Desde
entonces -y a la luz de lo que tiene lugar actualmente en naciones como
Ecuador, Bolivia o Venezuela- se ha planteado y creído que la vía
chilena al socialismo sería algo posible y permanente si se conquistan
los mismos mecanismos legalizados utilizados por los sectores
dominantes, esperando que algún día se concreten las condiciones
subjetivas y objetivas que hagan del proletariado -en términos clásicos-
el sujeto histórico de la revolución socialista. Esto ha supuesto
diferentes modos de entender la realidad nacional en cada país, con el
error común de quererlos aplicar como ley universal, sin atender a las
peculiaridades de cada uno. Así, se
recurre a formulaciones automáticas de aportes teóricos que pudieron
servir coyunturalmente de guía de acción revolucionaria en algún tiempo y
latitud, pero que hoy requieren redefinirse sin que se interprete como
una negación -también automática- de su posible vigencia.
Por
ello, la experiencia impulsada por Salvador Allende no puede
simplificarse así nomás y terminar en el terreno común de señalar que la
misma sólo hubiera sido consolidada mediante las armas, negando con
esto las perspectivas que crearía un mejor nivel de organización, de
movilización y de formación revolucionaria de los sectores populares,
liderados por una vanguardia revolucionaria debidamente formada y
consciente de la necesidad histórica de demoler radicalmente las
estructuras políticas, sociales, culturales y económicas que han
legitimado la explotación, las injusticias y la hegemonía capitalistas.
Basta ver cómo la correlación de fuerzas favorece en la actualidad a los
sectores populares de nuestra América, conformando un
abanico de opciones que, aun siendo diferentes en su concepción e
intereses, coinciden en la necesidad urgente de trascender al
capitalismo y de remover desde sus cimientos las relaciones perniciosas
que éste ha generado para reproducirse en contra de los valores
esenciales de la humanidad; todo lo cual podría concretarse de tomarse
en cuenta los pormenores de la experiencia transformadora de Allende en
Chile, de manera que esto sirva para cuidarse de los errores entonces
cometidos.-
El autor es: Maestro ambulante
¡¡¡Rebelde y Revolucionario itinerante!!!
¡¡¡Hasta la Victoria siempre!!!
¡¡¡Luchar hasta vencer!!!
mandingacaribe@yahoo.es