Fidel Castro pareciera que tendrá la razón una vez más; solo esperamos, en esperanza, que se solucione como lo ha expresado, en el comunicado formal, la Cancillería venezolana. Pero mientras se desarrollan los acontecimientos in situ tratemos de comprender qué está sucediendo en aquellos parajes geográficos, razones históricas y los posibles escenarios que se podrían presentar, a futuro, sin desmentir a Fidel Castro, pero tratando de ser pro-positivos (¿naïve?). Los actores involucrados en la zona son: ambos países de la península de Corea; Japón; Taiwan; China; Rusia y los EEUU de América. Un escenario de guerra, sea de baja, alta y/o nuclear, tendría un “efecto dominó” que obligaría a que se involucraran en ese hipotético escenario las Filipinas por varias razones histórico-dependiente de los EEUU de América además de aquel famoso “puerto de aguas profundas” que sirvió de base militar durante la “Guerra de Vietnam”. Se vería involucrada la imbatible República de Vietnam que obligaría a aquel Gobierno vietnamita a definir posiciones políticas y estratégicas porque sus realidades objetivas obligan a esa definición. Es una realidad las contradicciones entre China y Vietnam; es reconocible los acercamientos muy recientes de altos funcionarios de los EEUU de América con diferentes sectores muy importantes del establecimiento vietnamita y los acercamientos del sector militar estadounidense de buscar retornar al puerto de aguas profundas de Cam Ram en Vietnam. También se verían involucrados tanto Tailandia como Singapur por sus sólidos lazos con las derechas asiáticas-orientales, es decir, Japón, Taiwan y Corea del Sur además de su posición ideológica militante y confuciana anti-comunista. Cualquier alteración en la zona obligaría, inmediatamente, la participación de Australia y Nueva Zelandia; es decir, la Región de Asía y el Pacífico entraría en una vorágine de violencia guerrerista con objetivos precisos.
¿Cuáles serían esos objetivos? Primero vayamos a la geografía. Una visión amplia de la península de Corea nos permite ubicarnos en un muy amplio escenario geográfico. La península de Corea la rodean, si se nos permite el término, las islas Kuriles tanto bajo bandera japonesa como rusa; el archipiélago del Japón; por las provincias nor-orientales de China; por Rusia a través de aquella inmensidad que es la Siberia; tiene cercanía con la isla de Taiwan. ¿Qué significan cada uno de los países y regiones geográficas nombradas? Es necesario explicarlo en el marco de la presencia objetiva de los EEUU de América en la zona en cuestión. Para el “Imperio del Norte” su presencia en la región del Asia Oriental es fundamental, es decir, geopolítica y geoestratégicamente. En alguna oportunidad comentábamos sobre el desarrollo histórico de la expansión estadounidense en el Asia Oriental que se consolidó a partir de 1900. Después de finalizada la 2da Guerra Mundial en el Pacífico, es decir, de la “Rendición del Japón”, además de imponerle una constitución con la finalidad de controlar a los “keiretsu” (zaibatsu), implantó su presencia militar ocupando el territorio japonés convirtiendo aquella nación nipona en una enorme base militar, es decir, convirtiéndola en un “portaviones no hundible” (unsinkable). ¿Por qué esa consolidación de la presencia militar estadounidense en Japón? El escenario resultante de la derrota del Japón desarrolló las contradicciones internas en la sociedad china cuando el Partido Comunista Chino, con una política estructural, una ideología autóctona-histórica y leninista conjuntamente con un ejército popular-campesino sustentado en las realidades sociales-histórico chinas en aquella visión estratégica de Mao Zedong va derrotando y desplazando geográficamente a los ejércitos del Guomindang apoyados por los EEUU de América y al Gobierno presidido por el líder de las derechas burocráticas y financieras chinas pro-estadounidenses en la persona de Chiang Kaishek (Jiang Jieshi). Pero ¿Por qué el Japón se lanzó a aquella aventura bélica-expansiva de la 2da Guerra Mundial en el Pacífico? El desarrollo de la estructura económica japonesa, una vez consolidada la Restauración Meiji y la asunción al poder del sector militarista-fascista nipón, entró en profunda crisis por escasez de “materias primas” para, fundamentalmente, su industria militar. La solución se encontraba en la Manchuria con sus importantes depósitos de materias primas pero para ocupar la Manchuria era indispensable y obligante ocupar, primeramente, la península de Corea. Una vez alcanzados ambos objetivos geoestratégicos, por vía militar, el Japón continuó su expansión imperialista consolidando su presencia en territorio chino para ello provocando el “Incidente del puente de Marco Polo” en 1937. Pero esa expansión nipona entraba en contradicción con los intereses imperialista e imperiales de los EEUU de América. En última instancia, queremos resaltar la importancia geoestratégica de la península de Corea en el escenario del Asia Oriental y el Pacífico. Cabe la pregunta: ¿Por qué tropas colombianas participaron en la Guerra de Corea?
Regresamos al escenario de la post-guerra mundial en el Pacífico. Los EEUU de América se enfrentaba a la expansión del “comunismo mundial” en el Asia. La particularidad de la situación político-social en la península de Corea se inclinaba hacia lo que podemos calificar como un movimiento social-comunista liderado por Kim Ilsung. Acababa de nacer las Naciones Unidas que frente a dicho escenario se impusieron las tesis de los llamados países occidentales obligando a votar y avalar unas elecciones en la zona sur de la península de Corea alcanzando el triunfo el candidato impuesto por los EEUU de América y siendo “contestadas” por Kim Ilsung y el partido de los trabajadores coreano. La solución fue la “Guerra en la península de Corea”, la participación de China donde, por cierto, murió un hijo de Mao Zedong, donde participó un ejército internacional avalado (sic) con el resultado conocido. La crisis económica post-Guerra de Corea en toda el Asia es conocida, medible y durable hasta aquella política de los “Tigres Asiáticos”, el desarrollo de las políticas propuestas por Deng Xiaoping, aprobadas por el Partido Comunista Chino y desarrolladas por el Gobierno chino transformando a la Región de Asia y el Pacífico en un polo de desarrollo con las lógicas consecuencias de crisis y contradicciones en el marco del sistema capitalista a excepción de las políticas socio-económica impulsadas por el Partido Comunista Chino y desarrolladas por el Gobierno chino.
Pero en ese escenario global se han venido desarrollando escenarios puntuales donde, quizás, el más importante de ellos sea tanto el control de materias primas en aquella región arriba referida de la Manchuria como el desarrollo de las infraestructuras del transporte de crudo y gas desde las zonas del Asia Central en conjunción con Rusia hacia China con la probabilidad de proveer necesidades energéticas tanto para la península de Corea como para el Japón y Taiwán. Por otro lado, el desarrollo de los mercados regionales entre los países de la ASEAN con China se ha convertido en una relación de “mutuo beneficio” donde el factor dólar estaría en franca decadencia, es decir, la moneda china –yuan/reminbi- estaría consolidando su importancia en aquellas transacciones comerciales. El mercado de materias primas de Australia, aparentemente, estaría consolidado gracias a las inversiones y adquisiciones por parte de compañías chinas en aquel país austral. Podríamos decir que la importancia y la lógica influencia de China en la Región del Asia y el Pacífico se vienen desarrollando, paulatinamente, frente a la muy importante presencia económica-militar de los EEUU de América como recientemente se ha demostrado con la gira de altos personeros del Gobierno de Barack Obama y del propio Presidente Obama con declaraciones muy puntuales en el marco de la política imperial-geoestratégica de la Casa Blanca (?) Pero ¿Cómo entra el escenario de la península de Corea en las realdades que se desarrollan en estos primeros años del siglo XXI? Tratemos de explicarnos.
Deberíamos recordar aquella situación surgida con el hundimiento de aquel barco de guerra surcoreano y el desarrollo “aguas abajo” de la polémica que aún no ha concluido. Alguien comparó aquel suceso con el del buque de guerra estadounidense cuando la “Guerra de Vietnam”; y recordamos aquel impasse que se desarrolló con una situación similar con algún buque que enfrentó a los EEUU de América y China y aquel ataque de un buque de guerra estadounidense en el río Yantzé durante la “guerra de liberación”. Los EEUU de América estarían muy preocupados por el desarrollo (R&D) militar-naval chino con relación a un misil anti-portaviones, con el desarrollo de submarinos no detectables, con tecnologías especializadas para la “guerra informática”, con la presencia naval china tanto en Myanmar como en Sri Lanka, con la solidaridad china hacia poblaciones norcoreanas en zonas fronterizas-provinciales en el noreste chino, con las permanentes y sólidas relaciones entre los líderes norcoreanos y chinos, con el desbalance militar existente entre ambos lados en la península de Corea, con la sólida preocupación del Gobierno del Japón antes la matriz de opinión anti-estadounidense que se viene desarrollando en aquel país del “Sol Naciente”. Es decir, la geopolítica imperialista e imperial de los EEUU de América en la Región del Asia y el Pacífico está en seria, muy seria, crisis que conjugada con la crisis del sistema capitalista que ha permeado no solo al sector financiero sino al laboral y estudiantil tanto en los EEUU de América como en la Comunidad Europea está mostrando al “gigante con pies de barro” como también al “tigre de papel”.
¿Cuáles escenarios podría desarrollar el imperialismo estadounidense en aquella Región referida para retomar los controles que conjuga el “concepto imperialismo” y así mantener la primacía como primera potencia mundial? La provocación bien calculada sería una de ellas como lo demuestran los ejercicios navales-militares que desarrollarán la armada estadounidense conjuntamente con la surcoreana y, probable, presencia de observadores militares de países de la Región pro-occidentales. Corea del Norte ha mandado un mensaje inequívoco; su lectura es obligatoria para la contraparte; sus declaraciones son contundentes y su actitud es firme. El Gobierno de Corea del Norte es muy firme en sus decisiones con una sólida moral socialista de “características norcoreanas” irrefutables. El Pentágono y la Secretaria de Estado, que pareciera se confunde en una sola persona, seguramente, están en “pleno conocimiento” de esas realidades. Es posible que cualquier alteración de la paz en aquellos lejanos parajes norasiáticos pudiera desatar protestas sociales en Japón, Taiwan, Corea del Sur, Filipinas, Vietnam, por mencionar. La evidencia de la prosperidad socio-económica que han venido disfrutando aquellas sociedades sería un factor de protesta que “humillaría” la imagen del Presidente Barack Obama y evidenciaría la “real politik” del Pentágono y la Secretaría de Estado.
¿Hasta dónde se podría desarrollar una guerra en la península coreana y cuál sería su intensidad? ¿Llegaría a convertirse en una guerra nuclear? El llamado del Presidente Barack Obama a los líderes del Partido Comunista Chino, particularmente ahora que se ha elegido al posible sucesor del Presidente Hu Jintao quien pertenece al sector tradicional del Partido Comunista Chino y al sector maoísta del Ejército Popular de Liberación de China, es de alta importancia y prioridad de analizar. Es evidente que el Presidente Obama está siendo presionado por los “halcones” y la industria militar. Es evidente que las derechas estadounidenses están sufriendo la “crisis imperialista en decadencia”. Es evidente que los paradigmas de la “negociación” están en crisis en y para el establishment estadounidense y ello es importante y muy peligroso. Por ello el llamado del Presidente Obama a la dirigencia china es una solicitud formal de ayuda a su persona y al sector centrista de su Gobierno. El desarrollo de un hipotético conflicto armado en la zona del golfo de Bohai y allende en tanto y cuanto no se desarrolle hacia una guerra nuclear traerá, obligatoriamente, a la negociación de las partes que, por sustentarse en ese hipotético escenario, sería diferente a la mesa de los 6 que discute el tema nuclear en Corea del Norte. El posible resultado-acuerdo de ese escenario de guerra y negociación beneficiaría y consolidaría a China como “la Potencia Regional”; podría tener consecuencias en las sociedades votantes tanto de Corea del Sur como en el Japón; tendría un profundo impacto en positivo en la sociedad taiwanesa; aquella política desarrollada por el Japón de “Asia para los asiáticos” tendría su desarrollo pero con tratamientos profundamente diferentes a los propuestos por los militaristas nipones porque, por tradición histórica, China nunca ha sido un país expansionista a diferencia del Japón y los EEUU de América además de que su sistema de gobierno y organización social socialista es horizontal y participativo.
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