar de negros y mulatos que lentamente se iba apropiando de parte del excedente por vía de la centralización económica del Estado. Toussaint tampoco pudo liquidar los latifundios en manos de los grandes propietarios blancos y mulatos. Su objetivo inmediato era reconstruir la economía sobre las cenizas dejadas por el conflicto armado.
En medio de la guerra social e internacional, Toussaint procuraba mantener ciertos niveles de producción, prohibiendo el pillaje y la devastación. “Los ingenios de los campos del Cabo notablemente trabajaban bien. Cuarenta y ocho fueron en 1797 valorados al precio de 545.050 libras por año (...) Los comerciantes reabrieron sus establecimientos y almacenes y los negocios se reiniciaron en el norte.”(31) En 1800, ya estaban en plena producción algunos rubros fundamentales de exportación, como lo demuestra el siguiente cuadro comparativo.
El periódico francés, “Press”, admitía que “más de treinta millones de productos
colonialistas, almacenados o en plena recolecta, testimoniaban la buena administración de Toussaint.” En síntesis, Toussaint fue capaz de levantar con el esfuerzo de sus hermanos negros al país de la ruina de un decenio, aproximándose en algunos rubros a los dos tercios y en otros a más de la mitad de lo producido en el momento de auge de la economía colonial.
La liberación de los esclavos se propaga a Santo Domingo español Casi al final del siglo XVIII, el Santo Domingo español era sacudido por una rebelión de esclavos, fuertemente influenciados por los sucesos de la parte francesa de la isla. A cinco años
del levantamiento de Toussaint, en diciembre de 1795’, los esclavos de la colonia española comenzaron a rebelarse. En octubre de 1796, doscientos esclavos de la principal hacienda, “el llamado ingenio de Roca de Nigua, propiedad de don Juan de Oyarzábal, se levantaron en armas haciendo huir a su propietario, destrozando e incendiando los cañaverales y los edificios. y matando los animales que encontraron.”
El ejército colonial, reforzado con un contingente de Puerto Rico, masacró centenares de
esclavos; el resto se atrincheró “aprovechando las fortificaciones del ingenio contra los piratas. Es significativo que, como en años posteriores, fueron esclavos de plantaciones los que se rebelaran intentando extender el proceso de Haiti.”(34) Esto demuestra que las condiciones estaban preparadas para que los esclavos de la colonia española recibieran con entusiasmo a sus hermanos de la parte francesa recién liberados, hecho que comenzaba a rumorearse luego del Tratado de Basilea (1795), por el cual España había cedido Santo Domingo a Francia.
Los opositores a este Tratado eran los esclavócratas, la burocracia colonial española y los comerciantes. Los comisionados franceses tampoco querían que se aplicara de inmediato porque temían que la revolución social negra tomara el poder en toda la isla. Ante un pedido de Toussaint para que se pusiera en práctica el Tratado de Basilea, los delegados franceses se negaron: “el gobierno francés no quería que los negros de Saint Domingue pasaran a la parte es- pañola encabezados por Toussaint, quien de una manera u otra se las ingeniaría para consolidar también su jefatura en esta parte de la isla y sería más difícil todavía arrancar de sus manos un liderazgo que, aunque ejercido en nombre de Francia, resultaba inconveniente para los planes imperiales de Napoleón Bonaparte y la burguesía francesa. Tanto Roume como el general Antonio Chanlatte. quien quedó en Santo Domingo en su lugar como Comisionado francés, tenían órdenes de no ocupar la parte española a menos que no fuese con tropas especialmente enviadas desde Francia para ello.
Así se dio el caso paradójico de que los Comisionados franceses se enfrentaron
militarmente a quienes querían llevar a la práctica el Tratado de Basilea que favorecía a Francia. Cuando Toussaint dio un paso más en pos de la liberación de los esclavos, organizando una expedición para tomar posesión de La parte española de la isla, en nombre de Francia, se encontró con que los primeros enemigos eran los franceses, liderados por Chanlatte y Kerverseaux, al frente de 900 hombres.
En enero de 1801, Toussaint ocupó Santo Domingo, decretando de inmediato la abolición de la esclavitud. El grueso de la clase dominante huyó a Venezuela, Cuba y Puerto Rico, a pesar de que Toussaint en su primera proclama garantizó la vida de todos los habitantes, instándolos a volver a sus trabajos habituales. El esclavócrata Gaspar de Arredondo y Pichardo, escribió en su Memoria de 1805: “El negro Toussaint hizo publicar un indulto para que se restituyesen a sus hogares, prometiéndoles seguridad y protección del gobierno. Con esto ya poco a poco fueron volviendo los vecinos a ocupar sus casas
A continuación destilaba su resentimiento: “En un baile que dieron para celebrar la entrada de Moyse, antes de la venida de la armada francesa. se me hizo la gran distinción por el bastonero de sacarme a bailar con una negrita esclava de mi
casa, que era una de las señoritas principales del baile, porque era bonita, y no tuvo otro título ni otro precio para ganar su libertad, que la entrada de los negros en el país con las armas de la violencia (...) En ese gobierno el primero de los delitos era ser blanco y haber tenido esclavos.
Toussaint implementó un plan de emergencia, decretando que el peso fuerte español pasara de ocho reales a once; obligó a los habitantes a trabajar en sus antiguas tierras, limitando la parcelación de las haciendas, como había propuesto en Saint Domingue. Puso énfasis en los cultivos de exportación, eliminando todos los impuestos de exportación establecidos por el Estado colonial español. Al decir de Moya Pons: “la política agraria de Toussaint tendía a erradicar el sistema laboral tradicional dominicano.
Después de suplantar los Cabildos por los municipios. Toussaint “se retiró por Azua y San Juan colmado de las bendiciones de los dominicanos, sensibles entonces a sus beneficios como más tarde lo fueron a las crueldades de Dessalines y a las perfidias y vejaciones de Boyer. Así se estableció en este territorio bajo la bandera francesa la dominación ‘del primero de los negros’ como él mismo se apellidaba.
A su vez, el gobernador de Santo Domingo, Joaquín García, comunicaba al Rey el 24 de
febrero de 1801, desde el exilio en Maracaibo, que los pueblos se intimidaron ante Toussaint, “se fueron entregando sucesivamente. El alentó su marcha siempre adelante sin esperar recon- venciones, y aunque se le opuso alguna resistencia de que resultó alguna sangre, no pudo ser sino con respecto a una cortísima guarnición y ningún apoyo del País que sólo aspiraba a asegurar sus posesiones de la rapacidad de una negrada que así lo ofrecía (...) Cada día se propagaban más y más sus pretensiones (...) alargó sus ideas hasta comprender todos los caudales del Rey, libros y papeles, siempre con apariencias de violencia, pero prestándose a condiciones regulares para lograrlo; en términos que a cada cuerpo, y aun a mi mismo me fijó el día de salir porque convenía, antes de que se alterase la buena inteligencia (...) según me ofreció el Negro, si es que puede esperarse de él cumplimiento de cosa alguna.”
Estos documentos, además de expresar el odio y la discriminación racial de los blancos respecto del “negro y la negrada”, muestran claramente que el ejército de ex-esclavos derrotó de manera aplastante a las fuerzas españolas, respaldadas por los generales franceses, y al mismo tiempo la capacidad de Toussaint para reactivar la producción de la zona española ocupada por sus huestes, en colaboración con los esclavos y demás explotados de esa parte de la isla. Toussaint reorganizó, con gran visión de estadista, la Administración de la isla unificada.
Normalizó las finanzas y organizó una policía marítima para combatir el contrabando. Quebró de facto el monopolio francés al estimular el libre comercio con Inglaterra y, sobre todo, con Estados Unidos, aspiración largamente acariciada por los colonos. Abrió escuelas para educar a sus hermanos ex-esclavos. Hizo un monumento conmemorativo de la abolición de la esclavitud. Se preocupó de garantizar la tolerancia religiosa. Y dio los primeros pasas para fomentar la in- dustria nacional.
El 9 de julio de 1801 convocó una Asamblea Constituyente, que aprobó la primera
Constitución de la isla unificada. Al refrendar esta Constitución, que lo nombro Gobernador vitalicio, sin consultar a Francia, Toussaint estaba de hecho implantando la autonomía política, aunque no lo declarara de modo expreso. De ahí, a la independencia política no faltaba más que la proclamación formal de la ruptura del nexo colonial.
Hoy Haiti esta entre, la recolonizacion o refundación, creo estos termino filosófico que esta empleando en la reconstrucción de Haiti esta de mas... ¿ Que dirija Dessaline, Capoi la mort, Boiron Toner, Toussaint Louverture, Zuzanne Louverture, Catrine Flont, Cecil Fatimam, y los Héroes sin nombre ?.
Haiti de tanto lucha por por la Libertad del continente, merece respeto.
(*) Antropólogo
Seg General de Casa Cultural Haitiana Bolivariana de Venezuela
Coordinador del Fuente Unido Socialista Haitiana
fritzsaintlouis8@gmail.com