José Vicente Rangel (JVR) propuso el concepto como tesis política: “nueva política Obama” que trataremos de desarrollar en algunos paradigmas sin tratar de alcanzar una definición completa de esa realidad geopolítica mundial. En primer lugar, en nuestra opinión y responsabilidad, debemos aceptar que Barack Obama “heredó” una política exterior estadounidense diseñada durante los años de presidencia de George W Bush con las compañías de sus más cercanos colaboradores. En nuestro modesto criterio, tampoco Bush, hijo, diseñó, completamente, esa política exterior en la cual nos sustentaremos para la demostración de nuestra idea central. Bush, hijo, a su vez, se vio “beneficiado” por los diseños en su fase terminal de aquella política que impusieron, mundialmente, Ronald Reagan, Juan Pablo II y Margaret Thatcher que se la ha definido como la etapa “neo-liberal anti-comunista” de la fase superior del imperialismo cuando estaba obligado, el sistema capitalista, realizar una reingeniería para “saltar” hacia el “imperialismo neo-liberal en su etapa superior”; como la hemos definido en pasadas ocasiones como la “fase superior” del imperialismo, según la tesis leninista. Es decir, estamos proponiendo una introducción a nuestra idea central referida.
En ese marco realista-descrito nos atrevemos a exponer que las palabras de Barack Obama en Trinidad y Tobago fueron para el anfiteatro y aquellos gobiernos americanos que consideraron que por ser Obama afro-descendiente algunas “debilidades democráticas” podría sustentar olvidándose que el Poder (Müller Rojas proponía) había diseñado una política en los paradigmas geoestratégicos estadounidenses que se la había denominado como la “Doctrina Monroe”. Tremenda ilusión la de algunos americanos (nos referimos a todos los países y sociedades con sus gobernantes del continente americano desde el estrecho de Bering hasta el estrecho de Magallanes). Hugo Rafael Chávez Frías, queremos pensar que con la intención de “motivar” a Obama a “comprender” las realidades latinoamericanas que Obama iba a confrontar durante sus decisiones ejecutivas, le regaló un “librito” que le permitiría al Presidente estadounidense Barack Obama reflexionar sobre las realidades históricas expresadas en la América al sur del río Bravo; en ese marco referencial ni la Secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, ni quien ocupare la Secretaria de Defensa ni las tesis desarrolladas en, por y del Pentágono cuales fueron expuestas por Chávez Frías en foro latinoamericano referidas a las bases militares y políticas expansionistas estadounidenses sobre el Atlántico sur y África que le permitirían a Obama en sus políticas sugeridas por el Poder evitar “meterse en asuntos de política exterior” dejando al católico vicepresidente J. Biden quien asumiera temas, temporalmente, las álgidas realidades más cercanas a Afganistán que al tranquilo “patio trasero” latinoamericano; mientras tanto, el mundo geopolítico, geoestratégico, seguía “girando sobre su eje imaginario” caminando (Antonio Machado decía) hacia su inevitable crisis estructural sistémica (como le gusta decir a los “culturosos intelectuales”).
Al tiempo, en el marco de la segunda etapa del primer gobierno de Obama (pareciera, por ahora, que ganará las elecciones gracias al sistema asimétrico estadounidense pero democrático representativo; es decir, ganará gracias a los votos electorales pudiendo perder en el total de número de votos escrutados nacionalmente) comienzó la “crisis en los pasillos de la Casa Blanca”. Barack Obama cambió a su secretario de Defensa mientras que Hillary Rodham Clinton se convertiría en “la intocable”; sus relaciones personales con la sociedad judía estadounidense, su consolidación con Israel gracias a temas familiares y la necesidad de Barack Obama de mantener el apoyo de Bill Clinton aquel bisoño político-estudiante que en Inglaterra se daba “el tupe” de exponer “fuertes palabras” sobre aquellas realidades de guerra cuando los EEUU de América se creían que aún estaban desarrollando la “Conquista del Oeste” en Asia.
¿Por qué fueron necesarios aquellos cambios en la Secretaría de Defensa y en el Pentágono? De repente, Barack Obama se enteró que la República Popular China se desarrollaba y entraba en el escenario mundial de las contradicciones en zonas geoestratégicas importantes para y donde el Poder (arriba referido) y la Casa Blanca habían considerado (de cara a la masa estadounidense como excusa fundamental) como “zonas seguras” para los intereses estadounidenses. Es decir, la “Crisis de Wall Street” obligó al Poder reflexionar sobre objetivas realidades y contradicciones internas que se estaban (y aún se están desarrollando) expresando en la socio-economía en los EEUU de América. La crisis referida había expuesto, públicamente, fuertes debilidades del sistema capitalista en su expresión interna en el marco de la sociedad global-interna del “poder del norte” (¿“pies de barro”?) tanto en su estructura como en la super-estructura.
Barack Obama, intelectual y político inteligente, percibió, inmediatamente, que la “burocracia de Washington” se lo “estaba vacilando de frente”. Era necesario, vista la futura elección presidencial del 04 de noviembre del año en curso (2012), realizar cambios importante a pesar de ciertos e importantes aciertos en ciertas áreas de la economía (industria automovilista), de la sociedad (aumento de puestos de trabajo), de lo militar (asesinato de Bin Laden, retiro efectivo de cierto nivel de tropas estacionadas en Iraq, la aseverada intención del retiro de tropas estadounidenses de Afganistán, las prácticas asesinas de los drones sobre Paquistán, expansión militar hacia el Caribe y la costa occidental latinoamericana).
Ese marco ideario geopolítico le permitió exponer su “política de Estado” cuando informó a la comunidad internacional que retiraría tropas estadounidenses de la Comunidad Europea con la afirmación de trasladarlas a la Región de Asia-Pacífico. ¿Era necesario y obligante realizar esos importantes cambios en la geopolítica estadounidense y la reingeniería de su geoestrategia, ambas de carácter global-mundial, diseñadas e impuestas por y del Poder (Müller Rojas nos enseñó)? Al tiempo que ¿cómo expresaba y expresa la República Popular China su preeminencia a nivel global, particularmente, en la Región de Asia-Pacífico en sus actuales realidades geopolítica como en su geoestrategia en pleno desarrollo? Además deberíamos preguntarnos sí China es, actualmente, un poder al mismo nivel de los EEUU de América y/o conocer cuáles serían las realidades objetivas en las relaciones en las relaciones globales entre ambos países. Esas verdades han obligado al Poder y a la Secretaria de Estado, a la Secretaria de Defensa y al Pentágono con las venias de la Casa Blanca reactivar las políticas impuestas en la Región de Asia-Pacífico post-Segunda-Guerra-Mundial. Es decir, el “neo-colonialismo geoestratégico” post-Puertas-Abiertas (“Open Door policy”) saldría de la “caja de Pandora” para volver a imponer sus realidades implícitas en el imperialismo tradicional estadounidense. El “we will come back” se ha hecho realidad. Marshall tenía razón en aquellas realidades históricas según las necesidades post-Guerra-Mundial en el Pacífico. Aquellas realidades históricas, es decir, el obligante control de la Región de Asia-Pacífico por el Poder y la Casa Blanca en sus expresiones ejecutivas, frente a la expansión comunista tanto de la URSS, China y Corea del Norte, volvían a aparecer en estos tiempos actuales de profunda crisis del sistema capitalista; pero ya no estaba presente el “socialismo real soviético” (a pesar de que el candidato republicano, Mick Romney, le haya expresado a su electorado que el enemigo fundamental actual de los EEUU de América es Rusia). La realidad actual con la que se enfrentan los EEUU de América refiérase a la realidad objetiva del desarrollo equilibrado de la República Popular China que se expresa en su permanente crecimiento, acumulación, transformación tecnológica, desarrollo estructural militar, expansión solidaria hacia los mercados latinoamericanos.
Regresemos a George W Bush, hijo. La realidad histórica de las “Twin Towers” le permitió a Bush, hijo, imponer la “política de Estado” del “terrorismo” que le permitió a los EEUU de América invadir Iraq, Afganistán, Libia, Cuerno de África, desarrollar la crisis de Siria, bombardear Paquistán. Barack Obama debería saber que esa política bushiana sobre el terrorismo no le es excusa con la República Popular China. Entonces, visto la anterior, Clinton, Panetta, el Pentágono han desarrollado la “geoestrategia de la pinza”; es decir, rodear a China de países considerados “amigos estadounidenses, socios, aliados” como son: Japón, Corea del Sur, Filipinas, Tailandia, Singapur, Australia y para usted de contar.
Las frases expuestas son una corta introducción a la propuesta de José Vicente Rangel sobre la “nueva política Obama”.
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