Una corta visita a Bogota me
encrespó el alma con el terror de ver de cerca lo que el imperio
mediático hace ante la victoriosa marcha independista de las patrias
centro y suramericanas.
El sentido libertario que traía
de Venezuela se fue empañando de indignación al sentir la cruel dominación
que ejerce la oligarquía sobre nuestro hermano pueblo. La lluvia mediática
es un invierno contante sobre las masas, mentiras tras mentiras que
se repiten desde el gigante aparato mediático me hicieron sentir el
terrible poder, el veneno mortal y la dominación que somete a un pueblo
que termina siendo sumiso e inconciente, entregado y cómplice de los
mismos poderes que los explotan y dominan.
Siempre me preguntaba ¿por
qué Colombia, país tan castigado no solo por la miseria sino
por el terrorismo, la violencia y oligarquía no despertaba y se sumaba
al sentir del resto del continente? ¿Por qué no prendía esa
llama libertaria que incendia al resto del continente? Pocas horas escuchando
sus emisoras de radio, leyendo sus diarios y mirando sus canales de
televisión, me hicieron comprender como Colombia está sumida en la
terrible distorsión que producen estos emporios al servicio de las
clases dominantes. Los ataques indiscriminados contra Chávez y contra
Correa, disfrazados de opinión libre, a China y a los países no tributantes
a Estados Unidos y el sionismo, me dieron una visión espeluznante ante
lo que este poder mediático e hipnótico pretende hacer con la humanidad.
Un pueblo vilmente castigado, una clase obrera vulnerada a diario, además
mediatiza, hipnotiza y estupidiza a quienes domina.
La enfermedad de nuestro comandante
Hugo Chávez era diariamente usada en “debates” dados por supuestos
expertos, todos ex funcionarios de pdvsa y de los gobiernos oligarcas,
donde se comparaba a Chávez con Fujimori o Perón para hacerlo ver
como un fenómeno particular y distanciarlo del proceso histórico dentro
del que actúa. Dictador sin heredero al final de su vida, moribundo
fetiche del populismo, uno más de esos seres personalistas que se olvidarán
apenas mueran. Correa era fustigado con un enjambre de entrevistas a
los dueños de los medios del mundo, su perdón al director sentenciado
a tres años de cárcel y al pago de 40 millones de dólares, transmitido
como una victoria de los países libres de que desde Colombia defendieron
la libertad de expresión, todo el acontecer mundial atrás de la importancia
de los premios Oscar de la academia o del asesinato de un estudiante
disfrazado de suicidio por la familia burguesa de su noviecita me enseraron
una Colombia realmente dominada por la mentira. Quien ve a Colombia
desde afuera sabe lo que pasa dentro de ella, pero quien vive allá
está envenenado por un poder mediático insospechable.
El anuncio de las FARC de no
hacer más secuestros fue rápidamente manipulado para sembrar dudas
y vestir de asesinos mentirosos a los combatientes camaradas.
Yo me decía en mi interior
¿Cómo era posible que atacaran a mi gobierno socialista de Venezuela
de coartar la libertad de expresión?? Colombia es un vivo ejemplo de
los medios que engañan y manipulan a un hermoso pueblo sometido. Allá
se mata y se ejecuta a cualquiera que valientemente diga la verdad,
allá se engaña las 24 horas al pueblo en un incesante bombardeo mediático.
País de la burguesía santandereana,
la misma que asesinó a Bolívar, la misma que en cualquier momento
jugará a favor de su amo para agredir a Chávez y a nuestro pueblo,
las misma que he visto hoy engañando descaradamente a su pueblo. Definitivamente
Colombia tiene que asumir otros caminos de lucha, como lo hace. Ante
la violencia oligarca, necesaria es la violencia popular. Despertar
al pueblo ante tanto narcótico mensaje, no es tarea fácil, pero necesario
es que quienes allá luchan y están en pie de guerra, se enfrente decididos
ante una oligarquía que ostenta el primer lugar en entreguismo, en
servilismo y en explotación y dominación de las clases populares.
Adelante Colombia y los pueblos
del sur, viviremos y venceremos.