¿Qué hemos hecho por Haití?...

Hoy, 12 de enero de 2012, se cumplen dos años del devastador terremoto que asoló a Haití. Momento de solidaridades declaradas por los medios de comunicación, de estupor, de tristeza compartida, de posturas, de ayudas humanitarias disfrazadas de toma militar -¿o será al revés?-, de olvido instantáneo… 

Ir a las calles de Puerto Príncipe hoy es como transportarse en el tiempo. Como si no hubiera transcurrido un segundo. Las gentes siguen agolpadas en insalubres refugios, la mayor parte de las ruinas de lo que fue ciudad aún están intactas. El tiempo detenido, que pasa sin dejar rastros. Las galletas de barro, el cólera, el hambre, la miseria…siguen siendo parte de la rutina. Unas menos que otras, pero ¡presentes! 

Las ayudas presenciales, solidarias, hermanadas, verdaderas, especialmente desde Cuba y Venezuela, han procurado solventar. Pero, la magnitud de la catástrofe hace casi imperceptible el esfuerzo. La catástrofe, en este caso, no es solo el resultado del terremoto… es el cúmulo de indiferencias, de atropellos y miserias. Es el eterno castigo por la imperdonable voluntad de ser libres y lograrlo, incluso primero que el resto de colonias americanas. Había que matar el ejemplo perverso… 

Haití, sigue arrastrando el apellido lamentable: nación más pobre del continente. Lamentable por lo que implica y por lo que sugiere. Haití, es la nación más pobre del continente porque así lo han querido sus nefastos gobernantes y las naciones primer mundistas (EEUU, Francia, entre otras) que la quieren sometida, arrasada y hambrienta.-  

Pero, en su seno crece una juventud que es mayoría. Y debería tener la fuerza suficiente para combatir y luchar por su futuro, a pesar de las penurias. Bueno…ya sobrevivir en esas condiciones los hace luchadores por excelencia. Pero, su pelea no debería ser en solitario. La solidaridad y el acompañamiento deben ser constantes, impactantes y comprometidos. No esperemos que ocurra otro terremoto. Haití sigue allí, doblegada por las circunstancias y por el olvido de la mayoría. Haití sigue allí, aún cuando en los medios, su verdad no sea noticia, más allá del recuerdo de un aniversario más del terremoto. 
 

Ahora, pongámonos en marcha 
que la palabra sin los pasos 
es una palabra muerta 
Y el tiempo nos dice: ¡avanza! 
Alma profunda en llamas, ¡avanza! 
Construyamos entre todos la mañana 
que acabe para siempre 
con la noche del jabalí 
con la noche del jabalí
 

(Alí  Primera)

nymphamar2@yahoo.com.mx




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Ninfa Monasterios Guevara


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