Al momento de la fundación del Frente, China tenía una población de unos 400 MM/hab., de los cuales, probablemente, el 95% eran campesinos y, posiblemente, un muy alto porcentaje era analfabeta. El gobierno reconocido por las “Potencias Extranjeras” era el constituido y con sede en Beijing cual sustentaba sus poderes en un equilibrio de poderes de los diferentes “señores de la guerra”, particularmente, aquellos que controlaban las regiones geográficas del norte de China; al tiempo, el desarrollo económico chino se sostenía en las inversiones de las referidas potencias cuales estaban concentradas, fundamentalmente, en las zonas oriental-costeras incluyendo la provincia de Guangdong (Cantón, en lenguaje occidental) y el “eje Shanghai-Chongching”.
En el marco de esa realidad histórica, el desarrollo económico, industrial y comercial chino tuvo un repunte importante durante la 1ra Guerra Mundial que, una vez alcanzada la “pax europaea”, sufrió un importante impacto negativo en aquel repunte de la economía con las lógicas consecuencias no positivas para las realidades socio-económicas en los sectores laborales –desempleo-; del comercio en el sector del mediano y pequeño comerciante; una inflación in crescendo; una violenta e incontrolable migración del campo hacia las ciudades costeras producto de los enfrentamientos entre los diferentes “señores de la guerra” y del impacto del desempleo en ese importante sector de la economía tradicional china; un aumento sostenido de las importaciones para poder suplir las necesidades objetivas de las industrias controladas tanto por los inversionistas extranjeros como la de los “compradores” (sector social de la economía china que se había beneficiado de sus relaciones con los inversionistas extranjeros a partir del siglo XIX). Básicamente, este era el escenario parcial de la realidad socioeconómica y política de China para el momento cuando en 1924 ambos partidos arriba referidos decidieron llevar a cabo la formación del Frente Unido Nacional.
Al revisar los documentos oficiales de los Congresos de ambos partidos se conocen las decisiones políticas alcanzadas hacia tres escenarios fundamentales: la “Expedición al Norte” como primera etapa a la unidad nacional como una sola República que obligaba a la formación de oficiales nacionalista; la unidad política del Frente aceptando la propuesta política de “unión por dentro, unión por fuera”; y, por lógica, el escenario político, es decir, la profundización de las contradicciones ideológicas, primeramente, entre los dirigentes tradicionales del GMD con la izquierda del GMD junto a los cuadros del PCCh que habían ingresado al GMD como miembros de ese partido pero manteniendo su adscripción al PCCh como fundamento de la “unión por dentro”. En segundo lugar, en la praxis, los cuadros del PCCh mantenían sus políticas leninistas de “partido de cuadros” con objetiva influencia en los sectores campesinos a favor del apoyo del avance del ejército nacionalista del Frente hacia la región del Yangtze y la praxis política de la “unión por fuera” en su relación con el GMD.
Lo inmediato anterior nos dice que las prioridades fundamentales, tácticas, del Frente eran, estrictamente, las de carácter militar que le permitían a las derechas del GMD alzarse con las banderas de la “unidad nacional” sustentándola en aquella máxima política aprobada por ambos partidos, GMD y PCCh, de la “lucha anti-imperialista y nacionalista”. (Permítasenos un paréntesis. La referida “lucha anti-imperialista y nacionalista”, necesaria en ese estadio del desarrollo de la revolución, a nuestro parecer y entender, le faltaba “ese toque sino-histórico” que le fue dado con las propuestas ideo-políticas de Mao Zedong cuando, a posteriori e inmediatamente al fracaso de la “Comuna de Cantón” -14 de diciembre, 1947-, realizó un exhaustivo análisis de las clases sociales imperantes en la sociedad china para aquellos momentos conjugándolo con las bases de la Historia de China, particularmente, en aquella experiencia de la “Rebelión de los Taiping”; esa combinación de objetividad social e Historia fue lo que le permitió a Mao Zedong lanzar la muy famosa “Gran Marcha”). En ese objetivo escenario, las clases sociales progresistas, inclusive, en sus propias contradicciones, por lógica sico-social interna, no fueron objetivos de las políticas fundamentales en el proceso revolucionario “democrático-nacionalista” aprobado por ambos partidos ni se desarrollaron políticas necesarias y objetivas para su adscripción al proceso revolucionario durante el proceso militar en “pleno desarrollo”; es decir, el proceso revolucionario militar se expresó como un proceso divorciado de su contraparte social más que como una contradicción entre ambos sectores en sus fases primarias de desarrollo bélico; el sector militar y el sector de la sociedad civil-revolucionaria que apoyaban las políticas nacionalistas a la postre entrarían en contradicción cuando aquel sector militar había alcanzado las costas del río Yangtzé con las consecuencias que se expresaron en la llamada “Masacre de Shanghai” donde los cuadros del PCCh fueron aniquilados, sistemáticamente, por aquella oficialidad derechista apoyada por la “mafia verde” donde fueron asesinados 10 mil cuadros del Partido Comunista Chino.
En ese orden de ideas, como lección histórica, no se realizó un trabajo político-ideológico con los sectores productivos nacionalistas y no se propuso un serio análisis de sus realidades socio-económicas en ninguno de ambos partidos en referencia; es decir, las prioridades inmediatas impuestas por el derechista Chiang Kaishek como jefe del ejército nacionalista era el “avance militar” hacia el Norte. (Zhou Enlai, como comisario político del ejército nacionalista desde la reinauguración de la Academia Whampoa, nunca pudo desarrollar sus “tareas objetivas” de carácter ideológico al seno de aquella oficialidad de derechas pertenecientes a sectores sociales no provenientes del proletariado, campesinado pobre ni del lumpen-proletariat). En el marco de aquella realidad, la izquierda del GMD y la del PCCh cedieron políticamente ante aquellas presiones “militaristas” en vez de objetivar las realidades socio-económicas del carácter de la Revolución China que habían sido aprobadas y sustentadas en y por el Frente Unido Nacional.
Permítasenos proponer un “hecho histórico”. Habiendo avanzado el ejército del Frente hacia el Norte, estalló una huelga de estibadores y marineros de Hongkong que alcanzó a su contraparte en Cantón donde estaba radicada la sede del gobierno del Frente; el cálculo histórico de participantes fue de cien mil personas que mantenían diariamente manifestaciones, reuniones, discusiones sobre sus reivindicaciones, las objetivas realidades políticas que se vivían en China y los avances del ejército revolucionario. Era una “masa revolucionaria” con bastante conciencia revolucionaria nacionalista. Por irónico que pudiera parecer en ningún momento se propusieron “asaltar el Gobierno del Frente” para darle el carácter de “gobierno de los trabajadores”.