Poco se dice desde las
trasnacionales de los medios de comunicación del carácter beligerante
que se le ha otorgado a un grupo de forajidos que cometen todo tipo
de delitos en territorio libio. Preocupa sobre manera como la ONU, La
Liga Árabe, la Unión Europea han pretendido revestir con un aura de
legitimidad las vejaciones que se cometen contra el pueblo libio. Recuerdo
de qué forma los acólitos de la Casa Blanca atacaron al Presidente
Chávez cuando solicitó que se reconociera la beligerancia a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia. Textualmente el líder de la Revolución
Bolivariana exhortó a Uribe que: “si usted le reconoce a las FARC
estado de beligerancia por ejemplo, y las FARC lo aceptan, las FARC
de inmediato entrarían en los protocolos de Ginebra. No podrían utilizar
el secuestro, por ejemplo (...) Yo no comparto el secuestro me parece
horrible" (tomado de www.telesurtv.net). De inmediato los medios de “comunicación”
de la derecha internacional se cartelizaron para atacar aquella valerosa
posición de Chávez la cual fue planteada con el único propósito
de constituir un camino para la paz en Colombia. Muy pocos aceptaron
el debate sobre sí se le debía o no calificar de esa manera a este
grupo armado; menos aún apareció alguien desde la ONU, UE, OTAN o
la Casa Blanca diciendo que los rebeldes, los alzados en armas por décadas,
los que estaban en contra del status quo político colombiano, tenían
derecho a usar la violencia para concretar reivindicaciones políticas,
económicas o sociales en ese país suramericano. Como apreciamos, las
terminologías, las categorías discursivas y sus significados son relativas
y se legitiman o se deslegitiman de acuerdo al prisma mediático con
que se les difunda a la población. Sé de las grandes diferencias que
existen entre la guerra que padecen los Colombianos y el neocolonialismo
que sufre Libia. Es obvio que dista mucho de parecerse un forajido montado
en un 4 x 4 disparando con una ametralladora punto 50 made in USA,
a un Raúl Reyes tendiendo puentes con sectores de la comunidad colombina
y otras en el mundo para recuperar la paz; en las antípodas están
las consignas, los graffitis que emiten los aliados de la OTAN
y los comunicados difundidos por las FARC; sus contenidos aunque escritos
al fragor de la violencia tienen connotaciones diferentes. No se trata
de tener posturas obtusas, poco sensatas sobre lo que ocurre en Libia.
Es necesario denunciar la doble moral y complicidad que existe en la
comunidad internacional al manosear los términos y roles que se presentan
en un conflicto con el objeto de beneficiar a las grandes potencias
en el mundo. Peligroso es ver como los preceptos del derecho internacional
público se dejaron a un lado para que un grupo de bisoños asesinos
tomaran por asalto la soberanía Libia, mientras sus mentores mueven
sus piezas con hilaridad desde la Casa Blanca y la OTAN como si
estos nefastos hechos fueran parte de una nueva promoción de MacDonald´s
donde por cada “cajita feliz” de municiones entregada a estos improvisados
forajidos, el capitalismo saca pozos de petróleo liviano.
Monroe y el espejo libio:
En democracia no importan
sólo los fines sino son imprescindibles que los medios que se apliquen
para alcanzar los objetivos no estén desvinculados o atenten contra
los derechos de la población. La injerencia contra Libia carece de
legitimidad por las estrategias inhumanas y belicistas usadas por quienes
se creen con el derecho de matar en nombre de la libertad. Más allá
de los errores cometidos por Gadafi, más allá de la supuesta desvinculación
de la masa con su líder, nada puede justificar que un grupo de naciones
aticen las contradicciones internas de la sociedad Libia para concretar
sus objetivos políticos, económicos y sobre todo energéticos. Lo
que ocurre en Libia no puede asumirse como algo ajeno a nuestra realidad.
Venezuela es la principal reserva de petróleo en el mundo (296.501
millones de barriles), por encima de Arabia Saudí (264.516 millones
de barriles) y eso más que un atributo nos coloca en la mira de quienes
nos ven como un botín de guerra. El caso Libia debe activar todas nuestras
alarmas defensivas, más aún cuando el Congresista demócrata, Ed Markey,
reconoció el pasado 21 de agosto que Estados Unidos está “en Libia
por el petróleo”. El Pentágono necesita energía para sostener su
estatus quo, esto más que ser una mera apreciación radical de mi parte,
está sustentado en datos concretos, por ejemplo, para David Paravisini,
experto petrolero y ex embajador de Venezuela en el Estado libio, EEUU
tiene un déficit de entre 14 y 12 millones de barriles diarios de crudo
debido a que sólo produce 6 millones de b/d y consume aproximadamente
20 millones de barriles por día. Venezuela representa el 11 % de las
importaciones de crudo que hace los Estados Unidos, eso equivale a un
millón y medio de barriles que todos los días salen de la tierra de
Bolívar para las costas del mismísimo Imperio. Como vemos el “Destino
Manifiesto” de Monroe se ha redimensionado y no sólo se circunscribe
en afirmar la clásica prédica de “América para los americanos”,
en la actualidad esa frase adquiere otras connotaciones y en el caso
nuestro, de Libia y de otras naciones no alineadas con la subordinación
exigida desde la Casa Blanca, esa idea manejada
por Monroe, quinto presidente
de los Estados Unidos, suena peligrosamente en estos momentos a “petróleo
para los norteamericanos en cualquier lugar del mundo que esté” o
“soberanía de otras naciones para los norteamericanos a costa de
lo que sea, incluso de la muerte de miles de inocentes”.
Lecciones para no dejarse manipular:
Sobre los diferentes
elementos discursivos y tendencias editoriales que convergen en los
conflictos políticos en Medio Oriente y África, es importante tener
en cuenta el sesgo “natural” que existe del tema en nuestra conciencia.
Cuando nos aproximamos a una realidad de este tipo la hacemos desde
valoraciones occidentales. Partiendo de presunciones entronizadas por
siglos en cada uno de nosotros orientadas a otorgarle legitimidad según
el modelo político y formas de gobierno impulsadas desde los preceptos
de la Revolución Francesa o en algunos casos la “Revolución” estadounidense.
Cuando decimos que una nación ubicada en esa parte del mundo es o no
democrática, recuerde que esa conclusión está sugestionada por interpretaciones
del concepto mismo que tenemos sobre la democracia, el cual ha sido
posicionado por los actores e instituciones que le han dado forma y
praxis al término; además tiene una fuerte carga de “legitimación”
en la sociedad por lo que los medios de “comunicación” entienden
de esta categoría política. En tal sentido, con el objetivo de conocer
un poco más las manipulaciones mediáticas que subyacen de lo que ocurre
en Palestina, Siria, Libia, Egipto, Irak, Afganistán; sugiero revisar
el ensayo “Cubriendo el Islam”, del prodigio escritor palestino
Edward Said, quien de manera aguda nos advierta “cómo los medios
de comunicación y los expertos determinan nuestra visión del mundo”.
Esas pequeñas batalles culturales entre oriente y occidente, entre
lo que es o no legitimo políticamente, entre lo veraz y falso,
pasan casi siempre por el prisma de las agencias de noticias internacionales:
su sensacionalismo, la ubicación de los roles de quiénes son las victimas
y los terroristas, Said nos ilustra en su libro que en este sentido
de las cosas hay una conjura superpuesta por los intereses de
los dueños de los medios y su complicidad con las potencias del mundo
occidental.
Las trampas de la ONU:
¿Qué más podemos decir
sobre Palestina y su derecho a existir soberanamente sin el asedio del
Sionismo? Hemos dado cifras, ejemplos de masacres, opiniones de quienes
han sufrido el apartheid israelí; no obstante, nada parece suficiente
para despertar la conciencia sobre este tema que nos debe convocar a
todos a su defensa y cuestionamiento. Estamos ante una actitud arrogante
por parte de las potencias mundiales las cuales aniquilan toda posibilidad
de diálogo para construir la paz en Medio Oriente. Las opciones que
tienen los palestinos para poder sobrevivir después de la emboscada
establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU son pocas y una vez
más las circunstancias se perfilan en declarar la resistencia general
de su pueblo. De cualquier manera los palestinos y palestinas tienen
derecho a defenderse ante los ataques sistemáticos ejecutados por el
sionismo como política de estado. Obama en la ONU le habló al mundo
con la petulancia de costumbre pero esta vez con el cuidado de no perturbar
a quienes sostienen su reelección el año próximo y la política estadounidense.
Sabe bien que de inclinarse a favor de los palestinos los congresistas
de los EEUU colocaran todos los obstáculos posibles para que no permanezca
otro periodo en la Casa Blanca. El debate palestino-israelí siempre
se ha centrado en dirimir la convivencia mutua; pero, poco o nada se
dice sobre la existencia de Estados Unidos, este aspecto, aunque a primera
vista parece descabellado, lo hago porque a estas alturas en las que
el sionismo ha violado todas las normativas y derechos en el mundo,
pone en evidencia que la nación de Jefferson y Washington es sólo
una mera entelequia dominada por los Israelitas, quienes hacen y deshacen
lo que les viene en gana para concretar sus objetivos.
Palestina en Internet:
Con el objetivo fundamental
de contrarrestar la manipulación de los medios del sionismo y sus aliados,
nace en el estado Mérida el portal www.palestinasoberana.org.ve En este sitio podrás ver videos, entrevistas
a combatientes por la causa Palestina, además si te animas, puedes
enviar tus artículos de opinión sobre la lucha que libran los pueblos
en el Medio Oriente. Según se puede leer en este sitio de la red, Palestina
Soberana es “una organización sin fines de lucro que impulsa
la defensa de los derechos humanos, la soberanía y autodeterminación
del pueblo palestino”; además, señalan los integrantes de este colectivo
desplegado no sólo en Mérida sino en otros estados del país y América
del Sur, que ellos quieren a través de este sitio en Internet cumplir
con la “función estratégica de denunciar el genocidio que ejecuta
el Estado de Israel contra las palestinas y palestinos. Mancomunando
esfuerzos con movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales,
medios de comunicación alternativos; etc., articulando acciones con
el fin de romper el cerco mediático establecido por las grandes corporaciones
de medios de comunicación en el mundo”. Palestina Soberana emerge
como una opción ante la recalcitrante apología del sionismo que existe
en el conservadurismo merideño (de oposición y de algunos seudo revolucionarios).
Este portal viene a refrescar y a darle espacio a aquellas voces que
han sido censuradas, vilipendiadas por denunciar la tortura que como
política de Estado y ante la ceguera de la ONU, comete el Estado de
Israel a Palestina. La Invitación es para que ingreses, consultes,
leas, critiques y si te animas, escribas sobre la lucha de un
pueblo que da ejemplo de resistencia y dignidad a todos en el mundo.
En twitter: @aliperiodista
@somospalestina