revueltas
«Hubo movilizaciones sociales en Túnez y Egipto, pero no hay pruebas de que se registrasen en Libia»
petróleo
«Vamos a una guerra mundial por el saqueo definitivo del petróleo y va a ser espantosa para toda la humanidad»
debate
«Es difícil llamar de izquierda a alguien que aplaude a la OTAN. En Latinoamérica no ha existido este debate»
gadafi
«Durante los últimos cinco o seis años, Gadafi hizo concesiones a Occidente pero se rompió el intento de entendimiento»
Alberto PRADILLA |
«La cuestión es compleja», señala el escritor Luis Britto
instantes después de la entrevista. La legitimidad de los insurgentes,
la injerencia y los intereses de la OTAN, las víctimas civiles, la
cohesión social en torno a la figura de Muamar Gadafi, el petróleo o el
riesgo de que los ataques se extiendan a otros países como Siria son
algunos de los elementos que han marcado un debate especialmente
virulento en el campo progresista.
En los últimos tiempos, usted viene advirtiendo de que el
modelo libio puede afectar a otras partes del mundo, especialmente a
Venezuela. ¿Por qué?
Obama presentó la experiencia libia como un modelo para las
relaciones internacionales. Ha pasado el pico de la producción de
hidrocarburos. Las reservas podrían durar, quizás, medio siglo más. Esto
implicaría un colapso del estilo de civilización que conocemos. Frente a
esto existen dos posibilidades: un intento para crear sistemas de
energías renovables o un modelo predatorio, es decir, que trate de
confiscar la energía fósil del planeta a través de una serie de
conflictos cuyos ejemplos más notables son Irak, Afganistán y Libia. Si
un grupo de potencias arrebata la mayor parte de las reservas
energéticas del planeta, va a prohibir al resto que disponga de ella. Y
esto implicaría un bloqueo energético tan grave que podría conducir a
una guerra mundial.
¿Las reservas de petróleo son el elemento en común entre Libia y Venezuela?
Las experiencias son sumamente parecidas. En primer lugar, en
ambas se ha mantenido la nacionalización de la industria petrolera,
aunque Libia ejerció en los últimos años una privatización parcial.
Libia tiene unos 40.000 millones de barriles y Venezuela, 90.000
probados. En Venezuela se están promoviendo intentos de unidad
latinoamericana. En Libia se trató de consolidar la unión árabe y
africana. Una de las razones que se aducen para justificar la agresión
contra Libia es que estaba intentando crear una especie de moneda o
unidad de pago para toda África usando sus grandes reservas de divisas y
de oro. Venezuela ha lanzado el llamado Sucre, que sería el Sistema
Unificado Compensatorio de Reserva, para crear una unidad monetaria
independiente del Fondo Monetario. Además, Venezuela ha sido difamada
por los medios internacionales, del mismo modo que lo fue Libia.
En esta ecuación, queda fuera la existencia de un
movimiento social previo a los bombardeos de la OTAN y que nació por el
contagio de las revueltas de Túnez y Egipto.
Hubo movimientos sociales muy importantes en Túnez y Egipto. Pero
no hay pruebas de que hubiese una movilización social importante en
Libia. Es probable que la haya habido. Lo curioso es que, teniendo todos
los sistemas informativos abiertos, no existen pruebas sustanciales ni
de manifestaciones ni de una represión contra esas manifestaciones que
hayan incluido bombardeos.
¿Las protestas de Bengasi fueron dirigidas para forzar una intervención ya decidida?
Usualmente, un movimiento social derroca al gobierno por sí mismo,
no necesita la ayuda de la OTAN; está formado por un liderazgo nuevo,
no como el Consejo Nacional de Transición, que está formado por viejos
ministros de Gadafi, monárquicos idristas (y no he visto ningún
movimiento social en el mundo que esté integrado por defensores de la
Monarquía) y, según reportaron periodistas sobre el terreno, personas
vinculadas con Al Qaeda. Un movimiento social no opera con tanques de
guerra ni armamento de última generación. Es sumamente extraño.
Aparentemente, algunos periodistas han denunciado también la injerencia
de tropas de Qatar y de mercenarios de otra cantidad de fuerzas que son
enteramente distintas a un movimiento social. Si hay un movimiento
social en Libia debe de estar luchando contra las fuerzas de la OTAN.
Ahora, yo no he estado sobre el terreno, pero por la diversidad de
informes que han circulado...
El debate entre defensores de los insurgentes y quienes
ponen en duda sus motivaciones ha provocado una ruptura en la izquierda
internacional.
Una de las grandes pasiones de la izquierda es dividirse, y no
siempre es nocivo. Pero una izquierda que aplauda a la OTAN y a su
intento de destruir un país petrolero es una posición que es difícil
llamarla de izquierdas. Me parece un dislate, algo insostenible. En
Latinoamérica no ha existido este debate. En febrero, la Red de Defensa
de la Humanidad ya señaló su solidaridad con movimientos democráticos
como el de Egipto o Túnez y denunció la intervención de la OTAN y de las
potencias europeas y de EEUU en Libia. Los países del ALBA ratificaron
esta postura. La izquierda latinoamericana, en líneas generales, ha
condenado la invasión de la OTAN, ha dicho que la solución de los
problemas internos de Libia le corresponde a Libia, de acuerdo con la
Carta de las Naciones Unidas. Hemos sido objeto de tantas intervenciones
extranjeras que vemos con desconfianza todas las injerencias. En este
caso, en un país como éste, que había adoptado distintas medidas de
afianzamiento de la soberanía y de mejora de la población. Que una parte
de la izquierda europea confunda una intervención con un movimiento
social obedece a que... ¿hace cuánto que no han hecho una revolución?
La izquierda árabe, la más afectada por el conflicto, no coincide con esta versión.
Yo lo que conozco es un comunicado de uno de los partidos
comunistas argelinos en el cual dice, sin la menor duda, que esto es una
intervención de la OTAN y que manifiesta solidaridad con el pueblo
libio.
El PCOT tunecino o el FPLP palestino han mostrado su
satisfacción por la caída de Gadafi y denunciaron la represión contra
las protestas.
Pero no en defensa de la OTAN. Yo añadiría a esa postulación de la
izquierda que, obviamente, solucionar los problemas de Libia les
corresponde a los libios. Me parece magnífico que haya un movimiento
social. En América Latina, nuestro actual proceso bolivariano viene de
un movimiento social que fue el «caracazo». Ahora, en el caso de que
hubiera habido una intervención externa, toda Venezuela se hubiese unido
sin distingo. No concibo a alguien en Libia que no esté combatiendo
contra la intervención de la OTAN. Ni en el mundo árabe, ni islámico, ni
en el mundo en general. En Argentina hubo un problema con las islas
Malvinas y con Inglaterra. Había una dictadura militar e Inglaterra
contestó con todo el poder de su flota, destruyó la Marina argentina y
causó innumerables bajas. Ciertamente, uno podía tener reparos a quien
estaba en el poder en Argentina, pero no podía decir que estaba con
Inglaterra o que Inglaterra era un movimiento de liberación. Hay que
distinguir bien los términos.
Pero esto no invalida la existencia de una oposición a
Gadafi y que se movilizó el 17 de febrero en Bengasi y en otras
localidades libias.
Habría que demostrar que el levantamiento popular existió. Si es
así, debería de estar luchando contra la OTAN. Todas las intervenciones
extranjeras en los movimientos nacionales han sido nocivas. Nos sentimos
muy sorprendidos cuando escuchamos que una potencia lucha
desinteresadamente por la democracia. Sobre todo, cuando tiene todos los
visos de una rebatiña. Ya se ha publicado que Sarkozy se reserva el 35%
del petróleo de Libia, hubo un reparto de las potencias en una
conferencia internacional, entre Merkel, Cameron, Sarkozy y
Berlusconi... Honestamente, no creo que Berlusconi sea dirigente de un
movimiento social, ni Merkel, ni Cameron. En Venezuela hemos tenido
manifestaciones importantes contra el gobierno bolivariano. El golpe de
Estado de 2002 fue seguido de una marcha de 50.000 personas. ¿Qué
representa en un país de 30 millones de habitantes? No es imposible que
las haya habido. Ahora, ¿cuál es la realidad de esas manifestaciones que
ningún medio de comunicación puede documentar? Si hubiera sido
verdaderamente la mayoría, hubiera sido una marejada popular como la de
Egipto, que hizo que Mubarak se marchase. Aparentemente, o no las hubo o
fueron muy pequeñas. Mucha gente dice que detrás de la intervención
está la idea de instalar el Africom en Libia.
Ha hecho referencia a los líderes occidentales. ¿No fueron
estos aliados del líder libio hasta instantes antes de decidir comenzar
con el bombardeo?
Sí, es lo trágico y lo patético. Durante mucho tiempo fueron los
más acérrimos enemigos de Gadafi. En los últimos cinco o seis años, éste
hizo concesiones. Pagó unas indemnizaciones a las que le condenó un
tribunal internacional y aplicó un paquete del Fondo Monetario no
teniendo necesidad. Libia tiene un plus de 200.000 millones de dólares
de reservas más 70.000 millones de la autoridad de inversiones
extranjeras. Y una deuda pública de 5.000 millones de dólares que,
frente a esas enormes reservas, es casi una propina. Sin embargo aplicó
un paquete del FMI, privatizó una serie de industrias, quitó la
gratuidad a algunas ramas de la educación y retiró los subsidios a los
alimentos básicos. Posiblemente estos elementos ayudaron a la
contestación social, si es que la hubo. Pero, en realidad, fueron
medidas de apaciguamiento ante las potencias externas. Además, entregó
una serie de cohetes que tenía y se ha demostrado que fue
una decisión fatal, ya que lo agarraron sin nada con lo que defenderse.
Hubo un intento de entendimiento que finalmente se rompió. Parece ser
que estaba dispuesto a retornar el control de algunas empresas y eso
cayó sumamente mal.
Ha mencionado las similitudes entre Libia y Venezuela
pero, ¿cree que estos paralelismos también son ampliables a Muamar
Gadafi y Hugo Chávez? El proceso bolivariano llega después de un
abrumador apoyo en las urnas...
Chávez ha ganado más de una docena de elecciones y perdió un referendo, lo cual reconoció
sin ningún problema. Un dictador no pierde elecciones y Chávez perdió
una. En este conflicto de Libia, Chávez ha llamado al diálogo entre las
partes. Y ha dicho que ese diálogo lo debería de promover la Unión
Africana o la Liga Árabe, y ha llamado a la no intervención. Esa es la
posición venezolana y no es para ganarse la aclamación de los medios
europeos, que lapidan a Chávez con todos los epítetos.
Sin embargo, ¿no podía haberse evitado el conflicto con una apertura de las libertades civiles en febrero?
La única solución previa era que Libia le regalara el petróleo a
la OTAN. La OTAN no está detrás de la democracia, sino del petróleo, las
aguas subterráneas y las reservas de divisas. Si estuviese a favor de
la democracia bombardearía a la ONU, que es la institución más
antidemocrática del mundo.
Actualmente, los mandos de la OTAN dan por hecha la victoria militar de los rebeldes. ¿Cuál cree que es el futuro inmediato?
La victoria de la OTAN ha sido tan resonante como en Afganistán,
que después de diez años de desangramiento tienen que salir corriendo. O
como en Irak. La OTAN pensaba tener una victoria en seis horas, han
pasado seis meses y no lo han logrado. Probablemente vayamos a un
terrible desangramiento de un país que no tiene la culpa de tener
petróleo y que se prolongará quién sabe cuánto tiempo.
Tras siete meses de campaña en Libia, las miradas se
centran ahora en Siria, donde se están registrando manifestaciones y
enfrentamientos. ¿Cree que la intervención podría extenderse al país
árabe?
Existe un veto de Rusia y China. Esto plantearía un interdicto de
acciones contra Siria. Ojalá. Mi preocupación fundamental es que hay una
operación por parte de Occidente para apropiarse de las reservas
energéticas del mundo y eso puede llevar a un conflicto con las
potencias emergentes. En algún momento, estas potencias tienen que poner
un límite. Y ese límite es Siria. Si es sobrepasado, vamos hacia un
conflicto mundial. Pero habrá que ver si obedecen. El permiso de la ONU
era el establecimiento de una zona de exclusión aérea y eso se convirtió
en una operación de bombardeos masivos. Ojalá el veto fuera eficaz para
establecer un equilibrio que permitiera negociar. Si no, vamos a tener
una guerra mundial por el saqueo definitivo del petróleo y va a ser
espantosa para toda la humanidad.