Libia: La razón de clase

Aún cuando hoy son pocos los europeos sobrevivientes de la Primera Guerra Inter-imperialista (1.914-1.919) y han llegado a la avanzada ancianidad  aquellos que les toco sufrir la segunda fase de ese mismo conflicto inter-burgues (1.939-1945), la memoria colectiva y la tecnología fotográfica permiten hoy que los pueblos de Europa tengan conciencia viva del significado catastrófico de la guerra y la importancia de la preservación de la Paz en una Era en donde los medios bélicos tienen una capacidad mortífera y destructiva y se han acumulado en cantidades tales, que su uso provocaría la extinción de la vida, incluyendo al ser humano y la incineración de La Tierra.

Incluso, en la conciencia de los pueblos de Europa deben de estar presente las guerras coloniales que sus gobiernos imperialistas realizaron, en nombre de la civilización y el cristianismo, pero a favor de sus monopolios industriales y financieros,  en contra de los pueblos originarios de Asia, Africa, América y Oceanía, con el fin de esclavizar sus poblaciones y apoderarse de sus recursos, acumulando una riqueza que, aún hoy, les permite tener un alto nivel de vida y disfrutar de un bienestar que a los pueblos coloniales y neocoloniales le son negados.

Hoy, las burguesías europeas y, en especial, la fracción financiera dominante en el Capitalismo Global, se encuentra en una profunda crisis sistémica, como consecuencia del agotamiento del sistema de acumulación y distribución de las ganancias del Capitalismo, por lo que necesita desesperadamente revertir las conquistas sociales alcanzadas por los trabajadores y las trabajadoras a lo largo del siglo XX,  con el fin de aumentar sus ganancias internas y posibilitar la cohesión social y la gobernabilidad política de sus Estados que cada vez tienen menos capacidad para controlar la conflictividad interna causada por la misma crisis.

Pero siendo insuficientes estas medidas de apropiación y transferencia del ahorro social interno en favor del Capital Financiero Internacional, los gobiernos de las burguesías europeas se lanzan desesperadamente a recuperar sus influencias y dominios en diversos regiones con recursos estratégicos, que les permitirían amortiguar los efectos de la crisis e, incluso, asegurar, un cierto tiempo de acumulación de Capital necesario para controlar los efectos telúricos de su crisis estructural, las cuales podrían amenazar su hegemonía de clase.

Así, desde los años 80’s del siglo XX, en competencia con la decadente burguesía imperialista usamericana, se lanzaron sobre los territorios con mano de obra semi-esclavizada del Este de Asia  y Oceanía, instalando sus “maquiladoras” exportadoras para su propio mercado consumidor y de otros continentes, a la vez que asociaban en la producción y la exportación industrial al mayor mercado nacional del planeta, el de la República Popular China, sacrificando parte importante de su propia capacidad industrial interna. De la misma manera se lanzaron a la “reconquista” económica del Africa, inundando de mercancía sus mercados primarios, junto con la imposición de  capitales especulativos e inversiones en energías y minas, que consolidarían su dominio sobre la región. Y en América Latina y el Caribe, presionaron política y económicamente a las burguesías dependientes y sus élites políticas subalternas, para desmantelar las conquistas sociales de los trabajadores y el pueblo, disolver la protección de sus débiles economías, comprar sus bancos, minas, tierras y empresas petroleras estatales y privadas, inundando sus mercados con mercancías elaboradas en sus países y en sus “maquiladoras” repartidas en el resto del mundo.

Esa estrategia global, asociada a las fracasadas Rondas de Uruguay y Doha, sobre la regulación de los aranceles del comercio mundial y a la creación de la inservible Organización Mundial de Comercio, así como el “crack financiero” del 2008, cuyas réplicas sísmicas continuas mantienen a los Sistemas Financiero y Monetario Mundial amenazados de quiebre total, explica, más allá de los hechos episódicos, los personajes involucrados y el manejo informativo  de la canalla mediática internacional; la razón primera y última por la que las burguesías francesas, inglesa, italiana y española, adelantándose y arrastrando a la burguesía imperialista usamericana, deciden imponerle a sus socios europeos su aventura guerrerista en Libia, bajo el cínico y cretino pretexto de “la protección de la población civil”, supuestamente amenazada por el gobierno libio.

Se trata, nada más y nada menos que la “Santa Alianza” de los decrépitos imperios europeos, tratando de recuperar sus influencias en sus antiguos espacios coloniales, ya no apuntalando figuras feudales con títulos de nobleza cuestionada, sino para apoyar nuevos grupos burgueses poscoloniales que le disputan a los actuales gobernantes libios el control de su industria petrolera y el control sobre los inmensos recursos acumulados (200 mil millones de euros) de la explotación de sus pozos de petróleo liviano, ubicados en la margen sur del Mar Mediterráneo, frente al mismísimo continente europeo.

La guerra de agresión al pueblo libio no sacará a los Estados europeos de sus crisis pero sus burguesías no tienen, sino la guerra de conquista como instrumento para imponer condiciones económicas que favorezcan a sus corporaciones financieras e industriales, circunstancias favorables de inversión y acumulación en los países periféricos, porque esa es la vía por medio de la cual, esa clase genocida y decadente puede prolongar su agónica hegemonía nacional y global, contando con el apoyo de los apátridas burguesas nacionales, las fracciones sociales medias “globalizadas” y los “purísimos” marxistas eclécticos que, de tanto ponerse entre unos y otros, terminan sirviéndole de catapultas al imperialismo: enemigo histórico de la Humanidad y su planeta Tierra.

La otra opción es la Tercera Guerra Inter-imperialista Mundial y, las burguesías europeas y mundial están conscientes que ello conducirá al humanicidio porque, como alguna vez lo dijo Albert Einsteins, la próxima guerra “.. será con palos y piedras…”., y la burguesía tiene de todo, menos de suicida. Es su Razón de Clase y está en  su naturaleza.

yoelpmarcano@yahoo.com



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Yoel Pérez Marcano


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