Cualquier formato
que impacte de modo comunicacional en la novedad televisiva a la Venezuela
abril 2002 y Honduras 2009, no es simple coincidencia pues, lastimosamente
Latinoamérica tiene sus apátridas “dolarizados” propios, en cada
uno de sus países que aguardan los momentos mediáticos para desestabilizar
con la práctica del manual CIA y la teoría aprendida en la escuela
de las Américas “made in USA”. En el corazón del centro del mundo
del Ecuador terrestre, se apunta directo al gobierno progresista liderado
por Rafael Correa, y no es coincidencia, ya que Ecuador es miembro
del ALBA, UNASUR y apuesta al cambio de justicia social de reformas
pacíficas y en democracia puestas en marcha....lo que reactiva al imperio
el retorno del “Marcartismo” por Latinoamérica pero, en esta oportunidad,
con la espada de Bolívar en de los pueblos.
La eliminación
de la base militar “gringa” en Manta, le cobra a la democracia
ecuatoriana, sabotajes y conspiraciones internas dirigidas por personajes
nefastos como el tristemente célebre ex–coronel y ex -mandatario
Lucio Gutiérrez, traidor consumado del pueblo ecuatoriano. Pasado el
capítulo de la invasión territorial de Ecuador con el bombardeo a
las FARC y la posterior mirada retadora y digna de Correa al “paisita”
Uribe en la Cumbre de Río en Santo Domingo, demostrando la emoción,
fervor y amor por su pueblo cuando alzó el grito: ¡Vengan...matánme
pues!...recordando que con su grito cual canto popular de Julio Jaramillo
en “Nuestro Juramento” sentenciaba en sus estrofas: “...con toda
el alma llena de sentimiento, la escribiré con sangre, con tinta sangre
del corazón...”.
Este capítulo
se la supuesta “sublevación” y “autogolpe” difundidos como
tal, por los irónicos medios golpistas, hacen recordar el 13
de abril 2002 en Venezuela con el retorno del presidente Chávez al
Palacio de Miraflores. Por ahora, no recibirán perdón ni olvido...el
“correazo” de Correa seguirá su curso de lucha progresista por
la justicia social de su pueblo que se ha ganado la “Condecoración”
más alta como es libertad y su propio destino revolucionario.