El desarrollo de la guerra promovida por potencias imperiales como EEUU, Francia e Inglaterra en Libia, posee una serie de implicaciones económico-sociales y político-militares, que demandan su caracterización no solamente descriptiva, sino de un análisis que situé sus raíces más profundas y permanentes. En función de ello he elaborado este pequeño ensayo, en función de profundizar la discusión en torno a las enseñanzas que se desprenden de este proceso, sobre todo la puesta en ejecución de lo que en otro momento he llamado “La nueva estrategia imperial” y sus múltiples retos para el movimiento revolucionario.
El orden expositivo que a continuación voy a desarrollar contempla los siguientes aspectos:
I.- CRISIS ORGANICA DEL CAPITAL, LA FUNCIÓN DE LA GUERRA Y EL PAPEL DEL COMPLEJO INDUSTRIAL- MILITAR EN LA REACTIVACION DE LA ACUMULACION Y REPRODUCCION DEL CAPITAL.
1.1. Las contradicciones del capital, su crisis orgánica y las múltiples manifestaciones de la crisis capitalista: caída de la tasa de ganancia, sobreproducción, subconsumo, desproporción sectorial.
1.2. Contratendencias a la caída de la tasa de ganancia y sus características en la fase imperialista del capitalismo.
1.3. Intervención del estado, el gasto militar y la justificación de la guerra en la reproducción ampliada del capital.
1.4. La tendencia privatizadora, la subcontratación y el outsourcing de inteligencia, como nueva fachada para los mercaderes de la guerra.
II.- ARTICULACION DE LA NUEVA ESTRATEGIA IMPERIAL Y SU CONCRECION EN EL MANUAL DE CONTRAINSURGENCIA FM 3-24 US ARMY FIEL MANUAL.
2.1. Los justificativos de las guerras preventivas y de baja intensidad.
2.2. Explotación en gran escala de la inteligencia, tanto humana como tecnológica, empleando la privatización o el outsourcing.
2.3. Guerra de IV Generación y su viabilización en las operaciones psicológicas.
2.4. Énfasis en las operaciones encubiertas y empleo de fuerzas especiales, paramilitares o mercenarios subcontratados.
2.5. Poco despliegue de fuerzas propias en el terreno y empleo del bombardeo a control remoto con los Drones.
2.6. Doctrina de comando conjunto y utilización de fuerzas rápidas aerotransportadas.
III.- LA AGRESION ACTUAL A LIBIA COMO CONCRECION DE LA NUEVA ESTRATEGIA IMPERIAL
3.1. Aprovechamiento de las contradicciones interna del régimen de Kadafi.
3.2. El marco legitimador de la resolución de la ONU y su empleo discrecional.
3.3. Utilización de las orientaciones del Manual de Contrainsurgencia FM 3-24 US ARMY FIEL MANUAL en las distintas fases de la agresión a Libia.
IV.- LOS RETOS QUE PLANTEA LA AMENAZA IMPERIAL PARA VENEZUELA Y NUESTRA AMERICA.
4.1. El agotamiento de la “revolución en un solo país” y la vigencia de la transformación global de sistema capitalista.
4.2. Premisas de una estrategia continental de lucha bajo la ensaña “VOLVER A AYACUCHO”.
4.3. Formación y preparación de las fuerzas en el terreno nacional, frente al desafío de la nueva estrategia imperial.
I.- CRISIS ORGANICA DEL CAPITAL, LA FUNCIÓN DE LA GUERRA Y EL PAPEL DEL COMPLEJO INDUSTRIAL- MILITAR EN LA REACTIVACION DE LA ACUMULACION Y REPRODUCCION DEL CAPITAL.
En la prensa diaria cualquier lector consigue múltiples indicadores de la crisis global que vive el sistema capitalista:
- Por un lado, está el déficit fiscal y la deuda norteamericana, acompañada de recesión y desempleo, pasando por el colapso financiero de países europeos como Grecia, España, Italia, Francia donde al mismo tiempo que sube el desempleo y los salarios bajan, los respectivos gobiernos aplican medidas de austeridad que han eliminados los seguros de desempleo, han afectado las jubilaciones, en fin, vienen aprobando paquetes para recortar el gasto público y eliminar la seguridad social.
- Por el otro, abundan informaciones sobre la conflictividad social en ascenso: huelgas, paros, emergencia de los “indignados”, protestas de los explotados y oprimidos defendiendo sus condiciones de vida y de trabajo.
- Tampoco están ausente las graves manifestaciones de la hambruna planetaria, la crisis energética y el impacto del cambio climático.
- No podían faltar los síntomas de la anomia social: pérdida de identidad, drogadicción, criminalidad, clima de violencia y neurosis colectiva.
- No se deja de reseñar, por supuesto, las guerras de rapiña impulsada por el imperio en diversos países, incluida la última aventura militar en el caso de Libia.
En su conjunto estos son señales fragmentadas del colapso histórico del régimen de producción capitalista, donde han fracasado las formulaciones y justificaciones ideológicas neo-liberales o neo-keynessianas que comúnmente presentan versiones atomizadas y dispersas de tal realidad. Para los apologistas burgueses hoy le resulta embarazoso explicar este proceso de deterioro creciente del sistema, montada sobre la lógica del mercado y la especulación financiera.
Por ello no puede resultar paradójico que después de algunas décadas donde se decretó la MUERTE DEL MARXISMO Y LA DESAPARICIÓN DE LUCHA DE CLASES, hoy estemos en presencia del resurgimiento de ambos:
- Las formulaciones realizadas por Marx en su crítica a la economía política y particularmente sus distintas lecturas de las crisis capitalistas y su carácter orgánico, poseen hoy una extraordinaria vigencia.
- La confrontación entre el capital-trabajo en todo el globo terráqueo se ha acentuado, lo que hace pronosticar el ascenso de lucha social y una nueva oleada de conflictos de diversas magnitudes, apareciendo lo que Engels denominó “GUERRA CIVIL ENCUBIERTA”: miles de muertes diarias por hambre y desnutrición, por exclusión social y enfermedades, por drogadicción y violencia criminal.
En el marco de la lógica del capital no aparece en el horizonte otra cosa que muerte y destrucción si no logramos su derrota a tiempo, teniendo vigencia la consigna “SOCIALISMO O BARBARIE”. Exigencia histórica que demanda la construcción de una internacional revolucionaria que pueda dar cuenta de tal desafío.
En la perspectiva de poner en juego la capacidad explicativa y comprensiva de la crítica marxista de la crisis del capital, como marco para analizar la función de la guerra en ese proceso, vamos a reseñar sumariamente sus puntos de partidas teóricos, tal como lo hemos recogido en otro ensayo ( “Crisis Alimentaria y Socialismo Indoafroamericano”. 2009).
1.1. Las contradicciones del capital, su crisis orgánica y las múltiples manifestaciones de la crisis capitalista: caída de la tasa de ganancia, sobreproducción, subconsumo, desproporción sectorial.
La crisis capitalista como estallido, como parálisis de la producción, como destrucción de bienes está asociada a un sistema de contradicciones que le son orgánicas al capital:
1.- Contradicción entre la valorización del capital y el proceso de trabajo . El móvil esencial del capital es la absorción del trabajo excedente o dicho de otra manera: obtener plus trabajo, apropiarse del trabajo no pagado, producir plusvalía.
2.- Contradicción entre el carácter social del trabajo y su apropiación privada.
3.- Contradicción entre el valor de uso y valor de cambio.
4.- Contradicción entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto
5.- Contradicción entre el trabajo intelectual y el manual
Esta articulación interna del capital: unidad contradictoria entre proceso de trabajo y valorización, entre valor de uso-valor de cambio, son límites y barreras en la valorización-acumulación, y en la reproducción ampliada del capital, operando como obstáculos que le dan un carácter orgánico a la crisis, que no ocurre por accidente, por factores externo o simplemente coyunturales.
El conjunto de contradicciones estructurales del capital se manifiestan en la crisis como:
* Caída tendencial de la tasa de ganancia.
* Sobreproducción de mercancías y de capitales.
* Anarquía, bajo el supuesto de la mano invisible del mercado, lo que conduce a que no exista equilibrio entre la producción y el consumo. Esto se conoce como deformación o desproporción sectorial ( no correspondencia entre la agricultura, la industria y el comercio, por ejemplo).
* Subconsumo, no por la inexistencia de bienes y servicios, sino por la escasa capacidad de compra de la población
Por ejemplo, en el primer caso de la manifestación de la crisis orgánica del capital, está el caso de la caída tendencial de la tasa de ganancia, la cual por su importancia en los procesos de estancamiento de la producción capitalista, merece colocar el énfasis de nuestro análisis en su comportamiento.
El desenvolvimiento de la tasa de ganancia en el sismógrafo de la economía capitalista y su tendencia decreciente es una de la razones fundamentales de su parálisis o crisis. Veamos algunos rasgos de este proceso y su conexión con la crisis.
En función de la acumulación, el capitalista se ve obligado a incrementar la inversión tanto de capital constante (materia prima, insumo, instrumentos y maquinarias) como de capital variable (medios para pagar la fuerza de trabajo).
Existe una tendencia en la producción capitalista que en la medida que esta se desarrolla, el capital variable decrece en relación al capital constante: la relación entre el trabajo muerto, maquinarias e instrumentos de producción, y el trabajo vivo que se necesita para ponerlas en acción nos señala que cada vez más se requiere menos fuerza de trabajo, esta relación fue llamada por Marx Composición Técnica del Capital.
A partir de tal relación aumenta el capital constante y decrece el capital variable, esta ecuación es la Composición Orgánica del Capital.
Esta tendencia inmanente de la producción capitalista, donde se desplaza trabajo vivo (fuerza de trabajo) por trabajo muerto (maquinarias y equipos) conduce a la caída de la tasa de ganancia, que consiste en:
--Al crecer con mayor rapidez el capital constante que el variable y aumentar en tal sentido la composición orgánica (manteniendo la tasa de plusvalía invariable) la tasa de ganancia, que viene determinada por la relación entre la plusvalía y el capital total, tiende a descender.
--Cada capitalista en función de la "valorización- acumulación", es decir, producir un mayor trabajo excedente y transformarlo en ganancia, tiende a aumentar la producción y la productividad, donde el capitalista individual o como fracción tratan a través de la competencia, de ponerse al frente de la rama o sector más lucrativo, introduciendo nuevas tecnologías y nuevos procesos de trabajo, con lo cual ahorran mano de obra y obtienen ventajas comparativas que conducen a la ruina de los capitales no competitivos. Esto conduce a modificar la composición orgánica del capital y a reducir la "franja de valorización", o sea, utilización de menos trabajo vivo.
Este comportamiento de la Ley de la Tendencia Decreciente de la Tasa de Ganancia evidencia la naturaleza contradictoria del régimen de producción capitalista:
* Por un lado, a través del incremento de la productividad del trabajo, se reduce el trabajo necesario y aumenta el trabajo no pagado, el trabajo excedente. Al aumentar la escala de producción, se sustituye en forma creciente el trabajo vivo por trabajo muerto en la forma de maquinaria, abaratando los bienes y mercancías.
*Por otro lado, esta sustitución del trabajo vivo bloquea la valorización y produce la caída de la tasa de ganancia.
1.2. Contratendencias a la caída de la tasa de ganancias y sus características en la fase imperialista del capitalismo.
Para Marx las contradicciones del capital es resuelta a través de la crisis, ya que en el caso de la caída tendencial de la tasa de ganancia activa una serie de mecanismos que operan como contra-tendencias a su reducción. Entre tales mecanismos podemos destacar los siguientes:
1.- Elevación de la cuota de plusvalía a través de la explotación intensiva de trabajo. Aquí hay que tener claro que esta contratendencia posee límites físicos y político-ideológicos porque la jornada de trabajo no se puede “prolongar” ni “intensificar” fácilmente, sino que pasa por una enconada lucha con los trabajadores
2.- Reducción o desvalorización del valor del trabajo, a través de la ampliación del ejército industrial de reserva (desempleo), manipulación inflacionaria, congelamiento o rebaja compulsiva del salario. Aquí también vale la misma advertencia planteada más arriba, ante una rebaja o congelamiento del salario los obreros desarrollan una tenaz resistencia.
3.- Abaratamiento o desvalorización del capital constante, haciendo emerger la obsolescencia programada de maquinarias y equipos. Este último aspecto como depreciación se exacerba en la crisis, donde se acelera la obsolescencia tecnológica antes que se produzca el desgaste físico o la vida útil de maquinarias y equipos. Igualmente la desvalorización del capital constante eliminando los que no son competitivos incrementa los conflictos entre las diversas fracciones del capital.
Estas previsiones de Marx han cobrado nuevas expresiones y se han venido combinando con nuevas políticas anti-crisis en la fase imperialista del capitalismo:
A. -Por ejemplo la desvalorización del capital constante, como contratendencia que tiene su impacto en la aceleración de la velocidad de rotación del capital productivo, ha demandado el empleo de innovaciones tecnológicas que incrementen el ciclo de rotación D-M-D, apareciendo la aplicación de la microelectrónica en las mejoras en los mecanismos de planificación, control y seguimiento, manejo del stock o “cero inventario”
B. También, como salidas ante la crisis de realización, por la combinación de la sobreproducción de mercancía y subconsumo ( donde quedan las mercancías frías o sin venderse ) actualmente también se emplea la SOBREDIVERSIFICACION DE BIENES, donde en vez de producir masivamente una determinada mercancía, se producen pequeñas series cambiándole su apariencia o presentación, combinando estas medidas con la ampliación del crédito, promoción de necesidades artificiales, manipulación del consumismo.
C. Exportación de capitales ociosos, empleo de mecanismos de endeudamiento y déficit presupuestario.
D. Conquista de mercados, repartos territoriales como apropiación de recursos naturales y energéticos. Aquí aparece una de las justificaciones última de las guerra como parte de la política anticrisis
E. Contemporáneamente las políticas anti-crisis keynessianas, por ejemplo, plantea el incremento de la intervención estatal, la cual persigue los siguientes objetivos:
* Desvalorización del capital, asumiendo las actividades económicas no rentable.
*Subvenciones de diversas naturalezas al capital privado.
*Cubrir los costos de reproducción de la fuerza de trabajo.
* Estimular el mercado a través de actividades improductivas que generan una demanda agregada: gastos militares y burocráticos. En este orden aparece con todas sus implicaciones el papel del complejo militar-industria.
De esta manera, el descenso de la tasa de ganancia tiene una serie de contra tendencias que intentan anular su descrecimiento. De allí que el proceso de acumulación sea contradictorio, no sólo porque tienda a la crisis, sino porque simultáneamente tiende a impedirla.
Este aspecto evita cualquier concepción mecanicista del “derrumbe del capitalismo”. Al respecto el economista marxista Ernest Mandel, nos señala:
"La teoría marxista de la crisis rechaza toda explicación monocausal. Las crisis no se deben exclusivamente al exceso de capitales (sobre-acumulación o, lo que viene a ser lo mismo, a la insuficiencia de la masa de plusvalía producida. Tampoco se deben exclusivamente a la insuficiencia de poder de compra de las masas, ni a la desproporción entre los dos departamentos fundamentales de la producción: el departamento de los bienes de producción y el departamento de los bienes de consumo. Todas estas causas desempeñan un papel en el desencadenamiento de la crisis y en su producción cíclica, pero ninguna de ellas determina por si sola el estallido regular de las crisis".
Mandel señala la necesidad de tomar en cuenta todas las determinaciones y contradicciones internas del capitalismo para poder establecer sus nexos orgánicos, de tal manera que se pueda dar cuenta de sus diferentes implicaciones:
- Sobreacumulación, pero reconociendo que a ésta le acompaña una sobreproducción de mercancía.
- Subconsumo, pero estableciendo que a los capitalistas no les interesa la simple venta, sino la venta con ganancia, igualmente rechazando las versiones vulgares que plantean que la crisis se resuelve con la distribución de ingreso, con aumentos salariales.
- La Anarquía y la Desproporción, pero negando cualquier versión armonicista donde la existencia de un cartel general que regule la producción haría desaparecer la crisis.
- La caída de la tasa de ganancia, pero sin el sentido mecanicista que sugiere una causalidad lineal.
En tal sentido, Marx habló de una “LEY TENDENCIAL” porque el propio metabolismo del capital apunta hacia su caída, pero no se pueden desestimar las contratendencias que intentan contrarrestar la crisis.
Por ello la caída de la tasa de ganancias y sus contratendencias poseen connotaciones no sólo desde ángulo técnico-económico sino de naturaleza político-ideológica y su nexo con las relaciones sociales, por lo tanto su desarrollo dependerá de la correlación de fuerza entre las clases.
1.3. Intervención del estado, el gasto militar y la justificación de la guerra en la reproducción ampliada del capital.
Las contradicciones orgánicas del capital, al incorporarle la subjetividad del trabajo o dicho de otro modo la conciencia de clase y la resistencia a la explotación, igualmente cuando se asumen valores patrios y conciencia nacionalista, este proceso se convierte en conflicto político, en guerra civil encubierta, que algunas ocasiones estalla en forma violenta, en lucha armada o en guerra, ya sea entre las clases, etnias o naciones.
En este contexto, el aparato policial – militar se ha venido configurando históricamente como una fuerza de choque del capital con múltiples funciones:
-- Como protección y seguridad de la explotación del trabajo, sobre todo cuando se trata de elevar el ritmo y la cadencia de la jornada laboral o desvalorizar el trabajo.
-- Roles estelares en las guerras de rapiñas con las invasiones para conquistar mercados y saquear recursos energéticos y materias primas en general.
-- Promoción del armamentismo y la industria militar como eje dinamizador del ciclo económico en momentos recesivos
Este último aspecto, articulado a la tarea represiva como gendarme mundial, deriva en nuevos roles económicos del armamentismo y la promoción de conflictos bélicos vinculados a las necesidades de la acumulación y reproducción del capital, particularmente la colonización del Estado por parte de las grandes corporaciones que usufructúan el gasto público de defensa.
1.4. La tendencia privatizadora, la subcontratación y el outsourcing de inteligencia, como nueva fachada para los mercaderes de la guerra.
En el ensayo “LA ACTUAL ESTRATEGIA DE INTERVENCION IMPERIAL: THE OUTSOURCING OF INTELLYGENCE. Enero de 2010, realicé una reseña de las nuevas tendencias que asume el Estado bajo la impronta neoliberal, lo que puede denominarse La privatización de la guerra y la corporativización del Estado (expresada al interior de las fuerzas armadas y la Comunidad de Inteligencia de los EEUU).
Tal proceso, lo describe Nick Turse en su trabajo “El Complejo: Como los militares invaden nuestra vida cotidiana”, con el siguiente fraseo:
“La vida diaria militarizada, la economía civil ‘pentagonizada’, y el Pentágono privatizado.”
En el contexto global de la crisis del régimen capitalista que hemos descrito anteriormente, el Estado imperial cada día se corporativiza más y se privatiza bajo la tutela de los monopolios financieros, los carteles mediáticos, el lobby petrolero y el complejo industrial-militar. Por ello se puede sostener que son estos monopolios, particularmente los de la industria militar privada, quienes incentivan y se benefician de los planes guerreristas, siendo las actuales guerras de baja intensidad o guerra contra el terrorismo y el narcotráfico, formas específicas del fenómeno privatizador neo-liberal.
Los anteriores planteamientos en torno al nexo de la crisis capitalista y la guerra, particularmente la tendencia privatizadora en la actual coyuntura histórica, permiten comprender como en el terreno de la seguridad y la defensa, el Pentágono norteamericano traspasa sus funciones de rutina a las compañías militares privadas.
Este fenómeno es conocido con diversas denominaciones: “EXTERNALIZACION”, “TERCIARIZACION”, “SUBCONTRACION” U “OUTSOURCING” DE INTELIGENCIA.
Autores como Tim Sorrock en su texto “Alquiler de Espía”, JB Hillhouse en el ensayo sobre “Subcontratado”, el periodista investigativo Jeremy Scahill en su libro “Blackwater: El ascenso del ejército mercenario más poderoso del mundo”, al igual que Nick Turse en su trabajo “El Complejo: Como los militares invaden nuestra vida cotidiana”, estos trabajo pueden ser bajados de Internet ) vienen denunciando en sus investigaciones la externalización de los servicios en las diversas agencias de inteligencia ante nombradas. También estos autores tienen sitios donde sistematizan esta área temática, por lo que recomendamos, aparte de sus libros, visitar 5 de los espacios donde escriben en la red:
1. - TheSpyWhoBilledMe.com,
2.-Timsorrock.com,
4.-Nickturse.com,
5.- Tomdispatch.com
Los anteriores autores y también otros periodistas, denuncian el nexo entre ex – funcionarios de inteligencia y ex - militares que han pasado a formar parte de las empresas subcontratadas.
Los mercenarios, como alguna vez fueron conocidos, están prosperando; ahora reciben el nombre de contratistas militares privados, y algunos incluso son subsidiarios de las 500 compañías más poderosas del mundo. A menudo dirigidos por oficiales militares retirados, entre los que hay generales de tres y cuatro estrellas, los contratistas privados representan la nueva cara del negocio de la guerra. Situados en una línea borrosa que no distingue entre lo militar y lo civil, proveen a los soldados en activo: desde apoyo logístico hasta entrenamiento en el campo de batalla y asesoría militar, tanto en Estados Unidos como en el extranjero. Estos mercenarios Realizan todas las tareas administrativas y logísticas, tales como alimentación, correo, aprovisionamiento de armas y municiones a las tropas, sanidad, construcciones, etc. colaboran en custodia, interrogatorios y torturas a los prisioneros; también realizan tareas de guardaespaldas de personalidades, custodia y vigilancia a cuarteles, convoyes de soldados y otras instalaciones militares, y cumplen tareas de combate, junto a las unidades regulares. Lo hacen desconociendo los derechos humanos, torturando presos, asesinando civiles,
Tal cuadro que describe una tendencia histórica, con la administración de Obama se ha incrementado, tal como indica Jeremy Scahill:
« Más recursos para la guerra y para armamentos, como han propuesto tanto Obama como McCain, favorece a los cinco grandes contratistas de defensa (Lockheed Martin, Northrop Grunman, Raytheon, Boeing y General Dynamics), al Halliburton de Dick Cheney, a British Aerospace, por no mencionar Blackwater, MPRI y otros, a expensas de los sectores civiles, incluyendo las economías a nivel nacional, regional y local. «
Esto que vale para la industria militar de punta, también está presente en la conformación de los equipos de la Comunidad de Inteligencia en la administración de Obama, sobre todo cuando se busca el nexo entre militares retirados y las empresas del complejo industrial-militar. Este es el caso del nombramiento realizado por la actual administración yanky del Asesor de Seguridad Nacional, general de Marina James L. Jones, quien tiene los siguientes vínculos empresariales:
- Miembro del consejo de administración de Boeing Company, uno de los tres grandes fabricantes de armas de EEUU.
- Miembro de la junta directiva de Chevron Corporation, la cuarta compañía petrolera del mundo.
- Miembro de la Junta Directiva de Cross Match Technologies, una compañía privada de la empresa de soluciones biométricas.
Por otro lado, la práctica del “outsourcing intellygence” (con empresas privadas que trabajan para la comunidad de inteligencia) ha sido largamente explotadas por la CIA y el Pentágono, a quienes les convienen usar las operaciones secretas que evaden controles y escrutinios públicos, empleando paramilitares, mercenarios, contratistas, en sus guerras encubiertas. Los beneficios para las agencias federales incluyen “negación pausible” con respecto al asesinato, la tortura, las desapariciones, el sicariato, la guerra sucia en propaganda y operaciones psicológicas, así como la capacidad para eludir el Código Militar de Honor y los acuerdos de la Convención de Ginebra. De esta manera el terrorismo de estado queda encubierto y en consecuencia los asesinatos, las torturas, las desapariciones, el sicariato y las operaciones psicológicas, se “privatizan”, siendo exponencial su crecimiento en la actual coyuntura histórica a partir de la descomposición del tradicional Estado capitalista, que ha ido adquiriendo los rasgos de un “PARA ESTADO”.
La reseña de este fenómeno de la subcontratación o alquiler de la inteligencia permite tener una visión global sobre la actual modalidad de intervención imperial, sosteniendo un punto de vista que se separa de unos cuantos lugares comunes sobre la tradicional invasión militar yanky:
1.- El outsourcing de Inteligencia actualmente le da un piso distintivo a las intervenciones extranjeras, muy en especial la Guerra de IV Generación y las Operaciones Psicológicas que le son inherentes, con sus matices y especificidades. (ver nuestro Dossier sobre Operaciones Psicológicas )
2.- Igualmente, articula la manipulación propagandística subcontratada con el trabajo de inteligencia (humana y tecnológica).
3.- Y finalmente, ambos procesos se combinan con el empleo de comandos o fuerzas especiales en actividades encubiertas.
Para cumplir con estos propósitos, múltiples corporaciones privadas, han desagregados sus funciones y actividades en el llamado complejo industrial-militar, pudiendo ser nombradas de acuerdo a su especialización o ámbito de actividad, tal como aparecen en la anterior reseña, pero en algunos casos como la empresa Blackwater apuntan hacia la “solución global” donde fusionan la inteligencia, la guerra psicológica y el empleo de fuerzas especiales.
En el segundo capítulo de este ensayo veremos como se recoge esta nueva estrategia en el Manual de Contrainsurgencia (FM 3-24 US ARMY FIEL MANUAL) elaborado por el general David Petraeus, nuevo director de la CIA desde el 6 de Septiembre de 2011 y ex - comandante de las tropas aliadas en Afganistán, quien en rueda de prensa realizada el 31 de agosto de 2011, soltó estas prendas:
“…no siempre se pelean las guerras para las que uno está más preparado", es necesario para el futuro mantener las habilidades desarrolladas en la última década de guerra irregular.”
En otras palabras, se trata de aplicar las orientaciones contenidas en el referido manual, como aprendizajes que surgen del empantanamiento de la guerra de Afganistán e Irak, pero que ahora se replica en Libia y se proyectan como doctrina militar para futuras agresiones.
E/ Carlos Lanz Rodríguez
18 de Septiembre de 2011