Petróleo, petróleo y gas... deseo de los imperialismos

La curiosidad llama nuestra atención por dos razones: la primera sería la continuidad de crisis mundiales que se vienen desarrollando desde hace algunos años y la segunda es porqué el Presidente estadounidense, Barack Obama, quien representaba esperanzas para las sociedades capitalistas y no tan capitalistas viene impulsando “movimientos sociales” en una región que se la considera de “alta sensibilidad” para la “seguridad interna” de los EEUU de América. Con respecto a nuestra primera atención hay suficiente literatura como para repetir en esta corta reflexión sin aportar, en profundidad, un análisis con nuevas tesis en aquellas razones que generaron y siguen desarrollando esas crisis mundiales según las realidades nacionales-geográficas.

La segunda atención, la que nos ocupa en este texto, nos obliga a resaltar realidades que ya se vienen proponiendo para su discusión en diferentes foros; la pregunta con la que podríamos comenzar nuestro razonamiento sería: Siendo Barack Obama, miembro del Partido Demócrata estadounidense, proponente de una política tanto nacional como internacional estadounidense diferente a las desarrolladas y provenientes del Partido Republicano en la persona de George W Bush, hijo, siendo miembro de la comunidad afro-americana y primer Presidente de esa comunidad en la Historia de los EEUU de América quien, objetivamente, propuso, durante su campaña electoral, políticas que prometían revertir las crisis internas nacionales por consecuencias tanto por las políticas internas como las políticas internacionales que se vienen ejecutando desde Washington y que se expresan en crisis en la estructura estatal de la primera potencia mundial en su praxis cotidiana; esas promesas electoreras que buscaban diferenciarse de las ejecutadas por el ex-Presidente George W Bush, hijo, ¿en qué se diferencian sus políticas a las políticas tradicionales del neo-liberalismos que comenzaron a implementarse desde la Presidencia del actor de cine, Ronald Reagan? No nos toca analizar, por razones obvias, las diferencias objetivas, en su praxis, de las políticas internas estadounidense que ha desarrollado Barack Obama durante estos recientes tiempos más cuando se han presentado situaciones muy particulares en el nuevo cuadro político en aquella nación. Tampoco vamos a satanizar al ex-Presidente Bush, hijo, porque tendríamos que preguntarnos, recordando las tesis del General Müller Rojas ¿quién, realmente, gobierna en los EEUU de América?

Expresado lo anterior, deberemos preguntarnos ¿la política exterior de Barak Obama se ha diferenciado de la desarrollada por Bush, hijo? Quizás sería mas honesto preguntarnos: ¿la praxis de la política exterior de Obama en que se diferencia de la del ex-Presidente Bush, hijo? También inquirirnos ¿cuáles serían las diferencias y porqué de esas diferencias entre ambos actores? Y, por último, ¿quién o quiénes diseñan, dirigen y participan en la ejecución de la Política Exterior de los EEUU de América independientemente de quién sea el huésped de la Casa Blanca?

Es evidente que Barack Obama heredó una realidad estructural que se fue desarrollando en mayor profundidad durante ambas Presidencias del señor George W Bush, hijo y que afectaron tanto el escenario interno como las relaciones internacionales de la 1ra Potencia mundial. Por ello nos preguntamos ¿esa crisis estructural fue producto del propio desarrollo del sistema y/o fue una crisis inducida? Con respecto a esta última consideración nos llevaría a desarrollar ambas hipótesis por separado porque si la crisis mundial generada por Washington es por la propia crisis del desarrollo de su sistema capitalista aún cuando la crisis sea una crisis del capital (Giordani dixit) implicaría que es una crisis de la praxis de las políticas socio-económicas impulsadas y sustentadas en las tesis del neoliberalismo lo que nos llevaría a inducir que si se modifican esas políticas neoliberales en paradigmas diferentes aún en el marco del propio sistema capitalista, el sistema capitalista tendría capacidades para su autoregeneración sustentándose en la intelectualidad de las derechas internacionales; es decir, ello nos obligaría a leer y reflexionar los contenidos de “El Capital” de Carlos Marx, aquel judío alemán que vivió en los barrios obreros de su tiempo en Londres, aquella capital del imperialismo victoriano del siglo XIX.

Ahora si “compramos” la tesis de la “crisis inducida” estaremos hablando de un tema mucho más delicado porque significaría que estamos todos por la “obra y gracia” de la “Globalización-Mundialización” en un barco donde el capitán es Washington y los demás “marineros” con algún que otro oficial a bordo. Tratemos de desglosar el tema; en ese orden de ideas, cabe la inquietud de preguntarnos ¿Por qué se induciría una crisis del capital, cuáles serían los objetivos fundamentales, qué efectos objetivos tendrían en los países capitalistas según una clasificación en relación a su desarrollo económico, cómo afectaría la “División Internacional del Trabajo”, cuáles serían las soluciones en función de las necesidades objetivas de materias primas, entre otras propuestas? Es evidente que la “crisis del bath”, la “crisis de Tokio”, la “crisis mexicana”, las “burbujas”, las crisis financieras, la “crisis del ladrillo”, la crisis de lo que sea, han venido afectando el desarrollo del neoliberalismo a tal extremo que las sociedades, como conjunto, han desarrollado una “conciencia crítica” que ha trastocado las seguridades de los poderes de las derechas internacionales sin que ello signifique que esas sociedades se hayan convertido en “movimientos comunistas” como trata, por ejemplo, de promover, en Venezuela, la diputada Corina Machado cuando acusa al Gobierno Bolivariano y a todos sus adeptos de “comunistas”, es decir, la diputada Machado está proponiendo un volver a las tesis trasnochadas de la “Guerra Fría”; pero es de todas lógicas que esas derechas criollas expresen esas ideas si le damos una mirada a las dos tesis fundamentales que la intelectualidad de las derechas internacionales han propuesto e impuesto en el marco de sus paradigmas neoliberales como son la de Samuel Huntington –“Choque de Civilizaciones”- y la de  Francis Fukuyama –“Fin de la Historia”- sin olvidar aquel famoso e importante discurso de Barack Obama en una universidad de El Cairo, discurso tan importante como el tratado expuesto y propuesto por “Mister X” como padre de las tesis anti-comunistas de la post-Guerra Mundial.

Pareciera que el tema se va, paulatinamente, complicando. En el capitalismo nada es casual. Cuando nos referimos a la tesis de Huntington y observamos las propuestas que desde Washington se promueven como solución a la llamada “crisis del norte del Mediterráneo”, nos preguntamos: ¿no serán esas, las tesis de Huntington, las aplicadas al mundo árabe-islámico? como también inquirimos ¿cómo queda España en este cuadro sociopolítico como país impulsor del respeto a las civilizaciones, particularmente, las mediterráneas? En objetividad ¿es posible imponer a los países islámicos los paradigmas conceptuales de la ideología del capitalismo judeo-cristiano por no calificarlo como el ideario de la “cultura griega”? Lo que nos obliga a preguntarnos con grados importantes de objetividad ¿conocemos, realmente, la “cultura árabe”; conocemos las composiciones sociales de las muy diferentes sociedades islámicas, bereberes, persa y turca sin querer ir más allá hacia países como Afganistán, Paquistán, Indonesia, Malasia, movimientos islámicos asiáticos como en Filipinas, Xinjiang en China. Conoce Occidente que hay una línea de comunicación que une Turquía con la ciudad de Xi´an en la provincia de Shaanxi en China. Conoce el Occidente las realidades político-culturales que, en los tiempos históricos, se han venido desarrollando desde la Manchuria hasta el Turquestán? Pareciera que estamos viendo el mundo desde la óptica de la Casa Blanca y ello es muy grave porque las contradicciones se siguen desarrollando y podrían terminar dándole la razón al Comandante Fidel Castro y dudamos, en profundidad, que José María Aznar, Álvaro Uribe Vélez, Vicente Fox, Julio Borges, María Corina Machado, Mariano Rajoy, entre otros, les agrade que sus objetivos ideo-políticos por el Poder, los gobiernos y las finanzas e industrias diseñados por sesudos cristianos-católicos se vean truncados por las otras soberbias de las culturas protestantes anglo-sajonas.

Regresemos a Barack Obama. Consideramos, seriamente, que el Presidente de los EEUU de América no puede imponer su agenda, en este caso concreto, internacional. Si analizamos al detalle, podemos captar que el Vicepresidente J. Biden ha dejado de “andar por el mundo”; que el Secretario de Defensa, Robert Gates, se ha dedicado a comunicarle al estamento militar en preparación que la actual estructura militar estadounidense está superada, que ahora las fuerzas de la Armada y de la Aviación serán las privilegiadas en los DoD y presupuestos visto el futuro geoestratégico en función de la participación de los ejércitos estadounidenses en el escenario internacional a tal punto de decir que, en el futuro, el Secretario de Defensa que le proponga al Presidente de los EEUU de América, cualesquiera que éste sea, repetir el esquema que desarrollaron tanto en Iraq como en Afganistán está de “mollejón” más si se trata de aplicarlo en el Medio Oriente, en África y en Asia; mientras tanto, la Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, y todo su equipo no solo bien estructurado sino también disciplinado no se bajan de un avión manteniendo un muy alto perfil no solo en la política internacional sino en su influencia en los “pasillos” de la Casa Blanca. Entonces, si Barack Obama es el “primer violín” de la orquesta ¿cuál es el verdadero objetivo de las intromisiones del Poder (Müller Rojas decía) en los países árabes y porqué Irán ha pasado a un segundo plano?

La próxima pregunta que deberíamos proponernos responder se sustentaría en cómo se desarrolló el proceso de esas llamadas “revoluciones de jóvenes”; primero en un país frontera de Libia; en segundo lugar, en otro país frontera de Libia; en tercero, en un país del Golfo Pérsico; en cuarto lugar, en Yemen, Costa de Marfil y sigue la cuenta. Ello nos obliga a realizar un análisis objetivo de cuáles “materias primas” y posiciones geoestratégicas se enmarcan y contienen en cada uno de los países de África donde se “han alborotado” las “masas sociales”. En el marco de ese escenario, inmediatamente, Arabia Saudita “puso sus barbas en remojo”; en ese orden de ideas, ese importante país petrolero es el sustento económico, conjuntamente con Kuwait, de la presencia de bases y tropas estadounidenses en aquellos paraísos de “lujo y consumo” con un importante impacto en el PIB de cada uno de ellos y efecto en sus sociedades. Jordania abrió sus puertas a reformas. Marruecos, socio estratégico de los EEUU de América para el norte africano, llamó a las “puertas de la concordia”. Israel, el país que podría ser el más afectado si hay alteraciones geopolíticas en la Región del Oriente Medio mantiene un muy bajo perfil con respecto a los países productores de crudo mientras que, solamente, reitera su cantaleta mencionando su “piedrita en el zapato” que es el “poder nuclear militar” para dentro de “nunca jamás” de Irán más ahora cuando dos buques de guerra de Irán cruzaron el Canal de Suez y se encuentran en el Mediterráneo navegando hacia las costas de Siria. Se imaginan ustedes protestar por dos (2) buques de guerra de Irán en el Mediterráneo cuando nosotros, los caribeños, tenemos no solamente dos (2) sino hasta un portaviones y submarinos nucleares que solo compiten con los submarinos de los narcotraficantes colombianos.

Es por demás evidente que el escenario que se viene desarrollando en las regiones norteñas africanas buscan alcanzar, en nuestro criterio, dos objetivos fundamentales: la balcanización de Libia extensible hacia otros países de la Región del Medio Oriente en la aplicación de las tesis de Samuel Huntington; y, socavar las propias estructuras de la OPEP en función de lograr los objetivos que Hugo Rafael Chávez Frías les desmontó a los imperialismos como fueron “precios bajos y altas producciones” de crudo –petróleo- y gas. Pero no siempre las ecuaciones matemáticas son equilibradas porque sino no existiría la “teoría del caos”. Nos explicamos. La supuesta “revolución egipcia” (sic) pareciera no andar por los caminos más ideales; es decir, tras “el caos popular” se expresan las promesas no cumplidas de un seudo-gobierno de transición; las tranquilidades sugeridas con las visitas del Almirante Michael Müllen, Jefe del Estado Mayor Conjunto de los Ejércitos de los EEUU de América, a Jordania e Israel; las intranquilidades en “pleno desarrollo” en Tunez, Marruecos, Bahrain, Yemén, Mauritania, etc., no nos están otorgando respuestas con sentido, es decir, nadie, absolutamente nadie, está exponiéndose a decir, claramente, cómo van a concluir estas alteraciones geopolíticas con incidencias geoestratégicas. Las realidades solo nos están comunicando que los precios de las materias primas y de los alimentos están “robustos y con salud plena”, es decir, las contradicciones se siguen desarrollando exponencialmente y los diálogos en el Consejo de Seguridad no alcanzan sus metas deseadas por los imperialismos trasnochados ni Washington logra poner en sintonía las justificaciones para una intervención militar en toda la Región en mención ni pareciera que la Comunidad Europea estaría en condiciones socioeconómicas como para lanzarse a una aventura religiosa-militar como las del siglo XIX.

Anyway, se aceptan sugerencias y soluciones. Gracias. 
 

delpozo14@gmail.com 



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Miguel Ángel del Pozo


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