Estoy firmemente convencido de que la fuerza de la transformación revolucionaria está en el pueblo. Cientos de millones de hombres maltratados y oprimidos de toda África y Asia y del mundo entero se levantarán, contra el fascismo de la OTAN. Lo harán con paciencia, aprendiendo del cerco y las derrotas. La victoria se construye con paciencia, así como se arma un rompe cabezas. Los pueblos saben resistir al hambre y a las humillaciones, sabrán también resistir a las infinitas adversidades de la guerra, siguiendo el ejemplo heroico de los más firmes y leales, fiel a los principios y flexibles en la táctica, como nos enseñó el camarada Hó Chí Minh.
Desde una caverna en Pác Bó, provincia de Cao Báng, en el corazón de las montañas del extremo norte de Viét Nam, Nguyén Ai Quóc, más tarde conocido como Hó Chí Minh, escribía frenético, ordenes, cartas y reflexiones que conformaron toda una moderna teoría de la guerra de retaguardia. El 19 de Mayo de 1941, coincidiendo con su cumpleaños, Ho fundaba el Viét Ninh, y el 7 de Mayo de 1954, tras la sorprendente e increíble victoria sobre los franceses, en la batalla de Dién Bién Phú, sellaba la independencia. Luego, el triunfo aplastante contra el imperio norteamericano en 1975. ¿Cómo pudo este hombre derrotar a los imperios más poderosos de la tierra? Veamos su pensamiento: “Las formas organizativas no pueden apartarse de los objetivos estratégicos en función de las tareas inmediatas”. “Golpear retrocediendo, preservando las bases de apoyo de la retaguardia. Fortalecer las líneas de abastecimiento y sólo atacar seguros de la victoria”. “No hay posición periférica, la retaguardia es un campo de operaciones que se prepara para convertirse en vanguardia”. “La guerra popular revolucionaria es prolongada, siempre lo principal es el tiempo y la preparación previa”. “La guerra de decisión rápida es la última alternativa, hay que pensar siempre primero en adoptar el principio del ataque sistemático y el avance lento que va fortaleciendo zonas y posiciones territoriales; así es más segura y firme la victoria”.
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