José Vicente Rangel, es un hombre politicamente genuino, inteligente y bregado en múltiples luchas revolucionarias. Además está bien informado y es leal. Pero siempre ha sido un hombre totalmente inocente en las políticas de Estado. Sobre todo en lo que se refiere a las políticas internacionales.
Acabo de ver y escuchar (como lo hago todos los Domingos) aconsejarle a Chávez que abra un compás de espera en cuanto al nuevo gobierno de J.M. Santos. Es increible que un hombre tan conocedor de la política colombiana hacia Venezuela, le pida esto a Chávez. Solo entiendo esto, porque él siempre ha sido así: un hombre sumamente inocente.
Usted me perdona doctor Rangel, pero la experiencia que tenemos con los gobiernos colombianos desde 1830, nos dice que no se puede confiar en ningún cachaco que esté gobernando en la casa de Nariño, por muy santo que sea. Mucho menos en este heredero del Uribismo.
Santos, ya lo he dicho en otras ocasiones, es enemigo declarado de Venezuela. Este hombre tiene lazos más profundos de unidad con lo yanquis que el mismo Uribe Velez. Doctor Rangel, el Dpto. de Estado, lo apostó todo por el triunfo de él. Quien sabe cuantos acuerdos secretos habrá suscritos con los gringos, para que ellos lo arriesgaran todo por él. Santos no va ha quitar las siete bases militares y mucho menos va a eliminar o suavizar el plan Colombia. Estos dos elementos son y serán la base de sustentación de su gobierno.
Doctor Rangel, ¿Por que creer en este sujeto? ¿Por que creer en un paramilitar orgánico? ¿Para que darle un mínimo de confianza a un oligarca Santanderista, entregado a la CIA y al Mossad?
La historia nos los dice doctor Rangel, y en ella solamente debemos confiar. Y no me diga que hay que olvidar el pasado, para comenzar de nuevo. ¡No! esta no es un relación de pareja, que después de fuertes desavenencias, se vuelven a juntar. ¡No! mil veces ¡No! Aquí está en juego nuestra independencia y nuestra seguridad integral y territorial. De mantener nuestros principios y de nuestra palabra, depende todo nuestro futuro. La revolución Bolivariana es algo muy grande como para ponérsela en bandeja de plata a nuestro principal enemigo: el imperialismo yanqui, dueño y señor de Colombia y por ende de sus presidentes. Pido a la razón, que Chávez, no caiga en ese compás que usted le pide. Eso es dar un paso en falso y se arriesga nuestra tranquilidad.
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