« Yo soy
árabe. El número de mi carné es el 50.000. Número de hijos: ocho.
El noveno llegará después del verano. Sin apellidos. Yo soy mi nombre.
Paciente infinito en un país donde todos viven sobre las brasas de
la cólera »
Madmud Darwish
(poeta palestino)
INDEPENDENCIA DE PALESTINA
Muchos ciudadanos palestinos
podrían afirmar que han sido independientes toda su vida y que sólo
las arbitrariedades impuestas por la Organización de las Naciones Unidas
ONU, luego de la Segunda Guerra Mundial, son las que han deslegitimado
esa independencia, hasta casi anularla como Estado – Nación.
Antes de 1948, Palestina
existía y antes que nacieran allí los profetas y las religiones,
Palestina existía, solo la barbarie y el reparto del mundo a mediados
del siglo XX, por las potencias triunfantes, quisieron borrar (como
lo han hecho en los mapas geopolíticos) a Palestina de la faz de la
tierra, pero ha sido más poderosa la memoria de los pueblos que las
resoluciones de la ONU y las imposiciones de las naciones imperiales.
En 1947, el Reino Unido
solicitó al Secretario general de la ONU que convocara a una reunión
extraordinaria a la Asamblea General con el objeto de constituir una
comisión para tratar el caso de Palestina. De esta manera la Asamblea
General, ese mismo año, designó una comisión de once miembros para
que estudiara in situ las condiciones y situación de Palestina.
En Septiembre de 1947,
siete miembros de esa comisión: Holanda, Perú, Checoslovaquia, Canadá,
Guatemala, Uruguay y Suecia, se declararon a favor de la partición
de Palestina en un Estado árabe y un Estado judío, y la ciudad de
Jerusalén quedaría con estatus internacional. Inmediatamente, siguiendo
las sugerencias de estos siete miembros de la comisión, la Asamblea
General de la ONU adoptó la Resolución 181/11, por la cual se decide
dividir a Palestina en dos territorios para conformar dos Estados independientes:
Uno Judío, con 14 mil 500 km cuadrados y el otro Árabe: con 11 mil
800 Km cuadrados, esto sin importar, que para los momentos existían
más árabes viviendo en esos territorios que judíos.
Aprobada la resolución
y sin poder defenderse Palestina, inmediatamente el Estado judío sin
respetar las fronteras establecidas comenzó a expandirse y abrogarse
territorio árabe. Rápidamente Israel creció territorialmente a 20
mil 850 kilómetros cuadrados, dejando al Estado palestino con 5 mil
400 kilómetros cuadrados, mientras las potencias y los organismos internacionales
hacían vista gorda al asunto.
En 1967, Israel aprovechando
la derrota inflingida a Egipto, Jordania y Siria, amplió sus territorios
anexionándose y ocupado Jerusalén, Cisjordania, la Franja de Gaza,
la península de Sinaí (que devolvió a Egipto) y los Altos del Golán.
A partir de esa fecha,
Palestina quedó, casi en su totalidad, ocupada por Israel.
En 1988, la Autoridad Nacional Palestina, a través de Yasser Arafat, declaró su independencia y se proclamó Estado Palestino, lo que le otorgó ante las naciones del mundo, reconocido por 113 países en las Naciones Unidas, una victoria moral.
En la actualidad, Israel
ha cortado la comunicación terrestre de una ciudad a otra de Palestina
con la implementación de puestos de control militar, la construcción
de numerosos asentamientos de colonos israelíes, el impedimento de
naufragio, pesca y extracción de gas en las costas de Gaza, el bombardeo
constante y las redadas de militares, el impedimento de cualquier ayuda
humanitaria, son las políticas coercitivas de Israel hacia Palestina,
con la finalidad de que se rindan y abandonen sus tierras.
Israel, desde un principio,
son los que han puesto todos los obstáculos para encontrar la paz y
han utilizado miles de pretextos, para extender sus periodos de negociación,
mientras va asesinando al pueblo palestino.
La ONU y las potencias
como Estados Unidos y Francia, indirectamente han aceptado todas las
aberraciones israelíes cometidas –desde 1947 hasta nuestros días-
al pueblo de Palestina.
Esta penúltima semana
de septiembre de 2011, Palestina tiene una nueva oportunidad, no de
alcanzar su independencia, que ya la tiene, sino de ser reconocida como
Estado miembro y por lo tanto ocupar un escaño en las Naciones Unidas.
VÍAS PARA LA ADHESIÓN
DE PALESTINA A LA ONU
El destino de Palestina
se define esta semana durante la 66° Asamblea General de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), cuando el presidente Mahmud Abbas (cansado
de las negociaciones de paz con Israel) solicite formalmente la adhesión
de Palestina como Estado miembro a dicha organización. De aprobarse,
la comunidad internacional estaría reparando una “injusticia” histórica
y moral.
Para alcanzar este reconocimiento
de adhesión como Estado miembro por parte de la Organización de las
Naciones Unidas, existen dos vías: 1) UNO: Acudir a la Asamblea Nacional
y que los dos tercios de miembros asistentes adopten una resolución
que llame a crear un Estado Palestino y este reconocimiento sea elevado
al Consejo de Seguridad para su aprobación. 2) DOS: Acudir directamente
al Consejo de Seguridad (constituido por 5 países y no en representación
de 5 continentes: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China,
que representan un 2,6% de las naciones del mundo) y solicitar su adhesión
como Estado miembro, pudiendo ocurrir que uno de los Estados miembros
del Consejo de Seguridad utilice el veto para no aceptarlo, o, elevar
la solicitud a la Asamblea Nacional de la ONU para su reconocimiento.
Ya Estados Unidos, a
través de su Presidente Barack Obama y su canciller Hillary Clinton
han adelantado que vetaran dicha solicitud si es elevado al Consejo
de Seguridad, para favorecer sus intereses y los intereses de Israel.
Por esta vía se avizora un fracaso, si su Presidente, Mahmuh Abbas,
decide tomar esta opción de elevar su solicitud de adhesión al Consejo
de Seguridad.
Lo más probable es que
la propuesta de la Autoridad Palestina, sólo logre un reconocimiento
Moral por parte de la mayoría de los miembros de la ONU y el otorgamiento
de un estatus de Estado Observador.
Hasta los momentos 126
países de América Latina, Asia, África y Europa apoyan la iniciativa
del Presidente Mahmuh Abbas para que Palestina sea reconocida en Naciones
Unidas.
Sea cualquiera los resultados
de los próximos días, la comunidad internacional, la Unión Europea
y el propio Estados Unidos, empezarán a gozar de la simpatía o el
repudio de más de dos tercios de países del planeta, cuestión que
podría resolver o zanjar profundamente la crisis económica mundial.
Asimismo, se debe agregar, que organizaciones como la ONU, estarían
deteriorando hasta rayar su imagen, y porque no, cavando su propia tumba.
Los pueblos -como castigo- intentarían aislar a Estados Unidos e Israel
y sus estrechas relaciones con los países árabes, África y de América
Latina, se verían progresivamente minimizados. Todo esto estaría apuntando
a la visibilización de lo que el gobierno del Presidente venezolano
Hugo Chávez Frías llama, el mundo multipolar.
De esta contienda, se
puede asegurar, que Palestina obtendrá una victoria moral, significativa
e histórica y que los monopolios de los medios de comunicación tendrán
que reconocer en sus titulares.
IMPLICACIONES DEL
RECONOCIMIENTO DE PALESTINA COMO ESTADO MIEMBRO DE LA ONU
La admisión de Palestina
como Estado miembro de la ONU, implicaría dejar de ser colonia - apartheid
de Israel y pasaría a ser un Estado con derechos y deberes. Organizaría
la estructura del Estado Palestino para administrar sus recursos económicos,
resguardaría su propia soberanía sin entes externos, recuperaría
el derecho de ciudadanía para transitar libremente por el territorio
Palestino y el derecho de retorno de millones de exiliados en varios
países del mundo, desarrollaría su flota mercante y aérea, crearía
su propio sistema político y social o el derecho de decidir sus propias
formas de gobierno, ocuparía su silla como Estado miembro de la ONU
y por encima de todo recuperaría la libertad de hacer y crecer como
Estado, impedido -hasta ahora- por los países imperiales e instituciones
–como la ONU- que obstaculizan esas demandas.
La aceptación de Palestina
como Estado miembro de la ONU, podría estrechar las distancias ideológicas
entre el mundo musulmán y de occidente, de igual manera podría contribuir
a la amortiguación de la crisis económica mundial.
Sin embargo, hay algo
mucho más importante que lo dicho anteriormente y del cual Estados
Unidos y la propia Israel quieren evitarse en el futuro más próximo
y es el derecho que tendría el Estado palestino de llevar a políticos
y militares israelíes ante el Tribunal Penal Internacional de la Haya
(TPI) a causa de crímenes de guerra o a causa de los asentamientos
sobre territorio palestino, que desde hace décadas, ocupa Israel, práctica
que es considerado como un crimen de guerra por el derecho internacional.
Israel no es más que
un ocupante extranjero que está impidiendo al pueblo palestino ejercer
su derecho a la libre autodeterminación.