Después viene la otra historia, la de la calidad y la rentabilidad. Pareciera que todos los servicios privados son una maravilla, un ejemplo de que eso no es así serían las compañías de telefonía celular, los bancos, las aseguradoras, o la falacia de que por pagar los servicios médicos privados te van a tratar como a un rey o a una reina, cuando todos sabemos que es el lucro, máximización de costes incluída, lo único que mueve a la empresa privada aún a costa de engañar y esquilmar al cliente.
Los médicos de Madrid han dado un ejemplo al mundo con su huelga indefinida (en la que han perdido ya sus salarios de varias semanas) y con las más de 120 dimisiones de directores de centros de atención primaria , juntas técnicas y comisiones de servicio en hospitales.
Aún así la Comunidad de Madrid aprobó la privatización de seis hospitales y de varias docenas de centros de atención primaria conociendo el rechazo generalizado no sólo de los médicos, sino de la población. ¿Esto es democracia?