Para entender a la suramericana Colombia es importante destacar que se opina del neogranadino país desde Venezuela. Veamos: ¿cómo ven a Chávez? los medios de comunicación han empleado estrategia justificando sus males a partir de las malas relaciones con sus vecinos. Sus incesantes mensajes señalan a nuestro país como el arte de un conflicto.
Las agresiones contra Venezuela se sustentan desde la incomodidad de la iglesia colombiana, donde unos prelados trogloditas intentan dar señales televisadas y por cualquier medio enlodan minuto a minuto la imagen de Venezuela. Sobre todo ahora que desde esta parte del sur saben que si Nicolás Maduro llegará a enfrentarse electoralmente a Capriles Radonski, Maduro ganaría pues los votos los tiene el chavismo.
Lo que no saben los adversarios de Colombia es que Venezuela como una revolución no puede depender de un solo hombre, miremos el caso Cuba con Fidel Castro, él dejó su puesto y la revolución sigue con Raúl Castro y aquí la enfermedad de Chávez nos ha servido para madurar, de todo esto hay algo positivo. Los dirigentes de la revolución han tenido que asumir, Chávez en su dolencia nos ha hecho crecer.
Pero en Colombia están pasando cosas muy interesantes. Si las conversaciones con las FARC avanzan habrá un partido de izquierda legal que será de nuevo la Unión Patriótica, de eso se habla y en el país crece esta inquietud ya que son quienes más guardan desigualdades en América Latina después de Haití.
Colombia es un crecimiento parcial donde se benefician sólo los ricos, hay cosas tremendas en salud, si no tienes plata te mueres, no te aceptan en un hospital, es terrible.
Luego hay mucha gente que malvive vendiendo arepas en la calle. La nueva esperanza está ahora en el proceso que parece avanzar, el dialogo, pero ellos ―FARC― quieren garantías de que si hay un partido se respetará a la gente y no se la matará como antes. El pueblo en general apoya el dialogo pero no dejan de recordar lo sucedido a partir de 1985 lo cual fue una verdadera matanza
Aunque los medios presentan a las FARC como terroristas sanguinarios, ellos están activos en muchas partes del país y el gobierno tiene que dialogar.
Recientemente, Álvaro Uribe ha escrito un libro para promocionarse, quiere ser senador y se lleva mal con Santos que es más moderado. Uribe abriga la esperanza de ser nuevamente candidato a la presidencia y desde allí romper los diálogos alcanzados hasta ahora por el actual mandatario y también incorporar a Venezuela en sus soñados juegos de guerra.
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