El capitalismo no actúa de forma abstrusa, al contrario, en la simplicidad de su accionar está la clave de su eficacia, pues comprende bien los mecanismos psicológicos del hombre y las maneras de someterlo sin que se dé cuenta a sus designios, haciéndole creer que actúa libremente.
Cuando el filósofo de Tréveris señaló que la Religión era el opio del pueblo, lo que dijo fue algo tenazmente obvio, y no es otra cosa que ésta servía para adormecer a las masas, al proletariado, de tal manera que éste permanecía inamovible e inconsciente de su condición de explotado, de discriminado, de secuestrado de su propia humanidad.
En estos momentos, muchas otras “religiones” toman el testigo de aquellas a las que se refirió Marx; religiones circenses que cumplen igual objetivo que las institucionalizadas. Entre ellas es de destacar la religión del Fútbol, por cierto, con mayor número de fieles que cualquier otra religión.
Era de esperar, que el sistema se apropiara cada vez más de un deporte que logró calar en lo más profundo de la mayoría de las poblaciones mundiales y utilizarlo para su provecho. Provecho que no sólo se remite a lo económico, siendo la industria del fútbol la cuarta productora de lucro a nivel global, sino y más importante a nuestros fines el logro de adormecer a las masas, enajenarlas y extraviarlas de su deber de pensar y luchar por sus derechos fundamentales.
Hasta la persona más ignara ha percibido que algo hay detrás de tanto fútbol, aunque no sepa qué;¿ es acaso normal que durante un juego entre los equipos de fútbol Barcelona y Real Madrid nuestro país prácticamente se paralice y que hayan miles de compatriotas ataviados con las franelas, bufandas y demás prendas de esos conjuntos?,¿qué demuestra esto?.
El mismo fenómeno de las telenovelas se repite aquí con exactitud milimétrica, se produce una abstracción total de la realidad vivida, por un momento se “vive” el juego de fútbol como si fuera esta la verdadera realidad, se produce un escape, un quebrantamiento entre las personas y su realidad real, su existencia. El resultado es que luego del circo nuestros compatriotas se van alegres si ganó “su equipo” o muy tristes si perdió, ¿qué tenemos que ver nosotros con esos equipos?, equipos que pertenecen a un reinado contra el cual luchamos hasta alcanzar nuestra independencia.
Que no se me mal entienda, nada de malo tiene disfrutar de una partida de cualquier deporte, lo protervo está en el elemento quebrantador de nuestro eje humano, que se nos adormile cual víctimas de algún psicotrópico para que nos abstraigamos de nuestra vida real, ¿quién puede darse cuenta bajo este influjo que pertenece a una clase y que está siendo explotado?.
En gran medida esto sigue aconteciendo por aquello que señalaba el escritos Luis Britto García, por la inoculación que desde el norte se nos hizo del pensamiento de que nosotros no servíamos para nada y por tanto todo lo nuestro es inferior;¿los españoles se visten con franelas del Caracas Fútbol Club o del Deportivo Táchira?, ¿por qué darles más importancia a las ligas extranjeras –de cualquier deporte- que a las nacionales?.
¿ Venezuela está en peligro?, no importa, Messi ha anotado otro magnífico gol, ¿hay un genocidio en Palestina?, de qué me hablas si Cristiano Ronaldo ha empatado el marcador, es más, ¿dónde queda Palestina?, ¿han saqueado Libia y matado a miles?, qué Libia ni que nada “mi equipo” ganará “La Champions”.
¿Es patética esta realidad?, será patética compatriotas, pero es la realidad.
@jomigovi