El neoliberalismo es una tendencia
que viene lentamente invadiendo las economías mundiales desde los años
cuarenta, ya en los sesenta comienza a encontrar resonancia en las economías
y son los años ochenta su momento estelar. Bajo el gobierno de Ronald
Reagan y Margaret Thatcher se impone ante un mundo que observa
la caída de la Unión Soviética y empieza a venderse como la nueva
postura de la sociedad para un futuro monopolar con las teorías capitalistas
a la cabeza. Las recetas del FMI y el BM son aplicadas en el tercer
mundo y medidas de liberación de precios y congelación de salarios,
más cargas impositivas exageradas, satisfacen a los grandes capitales
pero generan márgenes de pobreza tales que comienzan los estallidos
sociales encabezados por el “Caracazo” en Venezuela, que de una
forma innegable dan comienzo al proceso revolucionario que hoy se desarrolla
no solo en Venezuela sino en el continente.
Hoy vemos a los países de
Europa en una crisis en la que el neoliberalismo ya no dicta recetas
sino donde impone gobiernos leales a sus intereses. España, Italia
y Grecia están siendo ya dominados por sus políticas miserables. El
mismo Estados Unidos vive los efectos de medidas dictadas solo para
preservar las riquezas y el desarrollo de las grandes corporaciones,
los aumentos de la edad de jubilación, la disminución de los beneficios
sociales en salud y educación, la imposibilidad de créditos para vivienda,
son parte del espectáculo que a diario generan los pueblos de estos
paises en sus calles y plazas indignados ante la injusticia.
Hoy la zona euro tiembla, mas
aun los pueblos de los países suscritos a esta moneda, el FMI y el
BM, desarrollan sin ningún tipo de remordimiento sus medidas cada vez
más descaradas. Esto unido a una avanzada militar desde el Pentágono
y la OTAN que amenaza al mundo con una nueva guerra mundial.
Obviamente poco importa al
capital imperialista el destino de la humanidad, ellos solo piensan
en seguir lucrando así sea con menos consumidores y con mas pobres
e indigentes. Las reacciones populares que han cambiado el mapa político
de los países desarrollados aun no les parecen peligrosas, son como
bobos que toman las plazas, sin organización ni poder alguno – piensan-
y se equivocan.
La rebelión del Caracazo probablemente
no tuvo cabeza ideológica en su momento, pero si fue el parto del sentimiento
antiimperialista y socialista que hoy sustenta nuestro proceso revolucionario.
No podré ser profeta del destino del Euro, más si puedo asegurar que
una nube tormentosa de miseria encapotará a los pueblos del primer
mundo, que la rebelión de quienes sientan el hambre y la miseria de
una forma u otra generarán la respuesta liberadora en cada uno de sus
pueblos.
Las “salidas” que proponen los gobernantes de poder económico son solo salidas a su favor, cada vez producirán más pobreza y exclusión y más riqueza para ellos. Pedir que se mire a nuestra América como referente ante lo que hoy les azota, que se estudie nuestra historia política y económica es lo menos que podemos solicitar a quienes enfrentan a los demonios neoliberales.
Todas las fuerzas convergirán
en una sola corriente: el anticapitalismo. Cambiar este mundo es tarea
de todas y de todos. Generar las nuevas visiones y abrir el camino a
un mundo posible y perdurable, a una sociedad amante de la paz y de
la vida una necesidad en la que somos corresponsables.
Viviremos y venceremos!!!
brachoraul@gmail.com