Libia lucha sola contra todo el poder militar de este mundo y contra la traición

“Uno de los motivos del ataque a Libia es justamente la pérdida de esta batalla por la energía en Asia Central, a favor de Pekín, que ha construido el Gasoducto del Siglo, trazado desde el Caspio hasta su costa oriental”. (Nazanín Amirian)

Con verdadero horror hemos visto como las grandes potencias del mundo se han complotado, para atacar al país con mayor índice de desarrollo del África del norte. Libia lucha sola contra las potencias “cristianas”, contra las trasnacionales, contra los que aspiran a seguir manteniendo sus aparatajes y sus industrias dependientes del petróleo.

Casi todos los países del mundo han abandonado a Libia y a su pueblo, prefieren guardar distancia, con la esperanza de recibir su pedazo de torta del pastel de dólares que se cocina apunta de misiles y bombardeos que matan indiscriminadamente a la población civil ¿A quién le endosaran esos crímenes de lesa humanidad, sobre todo ahora que los estados Unidos han resuelto lavarse las manos y establecer distancia de ese genocidio?

La liga Árabe, ha abandonado a un estado que la conforma y que además les unen lazos de tipo religiosos, culturales y étnicos. La Organización de Estados Africanos, ha traicionado a uno de sus creadores y su rol y papel histórico que ha debido cumplir y ha permitido que las fuerzas neocolonialistas de Europa, los Estados Unidos, y Australia, asesinen impunemente a la población civil de este país africano.

Petróleo y un mar subterráneo de agua dulce cerca de las costas de Europa por el Mar Mediterráneo, es el botín apetecible para una Unión Europea y para los Estados Unidos, para seguir manteniendo su enorme y viejo aparato productivo por otros cien años, aunque sea a costa de todos aquellos pueblos que ellos todavía consideran barbaros e infieles.

Toda la economía del mundo, sobre todo del mundo mal llamado desarrollado, descansa sobre maquinarias e industrias que consumen grandes cantidades de combustibles fósiles. Harían alrededor de otros doscientos años para que se supere la dependencia total de dichos combustibles. Esto lo perciben las grandes potencias imperialistas como una gran debilidad y una grave amenaza para su seguridad y dominio sobre el mundo.

La soledad del León del desierto, como llaman los beduinos a Gadafi, era lo que querían las grandes potencias, el hombre era un gran tropiezo en las ambiciones de las trasnacionales del petróleo, para repartirse nuevamente a África. El hombre, Gadafi, se atrevió a nacionalizar el petróleo y las empresas privadas en la década de los setenta y hacer una distribución justa y equitativa de la riqueza de su país.

Las grandes potencias noratlánticas demuestran cuanto odian las propuestas nacionalistas de los pueblos del tercer mundo. Ahora no tienen la excusa del comunismo internacional, sino que tienen la mentira del “Terrorismo” de los pueblos que buscan su emancipación y desarrollo. Solo necesitan invocar los principios de la guerra preventiva para justificar la destrucción de un país y su población.

Libia pelea sola, nadie quiere levantar la voz en su defensa, salvo algunos gobiernos países de América latina que están en víspera de ser declarados estados forajidos, para tener la plena justificación y el visto bueno de la ONU y en nuestro caso de la OEA, para ser bombardeados invocando la defensa de la vida de los mismos civiles que asesinan indiscriminadamente sus bombas y misiles.

Los árabes divididos, han abandonado a un hermano, se han cuadrado con los imperios, han puesto sus barbas en remojo. Ellos saben que si no apoyan a la coalición terrorista e imperialistas van a ser catalogados de enemigos y financistas del terrorismo. Es mejor estar con los infieles poderosos, que con el hermano árabe que cae en desgracia. Ya lo han demostrado cuando el estado de Israel ha bombardeado impunemente a población civil inocente en palestina y en la franja de Gaza, no hicieron nada. La Liga Árabe no paso de meras protestas y hasta la Arabia Saudita había facilitado un canal aéreo libre de radares y de defensa para que los sionistas bombardearan las instalaciones nucleares de uso pacífico de Irán.

El Objetivo de las grandes potencias, es facilitar el camino a las grandes trasnacionales para que puedan apoderarse del petróleo libio, que tiene la gran ventaja de estar frente a las costas de la Europa mediterránea.

Después vendrán a cobrar al gobierno títere libio que logren poner en el poder, las deudas inmorales ocasionadas por la guerra, le cobraran cada misil, cada bomba, cada munición que utilizaron para matar a la población civil de Libia. El pueblo libio pagará a sus asesinos, a sus genocidas y entonces descubrirá que la guerra para los estados Unidos y sus secuaces es un negocio redondo en el cual solo ganan los poderosos.

Lograron con esta guerra inventada y artificial sacar a chinos y a rusos de la explotación petrolera Libia. China y Rusia también han demostrado ser unos grandes títeres de las ambiciones occidentales, quizás tratando de resguardar el pedazo de pastel que les pueda corresponder después de la destrucción del país norafricano.

Francia por fin logra que los Estados Unidos cumplan su voluntad, llevó al Sr. Obama a una guerra con causas impredecibles, le petit Napoleón demostró su capacidad de manipulación de otras potencias ¿Acaso no es el el que tenía más que perder con respecto a las declaraciones del hijo de Gadafi acerca del financiamiento de sus campañas electorales?

Qué triste papel hizo míster Obama, al prestarse de títere a un hombre como Nicolás Sarkozy,

El flamante premio Nobel de la guerra ha tenido que recular ante la tremenda metida de pata que ha hecho el gobierno norteamericano en Libia.

No resultaron tan inteligentes las bombas lanzadas sobre libia, cayeron sobre barrios residenciales, hospitales, escuelas, mezquitas. Una vez más míster Obama muestras su alma blanca de conquistador occidental que va en defensa de los ideales y símbolos de la religión más poderosa del mundo civilizado, la religión del capitalismo salvaje.

Míster Obama ¿Cuántas casas mas y cuantos empleos tendrán que perder los ciudadanos norteamericanos para financiar esta nueva guerra en la cual usted se ha metido? ¿Quién pagará los doscientos millones que es el equivalente del precio de los doscientos misiles Tomahawk lanzados solo la primera noche sobre las principales ciudades libias? Sin duda vendrá otro momento de crisis y recesión en la economía norteamericana, esto solo lo sufrirán los contribuyentes norteamericanos, especialmente los de clase media y los pobres.

Quizás logren matar al León del Desierto, tienen la tecnología el poder y los traidores para eso, pero no podrán matar a todos sus cachorros y no habrá arena suficiente en todo el Magreb, para sepultar a todos los invasores y traidores del pueblo libio.

Todos los arsenales de bombas de las grandes potencias tendrán que utilizarse para asesinar a todas las personas con dignidad de la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular Socialista. Hace falta todo el poder del mundo para matar a todo un pueblo en revolución.

obedvizcaino@gmail.com


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Obed Juan Vizcaíno Nájera


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