1. Imaginen lo que pasará en la Cumbre de Cartagena, Colombia el sábado 14 y domingo 15 de abril con la presencia del imperialista Obama y con la ausencia de posiciones críticas como las de Cuba (que no fue invitada), de Venezuela (cuando su presidente -Chávez- está enfermo) y después que el presidente Correa de Ecuador –desde una posición digna- ha dicho que no asistirá si Cuba no está presente. El único del ALBA que estará en la “Cumbre”, será Evo Morales, de Bolivia, a quien han “comprometido” decir el discurso de clausura de aquella reunión de jefes de Estado. Así que Colombia, México, Costa Rica, Panamá, otros países, estarán felices de reunirse en familia con el papá yanqui que por propia iniciativa ha logrado establecer siete bases militares en todo lo largo del territorio colombiano. ¿Cómo pedir a los yanquis que no asistan si aún ejercen el control de los gobiernos de Latinoamérica?
2. El presidente colombiano Manuel Santos tuvo que viajar a Cuba para explicar que no había habido “consenso” para que el gobierno cubano asistiera. ¿Se puede olvidar acaso cuando Fox (y Castañeda) invitó con el “comes y te vas” a Fidel Castro a retirarse de la Cumbre de Cancún porque en ese instante llegaría Bush? En los hechos el acuerdo de separar a Cuba tiene 50 años: cuando la OEA la expulsó de su seno porque “su ideología marxista no era compatible con la democracia de América”. Mi gobierno –dice Santos- “tiene una relación estratégica con EEUU y Canadá”; pero “verá que se abra un espacio de diálogo para que Cuba pueda irse acercando a los EEUU”. Ahora se busca formular –según Insulza de la OEA- cinco ejes temáticos: seguridad, desastres naturales, pobreza e inequidad, integración física y acceso a nuevas tecnologías. Pero otro tema básico es “la lucha mundial contra las drogas”.
3. Las Cumbres –como reunión de presidentes y representantes de diferentes países- deberían servir para analizar a fondo todos los problemas comunes pendientes, sacar propuestas y dar soluciones; pero para esto no sirven las Cumbres; sólo se organizan para que los países poderosos impongan lo que ellos traen a fin de que los países subordinados hagan más sacrificios para satisfacer a sus amos. Es por ello que en cada una de estas grandes reuniones surgen muchas miles de protestas con el fin de evitar que los países más poderosos –los imperialistas- sigan imponiendo acuerdos contra los pueblos. Lo que pasa es que la gente –muy ignorante de lo que sucede- es engañada por lo medios de información hablándoles bien de los imperialistas que les pagan y calumniando a las decenas de miles que protestan contra esas Cumbres. Eso es lo que sucederá en Cartagena entre unos días: los yanquis impondrán sus caprichos y los demás obedecerán.
4. La realidad es que casi todos los presidentes de América funcionan como esclavos de EEUU. Están esperanzados en que los oiga y les haga caso Obrama; sólo hay que ver lo que Santos dice sobre el problema de las drogas: “Perderíamos una gran oportunidad de discutir el tema (de las drogas ) con Estados Unidos, que es la primera vez que acepta discutirlo”, puntualizó. Será un éxito si, además de lograr consensos (con EEUU) que nos permitan posicionar a las Américas como un actor internacional de primer orden, alcanzamos decisiones para aumentar la competitividad de nuestros países, a través de la promoción y modernización de nuestra infraestructura, y contribuir a la seguridad hemisférica y a la de nuestros ciudadanos. ¿Se puede olvidar que en octubre de 2009 el comité noruego otorgó el premio Nobel de la Paz a Obama y después de cuatro años de su gobierno ha hecho lo contrario?
5. Estas Cumbres surgieron por iniciativa de EEUU con el fin de continuar el control absoluto de países, promover sus enfoque sobre libre mercado, así como de seguridad hemisférica. Sin embargo, frente al ALBA, integrado por Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro, Daniel Ortega, Rafaél Correa y otros gobiernos que se han agrupado, los EEUU no se encuentran nada cómodos. Con el activismo del venezolano Chávez se ha ido consolidando una oposición antimperialista como el ALBA, UNASUR, la Comunidad del Estados de Latinomericanos, TELESUR, etcétera. ¿Puede olvidarse acaso aquella maravillosa Cumbre de Mar de Plata, Argentina en 2005 que dio el golpe mortal al ALCA? Desde entonces los EEUU y sus gobiernos peleles tienen que preparar detalladamente las reuniones, aunque se realicen en países sobordinados como Colombia y México.
6. Colombia y Argentina, con 45 y 42 millones de habitantes, respectivamente, son los dos países Latinoamericanos que siguen a Brasil y a México con fuerza y presencia en la región. Sin embargo, en tanto Brasil y Argentina mantienen posiciones de relativa independencia hacia los EEUU, Colombia y México muestran una política muy servicial hacia él. Cuando en agosto de 2009 aún gobernaba Colombia Álvaro Uribe, el presidente Felipe Calderón “marcó distancia de la mayoría de sus pares de Sudamérica”, quienes habían cuestionado el acuerdo criminal e intimidatorio que permite a militares de Estados Unidos operar en bases colombianas, haciéndose eco de las argumentaciones expuestas por Barack Obama en defensa de las bases militares. Así como Calderón justificó la colocación de bases en Colombia, seguramente otros países preferirán olvidar que Colombia es un país ocupado.
7. ¿Qué resolutivos pueden esperarse de la Cumbre de Cartagena? Ni Colombia –con miles de encarcelados y otros miles de asesinados; ni México, con 60 mil muertos registrados en menos de seis años, podrían hablar de soluciones que no conocen; ningún país de América puede plantear propuestas de solución a desastres naturales o a pobreza e inequidad, puesto que América Latina es un continente con inmensa pobreza y con enorme iniquidad. ¿Y de implantación de nuevas tecnologías y de lucha mundial contra las drogas? Por eso los países de la Cumbre viven confiados en las soluciones que podrían dar los EEUU que son el país del desarrollo tecnológico, de los préstamos bancarios, del consumo de drogas, del lavado de dinero, del manejo armamentista, pero sobre todo, el país de los bombardeos e invasiones, es decir, el país que todo lo garantiza con sus bases militares expandidas por Colombia y todo el mundo.