Dicen que wikileaks
mostró las costuras del Imperio y sacó sus trapitos al aire. Pero
ya no exhibe trapos ni costuras porque está desnudo. Paradójicamente,
si Ud. enciende el televisor encontrará agencias como CNN, Fox o sus
antenas repetidoras (RCN, Globovisión…) negando la realidad. Se deshacen
en alabanzas hacia el traje nuevo del Imperio. Un modelo diseñado a
la medida del consenso planetario por los sastres de la Organización
de las Naciones Unidas. Confeccionado en fino damasco “humanitario”
destinado a salvar vidas de civiles inocentes.
El Imperio juega en un
tablero de ajedrez que en lugar de enfrentar a dos bandos similares,
genera contiendas de gigantes contra peones. Claro, siempre que tengan
petróleo u otros botines no menos apetecibles. Este ajedrez mundial
está formado por un Rey negro con cuatro reinas a su servicio que,
junto a una corte de diez caballos, torres y alfiles serviles, conforman
el “Consejo de Inseguridad” de la ONU. Las 177 piezas restantes
son peones que hablan y votan en asamblea pero no deciden.
Hay reinas azules y reinas
rojas, pero todas se arrodillan ante el dios negro del petróleo y el
dios verde del dólar. Las reinas votan o se abstienen pero no vetan.
Cada una tiene historia imperial pero hoy son apenas las patas y las
pezuñas del Imperio desnudo. Constituyen, para decirlo en criollo,
la “cúpula podrida” del planeta.
Resulta evidente que
este ajedrez planetario no sólo es antidemocrático sino medieval.
Con la aprobación de la resolución 1973 se disolvió de un plumazo
la utopía del mundo multipolar. Los puntos cardinales desaparecieron
y de pronto todos los caminos conducen a la guerra recolonialista de
todos contra uno. Por ser súbditos de tercera categoría nadie escucha
la opinión de los peones.
Pero el Imperio no sólo
está desnudo, es en realidad una marioneta. Un puñado de criminales
fanáticos manipula sus hilos desde la sombra. Habitan en una “tierra
prometida” que se extiende desde EE.UU a Israel.