El modo de existir del capital financiero es la guerra global y permanente. Las bombas nos amenazan a todos y la ONU está colonizada.
La guerra financiera azota a EEUU, Europa y al mundo. La gente se va quedando sin vivienda, sin trabajo, sin salud y educación, sin ni siquiera ambulancias para recoger a los heridos o ataúdes para enterrar a los muertos en vida.
También se legitima en la ONU la guerra contra los ecosistemas. La cúpula militar-financiera se prepara para dar una batalla final en la COP17 (Suráfrica, diciembre 2011) y en Río+20 (Brasil, junio 2012).
¿Va Suráfrica hacia consensos mínimos para salvar el multilateralismo? Pero el problema es el planeta ¿El consenso pasaría por anular el Protocolo de Kioto y permitir a los países del Norte que transfieran responsabilidades para reducir emisiones de CO2 hacia los países del Sur, sin trasferencia de tecnología, recursos financieros y políticas para la erradicación de la pobreza? El multilateralismo sería una máscara al servicio del unilateralismo.
Ponerle precio a los ríos, a los bosques, a la vida silvestre. Es la llamada economía verde, que significa pintar de verde a las bolsas, a los bancos, al mercado para que "florezcan" dólares desde la profundidad telúrica de la madre tierra. Todo en nombre de un multilateralismo colonizado por el imperio lo que culminaría, si lo permitimos, en Río+20. Es la guerra total y perpetua.
Chávez y Maduro llamaron en la ONU a una alianza mundial por la paz (que obviamente incluye paz para la naturaleza), y a la refundación de la ONU. Ellos se han puesto al frente dando la orden general ¿Por qué desde nuestras instituciones y misiones diplomáticas no estamos desplegando el plan de batalla?
Esto toca la política petrolera venezolana. Sin duda, Venezuela tiene que aprovechar las ventajas geopolíticas que le da tener la mayor reserva petrolera del mundo. Pero no importa cuántas décadas le queden al petróleo como fuente de energía. El futuro es de las energías renovables. Un alto porcentaje del ingreso petrolero debe dedicarse a ellas. Ya en el mundo existen (Alemania, Japón, pero también en Bangladesh) tecnologías para proveer energía solar a barrios y pueblos, creando así en Venezuela comunas ecológicamente sustentables. Sería la revolución energética bolivariana.
julio.escalona99@yahoo.com