Ese fantasma inatrapable al que Bush dijo que sacaría de la ratonera donde se encontrara, vuelve a las primeras planas. ¿Terrorismo imperial???
Osama Bin Laden, y las tropas de Al Qaeda, están al frente de la revuelta que desestabiliza a Libia.
Ese fantasma inatrapable al que Bush dijo que sacaría de la ratonera donde se encontrara, vuelve a las primeras planas, luego de aquellos días en que se derrumbaron las torres gemelas en Nueva York. El hecho es que jamás se cumplió la sentencia de Bush, Obama Bin Laden, largo y flaco, con unas barbas mesiánicas, apareció una que otra vez en breves videos cuya ubicación geográfica llegó a dudarse y muchos expresamos la sospecha sobre la autenticidad de esta leyenda. Bin Laden, hijo de una familia burguesa, hacía negocios petroleros con la familia Bush, precisamente, se daba fe de haberle visto en fiestas y recepciones en las fincas de los Bush. Todo cuadraba con un montaje predestinado a poner las garras sobre Afganistán. La noche de aquel 11 de Septiembre todas y todos vimos las grabaciones en la TV de los primeros bombardeos a la tierra de Afganistán. Jamás se volvió a saber de Bin Laden.
El líder libio Muamar el Gadafi, en un mensaje de audio transmitido por la televisión estatal, llamó este jueves a la población a "combatir" a los manifestantes que han tomado varias zonas del país y que, según dijo, están al servicio del jefe de Al Qaeda, Osama Bin Laden tras las derrotas sufridas por los insurgentes en las ciudades de Sauiya, Misarata y Ras Lanuf.
En la capital de Libia, Trípoli, se registró este domingo la mayor manifestación en apoyo al líder de este país africano, Muammar Al Gaddafi, la cual incluyó disparos al aire con armas automáticas por parte de quienes celebran que las fuerzas leales al Gobierno han logrado el control sobre varias ciudades libias.
Yo he venido relacionando los sucesos que preceden la desestabilización del gobierno de Gaddafi, en Túnez y Egipto, a la izquierda y derecha del mapa de Libia. Fronteras con las zonas de mayor explotación petrolera. Y me pregunto ahora: ¿No tiene sentido sospechar que los Estados Unidos de Norteamérica, su gobierno imperial, hubiese tomado el control de estas dos naciones para llevar por tierra las armas y tropas de Al Qaeda? Era la mejor forma de que pareciese una rebelión popular, sumada a la cantidad de autoridades previamente pagadas para que de inmediato presentaran sus renuncias.
Lo cierto es que una semana luego de los sucesos en Egipto, se comenzó a tambalear Libia y de inmediato la artillería mediática no ha cesado de generar la matriz de opinión necesaria como para odiarlo y repudiarlo como dictador inclemente, asesino y terrorista. Se han hablado de las fortunas de sus hijos en la banca internacional, en sus lujuriosos gastos, pero sin ninguna prueba, solo palabras creando falsimedias. Ante la denuncia de Gaddafi acerca de Al Qaeda como primer actor en los enfrentamientos, hay que revisar nuevamente el historial.
A mi criterio el apoyo a la Revolución Verde resurge luego de días de confusión, se han enfrentado a fuerzas ya más nítidas, después de la polvareda mediática el pueblo libio y el mundo ha reaccionado ante las obvias maniobras del imperio y de la OTAN: hacerse del petróleo que yace en el subsuelo libio. El pueblo celebra en las calles mientras se acercan a Benghazi y Brega, los últimos dos bastiones de la resistencia.
Túnez y Egipto son las dos puertas secretas del imperio, la primera invasión que ya hicieron en esta escalada, con tropas de mercenarios seguramente reclutados en Afganistán y disfrazados de insurgentes, armados por el mismo imperio que orquestó la escalada mediática inmediatamente para apoderarse del petróleo que no ha podido explotar en ningún territorio árabe a pesar de su dominio, impedidos por la verdadera resistencia árabe al imperialismo.
Hoy sacan de nuevo a Bin Laden, el mismo guiñol que sirvió de excusa mediática para masacrar al pueblo Afgano. Donde en fin de cuentas se apoderaron del mercado de los opiáceos, que les renta inmensas fortunas. Gaddafi reiteradamente denuncia que igualmente ha visto una invasión de drogas alucinógenas en las tropas que se le oponen. Ben Laden de nuevo enmascara al imperio en sus ansias de dominación.
Pidamos porque regrese la paz y se permita al pueblo libio asumir su destino. Repito, con insistencia: si Libia quiere cambiar, que cambie Libia. No a la patraña imperial por dominar un nuevo territorio en nuestro planeta.
Venceremos.
brachoraul@gmail.com