Grecia, la arcana y la moderna, ya no se pertenece a sí misma; de glorioso imperio militar y cultural, hoy el capitalismo la redujo a un asiento contable donde ella aparece como morosa e insolvente. Deberá vender su territorio, sus habitantes, que es lo que le queda luego de haber sido expropiada por el mismo mundo que hoy la condena a su desaparición.
Es importante conocer por qué Grecia ha sido elegida por el Imperio Burgués para borrarla como entidad autónoma. Ocurre que toda persona deudora carece hasta de pensamiento propio, está amarrada a su acreedor, y a este debe sumisión y obediencia, más allá de la cancelación del préstamo y sus intereses causados.
Para ese acreedor, el prestatario es sólo esto: un capital enajenable que ya forma parte de su propiedad económica, y la actual ejecución de las garantías del préstamo concedido por el FMI no hacen más que concretar esa expropiación, primero con cargo y cobro de intereses, y luego con la toma de los bienes que hayan servido de respaldo. Esto lo estamos presenciando en Grecia.
Bien, pensamos que esta escogencia, esta prioridad de exterminio geoeconómico, traduce que el Imperio burgués exhibe sin tapujos todo su potencial de dominio, y porque, precisamente, el mundo occidental ha tenido como soporte cultural a esa jugosa Grecia, hoy insolvente económicamente e inapropiada para seguir dando ejemplos de cómo filosofar, ni de cómo hacer maravillas artísticas ni sacar bien las cuentas que reposan en los inventarios financieros de la alta burguesía internacional, entre la cual, indudablemente, se hallan haberes de sus propios conciudadanos helenos enriquecidos con sus trabajadores peninsulares, y de quienes, como capitalistas, carecen de una patria en el mapa de una geoeconomía donde sus entidades son acreedores y deudores.
Las reacciones populares actuales contra su gobierno y contra los burgueses dueños del FMI son el último estertor de la agonizante Grecia, ya que luego de esta entrega habrá perdido toda su moral cultural para seguir figurando en la literatura universal como ejemplo a seguir.
Recordemos que, luego de ser sometida por Roma, siguió imponiendo esa cultura que esta misma usó para esclavizar al mundo de marras. Dentro de poco, sólo quedará el despojo de su clase media que va rumbo a su pauperización, y ya sabemos que los pobres proletarios no tiene otra cosa que ofrecer que no sea su subpagada mano de obra salarial, y que fuera de las fábricas sólo funciona como consumidores hasta que se les agota el salario para así reciclar su empobrecida y arrebatada vida.
Es el cuadro que vemos con el Estado griego, con sus gobernantes, y no porque sea algo nuevo en sí mismo, sino porque hoy se halla evidenciado, como nunca antes, en qué consiste el imperialismo burgués. Hipotecados se hallan, todos los beneficiarios del Fondo Monetario Internacional-FMI- (léase capital financiero), con inclusión de EE UU y afines seguirán el ejemplo de Grecia.
Sobre este particular, sólo un pensador supo prever buena parte de tales sucesos. Fue Carlos Marx, y lo hizo para que el mundo pudiera estar consciente del poder destructivo de un sistema que cuyos dirigentes y beneficiarios no conocen otra cosa que aumentar su capital a costa de todo y de todos.
El capital no es un lugar, ni una institución, estas son formas convencionales que identifican la relación burguesa, hoy, máximamente desarrollada a nivel del orbe. El capital es una forma de vida desde las entrañas mismas de la producción y el mercadeo. Digámonos cómo producimos, qué producimos, cómo vendemos, cómo nos financiamos, como pensamos y hasta cómo caminamos, y sabremos qué es el capital.
Carlos Marx le dedicó a su descripción científica unas 4.000 páginas, aprox., en los seis (6) tomos de su compendiosa y enjundiosa obra: El Capital, soportada por miríadas de citas de literatura económica, sociológica y filosófica, en un acertado intento metodológico por minimizar el subjetivismo que suele acompañarnos en cada elucubración que emprendamos.
Y lo hizo, en principio, para contribuir con el mar de versiones que sobre la naturaleza de los males y bondades sociales se tejían, con las más encontradas visiones idealistas que siguen incendiando la mente de esos mismos trabajadores de la clase media griega, hoy hecha pedazos y rumbo a su paupérrima proletarización.
[i] Hemos venido creando la serie de entregas virtuales sobre Economía Científica Política, y sobre Economía Vulgar, bajo la envolvente denominación de: “Conozcamos” y afines. Su compilación posterior la llamaré. “Conozcamos El Capital”, un proyecto de literatura económica cuya ejecución se mueve al ritmo y velocidad de los nuevos “conozcamos” que vamos aportando y creando con la praxis correspondiente. Agradecemos a “aporrea.org”, a su excelente y calificado personal, “ductor” y gerencial, toda esa generosa puerta abierta que nos vienen brindando, a mí, y con ello a todos los lectores virtuales del mundo moderno.